"Te vamos a formar, explicar cómo funciona todo esto, te damos un manual y una persona te irá explicando", esta frase ahora en desuso, se convierte en "te contamos la cultura de la empresa, estos son tus compañeros, tus responsables y necesitamos que nos vayas echando una mano lo antes posible". Solución: Tener las Competencias, lo que siempre se ha llamado el "Saber hacer".En los tiempos que corren y los que han pasado recientemente, las Pymes -mayoritarias en nuestro país- necesitan que las personas que se incorporen rindan desde el minuto menos dos, es decir, con carácter casi inmediato. Para ello las personas que se incorporan deben traer de serie los conocimientos, competencias y aplicación práctica de los mismos.
El curriculum vitae era hasta hace poco un inventario de formación recibida, ahora se convierte en una carta de presentación donde lo necesario es que haya una acreditación, a ser posible oficial, de los conocimientos adquiridos, y lo más importante, que el mercado lo reconozca como útil.
Las competencias pueden ser de muchas formas, las 7 que promueve la LOMCE desde el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, las clave (Matemáticas y Lengua) del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, o las más avanzadas como por ejemplo pueden ser las que se demandan ahora el mercado apara profesiones emergentes como la robótica, Big Data o impresión en 3D, esta última incluso de tejidos vivos.
Clasificación de competencias puede haber muchas, mi visión podría ser resumida en la frase atribuida a Confucio (551-479 a. C): "Me lo contaron y lo olvidé; lo vi y lo entendí; lo hice y lo aprendí".
Recientemente Bill Gates desde su Fundación hizo un alegato sobre este tema, haciendo énfasis en la contratación de empleados basándose en su competencia y habilidades, y no en si tienen o no tienen una titulación oficial. Según el estudio la contratación basada en competencias es cinco veces más futurible del éxito del trabajador que la contratación basada solamente en la titulación. Es verdad que hay personas con talentos innatos y hay que tener la capacidad de detectarlo, atraerlos y potenciarlos.
Las competencias tecnológicas deben venir ya casi de serie, la responsabilidad, capacidad, aptitud, idoneidad y competitividad se presupone también. El mercado tiene una alta exigencia en conocimientos, habilidades y tareas no rutinarias.
Las certificaciones orientadas a competencias como idiomas, TICs, Formación Profesional o en Certificados de profesionalidad son ejemplos de una formación más adaptada al mercado laboral y a las necesidades de contratación de las empresas, con un alto contenido práctico que consigue en menor tiempo la adquisición de competencias por aquellas personas que no las tienen. Aun así en diversos estudios realizados por ETTS queda demostrado que existen muchos puestos que quedan sin cubrir por la falta de perfiles.
En este sentido, el Secretario de Estado de Empleo, Juan Pablo Riesgo, aseguró que el 65% de los trabajadores que han realizado actuaciones para obtener un certificado de profesionalidad han logrado insertarse en el mercado laboral. Señaló, también, que "España no va a competir en salarios bajos, sino que va a competir en talento, para lo que "es vital reforzar nuestro sistema de competencias".
Los certificados de profesionalidad en sus más de 583 posibilidades en las 26 familias profesionales que las recogen, brinda la posibilidad de acreditarse por parte del Ministerio de Empleo en ocupaciones donde han recibido obligatoriamente una formación muy orientada a competencias y unas prácticas en empresas que las afiancen en dicho proceso formativo.
Por entenderlo con un ejemplo:
- Competencia o cualificación profesional: Photoshop y retoque fotográfico.
- Unidad de competencia, ser capaz de Retocar retratos.
