Sin embargo, en lo que a educación se refiere, cuando pensamos en España y nos hablan de evaluaciones internacionales, como el informe PISA, nos echamos las manos a la cabeza, esperando que los resultados sean mejores que en años anteriores. En España casi 30 de cada 100 alumnos no termina la Enseñanza Secundaria Obligatoria y el coste de las tasas universitarias son tan elevadas que muchos alumnos no pueden acceder a ellas.
Por lo tanto, no es nada extraño preguntarse por los motivos qué hacen que haya tantas diferencias entre unos países y otros. ¿Qué es lo que tienen de especial Finlandia y Corea del Sur?. Cada uno tiene sistemas educativos diferentes, pero a pesar de las diferencias tienen una serie de aspectos comunes que podrían darnos la clave de su éxito educativo y de las cuales debemos tomar nota si queremos mejorar la educación en nuestro país.
Por un lado, en ambos países los profesores son profesionales muy valorados. La educación es una profesión de prestigio y los profesores tienen autoridad no solo en la escuela sino también en la sociedad en general. En España los profesionales han perdido la autoridad, siendo acusados de vagos, y cuestionando su manera de trabajar.
Por otro lado, tanto en Corea del Sur como en Finlandia todos aquellos alumnos que quieren dedicarse a la docencia deben de alcanzar puntuaciones bastantes altas (9 sobre 10) en pruebas que permitan el acceso a la universidad. En España este nivel de exigencia se tiene en carreras como medicina, sin embargo, la nota de corte para entrar a magisterio es de las más bajas.
El hecho de que la nota de corte para acceder a este tipo de estudios universitarios sea tan alta no es ninguna tontería, pues solo pueden entrar aquellos alumnos brillantes que realmente quieran estudiar dicha carrera. En España, la carrera de magisterio muchas veces es considerada una carrera comodín. Muchos estudiantes la eligen porque la nota no les ha dado para estudiar aquella carrera que deseaban o bien por qué no tenían claro que querían estudiar, por lo que en muchos casos no hay una motivación real para ejercer.
Por otro lado, los gobiernos de ambos países consideran la educación un pilar fundamental del desarrollo. Invierten grandes cantidades del Producto Interior Bruto apostando por la investigación e innovación en este campo. Concretamente, Corea del Sur ha apostado por la introducción de la tecnología dentro y fuera de sus aulas creando proyectos como el EBS (2004), utilizado para paliar las diferencias educativas que se generan entre los estudiantes debido a factores económicos. Es verdad que en los tres países la educación obligatoria es totalmente gratuita, pero en el caso de Finlandia, los gastos en material, libros de texto y comedor escolar también son costeados por el gobierno, independientemente del nivel económico familiar.
La educación en ambos países es intocable, independientemente del tipo de gobierno y de la situación económica. Esto hace que el sistema educativo sea estable, esté consolidado y no politizado. En cambio en España cada partido ha llevado a cabo su reforma educativa lo que provoca mucha inestabilidad.
En lo referente a la situación económica si en Finlandia en época de crisis se ha apostado por la innovación, en España la educación se ha visto afectada por recortes y una privatización de esta.
En cuanto a la edad de comienzo de la Enseñanza Obligatoria tanto Finlandia como Corea consideran que los siete años es la edad adecuada. En España los niños con cincos años ya deben comenzar a leer, a escribir y hacer las primeras operaciones matemáticas a pesar de que se siga cuestionando si a estas edades los niños son los suficientemente maduros para ello. Esto hace que muchos niños ya en Segundo Ciclo de Educación Infantil no puedan seguir el ritmo y se comience a plantear la idea de repetir curso.
Si bien, aunque hay puntos en común entre Finlandia y Corea del Sur hay diferencias importantes, especialmente en la manera en que la población ve la educación. Tanto Finlandia como Corea del Sur consideran la educación fundamental para el desarrollo de la persona y del país. En ambos países, sin entrar a valorar cuál es mejor o peor, las familias están enormemente involucradas en la educación de sus hijos, aunque conciben la educación de manera diferente. En Finlandia consideran la educación un derecho fundamental, los estudiantes son uno de sus bienes más preciados y así los cuidan ofreciendo una enseñanza individualizada a cada alumno. La educación se toma en serio pero se da tiempo al ocio y el descanso. Los alumnos tienen tiempo para todo: los de primaria tienen solo entre 3 y 4 horas de clase y apenas tienen deberes; y los de secundaria organizan su tiempo escolar como ellos quieran. Por otro lado, en Corea del Sur, los padres exigen a sus hijos ser los mejores, y los niños tienen jornadas de 16 horas lectivas entre la escuela y academias. Estos son sometidos a mucha presión especialmente los últimos años de enseñanza antes de comenzar estudios superiores. Tal es la presión de los profesores y las familias que la tasa de suicidios en adolescentes en Corea del Sur es de las más altas.
Tras analizar los puntos fuertes nos preguntamos ¿qué puede hacer España para mejorar su sistema educativo? Desde mi punto hay varios puntos clave que debemos mejorar:
- Un gran pacto educativo: la educación no debería depender del tipo de gobierno que esté en el poder, cambiando según una ideología u otra. Se tendrían que establecer una serie de criterios mínimos que fueran elaborados por verdaderos profesionales de la enseñanza al margen de su ideología política, aplicándose tanto en el ámbito público como en el privado.
- La psicología debería estar más presente: todo niño debería ir motivado a la escuela, con ganas de aprender y pasárselo bien. La escuela debería ser un entorno seguro en el que los niños pudiesen expresarse con libertad. En Finlandia hay dos psicólogos y un trabajador social por cada centro escolar, lo que permite detectar rápidamente dificultades de todo tipo en los estudiantes. En España hay casos de un psicólogo por cada tres centros, lo que provoca que solo puedan ser atendidos los casos más graves y los demás pasen inadvertidos pudiéndose agravar la situación posteriormente.
- Familias más presentes en la escuela: la familia y la escuela no pueden ir separadas. Los dos son pilares fundamentales para la educación de los niños. Se debería de involucrar más a las familias en el entorno escolar.
- Aumentar la inversión en educación: la educación es un derecho básico y fundamental para el desarrollo. Se debería invertir en ella y no recortar.
- La formación de los profesores: los profesores deberían estar mejor preparados, recibiendo una formación práctica que les permita adaptarse a una diversidad de alumnos.