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El riesgo psicosocial en el profesorado universitario online

Artículo de opinión

  • 17/09/2015

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Xavier Baraza; Eva Rimbau-Gilabert, Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) (Barcelona)
A causa del desarrollo de las TIC, la comunicación interpersonal y el intercambio de información se han liberado de las limitaciones del tiempo y del espacio. Internet, los ordenadores y otras tecnologías, facilitan que una buena parte de la actividad laboral pueda realizarse desde cualquier ubicación -fuera de las instalaciones de la organización- y en cualquier horario –fuera del horario laboral establecido-, generando lo que se denomina trabajo virtual, trabajo distribuido o teletrabajo. En el caso concreto de España, un 22% de las empresas con más de 10 trabajadores declararon, en 2012, tener empleados que realizaban sus tareas fuera de los espacios propios de la empresa de forma regular y se conectaban a sistemas de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) de la empresa a través de redes telemáticas externas.
 
El trabajo virtual ha atraído notablemente la atención a causa de sus múltiples beneficios para la sociedad, las organizaciones y las personas. Desde el punto de vista empresarial, ofrece los beneficios de mejorar la productividad, la retención de trabajadores y el desempeño de la organización. Para el empleado, el trabajo virtual mejora su autonomía percibida, facilita el equilibrio entre vida y trabajo, mejora la satisfacción con el trabajo y disminuye el estrés de rol.
 
Entre las diversas definiciones de teletrabajo, una bastante genérica y aceptada es "el uso de ordenadores y comunicaciones para cambiar la geografía y la temporalización habitual del trabajo". A partir de esta definición se identifican tres elementos que modifican los posibles factores de riesgo psicosocial de un determinado puesto de trabajo. El uso destacado de las tecnologías de la información, y el hecho de trabajar fuera de los locales o instalaciones de la empresa que cambia por completo el entorno de trabajo habitual y la organización del tiempo pudiéndose producir situaciones de exceso de jornada laboral.
 
Dada la obligatoriedad legal de prevenir los posibles riesgos psicosociales, se genera la necesidad de intentar identificar cuáles son los nuevos problemas de salud que se pueden encontrar en un entorno laboral. Desde el punto de vista de la salud laboral, el trabajo virtual es considerado como una mejora del método de organización del trabajo, que favorece esta salud. Por otro lado, pueden generar situaciones de riesgo a considerar, especialmente a nivel ergonómico así como una diversidad de factores de riesgo psicosocial importante. En el ámbito psicosocial diversos informes indican que puede generar problemas derivados del aislamiento social, el número excesivo de horas de trabajo, la reducción del apoyo por parte de la organización, los obstáculos para supervisar/controlar este trabajo, etc. Además, en torno al ámbito del teletrabajo, se han detectado problemas específicos como el tecnoestrés, la tecnoansiedad, la tecnofatiga, la tecnoadicción, la nomofobia,…
 
En un contexto general de uso creciente del teletrabajo por parte de empresas, administraciones y otras organizaciones, es necesario conocer no sólo los riesgos genéricos asociados al trabajo virtual, sino los que caracterizan a distintos colectivos profesionales. En el caso concreto del profesorado universitario, los autores han realizado un estudio sobre los riesgos psicosociales del profesorado de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), sobre el que se avanzan algunos resultados a continuación.
 
La UOC es un caso de estudio interesante porque es una universidad totalmente online que tiene implementado un modelo organizacional para el profesorado basado en el teletrabajo, con porcentajes de virtualidad comprendida entre el 20 y el 80%. Las tareas asociadas al rol de profesor en una universidad online como la UOC se circunscriben en tres ámbitos de actuación: docencia, investigación y gestión. Estas tareas están claramente diferenciadas y requieren, a menudo, de entornos espaciales y temporales diferentes. Así, por ejemplo, la gestión puede verse facilitada por el entorno presencial, que proporciona coincidencia con otros compañeros, mientras que la lectura de bibliografía y el análisis de datos relacionados con la investigación precisan de un espacio aislado para una mayor concentración.
 
A fin de obtener resultados que caractericen al profesorado universitario online, se sometió a encuesta a más de 250 profesores de diferentes áreas de conocimiento (psicología, derecho, economía, informática, etc.). El cuestionario utilizado fue el ISTAS, método de evaluación del riesgo psicosocial. De forma complementaria, se realizaron cuatro focus group, agrupando a los participantes en función del porcentaje de teletrabajo que realizan.
 
De los diferentes ítems relacionados con la exposición al riesgo psicosocial que se han estudiado destacan los resultados obtenidos en cuanto a exigencias psicológicas y control del trabajo, dos factores en los que se ha observado un nivel de riesgo bajo, especialmente en comparación con otros colectivos docentes. Ello es debido, por un lado, a la falta de contacto directo con el alumnado y, por otro, a la posibilidad de organizar uno mismo su trabajo debido a que no es necesaria la coincidencia temporal y espacial, lo que a priori parece indicar que se favorece a la conciliación de la vida personal y profesional. No obstante, este punto que parece ser positivo contrasta con la peor valoración por parte de las profesoras al ítem de la doble presencia, lo que denota un cierto componente relacionado con el género y la mayor carga de trabajo familiar que las profesoras que teletrabajan parecen soportar.
 
De la información recabada en los focus group, las anteriores ideas se consolidan y aparecen otros aspectos a considerar. Por ejemplo, el hecho de poder realizar ciertas tareas que requieren de un mayor grado de concentración en un espacio propio y sin interferencias (lectura de artículos, análisis de datos, diseño de planes de aprendizaje, ...) es un factor muy positivo que incrementa la sensación de productividad. No obstante, el no disponer de buenas herramientas TIC o de una buena conexión supone un problema adicional que puede desembocar en situaciones estresantes. La organización temporal también se considera un valor añadido que facilita el control del trabajo y permite favorecer el equilibrio trabajo-familia. Pese a ello, se detectan situaciones en que ha tenido un efecto contrario, dificultando las relaciones familiares, comportando un exceso de jornada laboral, u otras situaciones de riesgo poco frecuentes pero posibles como la perdida de socialización.
 
A modo de conclusión final, cabe indicar que el teletrabajo ha venido para quedarse, que presenta ventajas claras en los actuales modelos de trabajo pero que ha de ser analizado e implementado de forma correcta y con los recursos necesarios.
 
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