Competencia es una palabra con diversas acepciones. Una palabra polisémica que podemos usar en muchos contextos y con significados muy diferentes. Nosotros, en este artículo, usamos competencia como un tecnicismo, es decir, un término ligado a un campo profesional determinado. En el caso del término competencia, este surge en el mundo de la gestión empresarial; recordemos que fue usado por primera vez por McClelland en 1973 en sus investigaciones dirigidas a identificar variables que explicasen la excelencia en el ejercicio profesional.
Podríamos hacer una amplísima recogida de definiciones del concepto de competencia profesional, en el sentido que acabamos de nombrar. De hecho, ya numerosos autores han acometido esta tarea, y así tomaremos como referencia el trabajo realizado por Del Pozo (2012: 13-14) que tras estudiar numerosas definiciones del término que nos ocupa, subraya tres puntos clave que aparecen en la mayoría de definiciones:
- Capacidad: Conjunto de conocimientos, destrezas, habilidades y actitudes que permiten lograr un resultado relacionado con una actividad laboral.
- Acción: Las capacidades se deben poner en práctica en situaciones reales para lograr con éxito el desempeño profesional.
- Contexto: Las capacidades se deben movilizar en función de situaciones de trabajo cambiantes según las circunstancias.
Este es el tipo de competencia que buscamos en los equipos directivos, un conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que los capacitan para saber actuar en un contexto determinado, seleccionando la mejor respuesta y poniendo en funcionamiento los recursos más adecuados para la mejor gestión de una situación.
Existen diversas propuestas, elaboradas por estudiosos en la materia, que suponen una clasificación de las competencias que deben tener los directores o directivos de centros educativos, pero muy pocas atienden al concepto de equipo directivo.
En España hay un grupo de autores que destacan en este campo de investigación. Nosotros vamos a tomar como referencia tres trabajos realizados por autores españoles que proponen listados categorizados de competencias clave para los directivos de centros educativos.
Las tres propuestas que hemos seleccionado son las siguientes:
- El conjunto de competencias de los equipos directivos de los centros educativos presentado por Poblete y García Olalla (2003).
- Competencias para una dirección escolar eficaz, según Manuel Álvarez y Montserrat Santos (1995).
- Competencias de los directivos de escuelas inteligentes, una propuesta de Bazarra y Casanova (2013).
Para establecer comparaciones entre los tres modelos subrayando convergencias y divergencias, presentamos una tabla comparativa. En ella trataremos de establecer relaciones entre las competencias propuestas por los distintos autores y para ello señalaremos:
- Competencias se repiten en dos o en los tres modelos (en azul).
- Competencias que no se repiten en sentido estricto, pero se pueden considerar semejantes o comprendidas unas dentro de otras, basándonos en la descripción que los propios autores hacen de las mismas (en naranja).
- Competencias que solo son señaladas por una de las propuestas, sin una referencia semejante en ninguno de los otros dos modelos (en verde).
A partir de esta comparativa elaboramos un listado de 12 competencias clave propias de los ED. Las presentamos divididas en 3 grupos; esta división hace referencia, a la mayor o menor frecuencia con que son nombradas.
En primer lugar destacamos un conjunto de cinco competencias que presentan una alta convergencia, es decir, que de una manera u otra, están presentes en los tres modelos (GRUPO 1). A continuación aislaremos cuatro competencias en el GRUPO 2 que si bien no son nombradas del mismo modo en los tres modelos, podemos entenderlas como apuntadas en los tres aunque desde denominaciones distintas. Para finalizar, en el GRUPO 3, incluiremos tres competencias, nombradas cada una de ellas solo en uno de los modelos pero que por su importancia, entendemos que no deben quedar fuera de nuestro listado de competencias.
- Grupo 1: Toma de decisiones, comunicación, planificación, trabajo en equipo y motivación.
- Grupo 2: competencia emocional, innovación, gestión de los talentos y proyección.
- Grupo 3: control y supervisión, resolución de conflictos y negociación.
Además presentamos nuestra propia propuesta de categorización de nuestras 12 competencia, es decir, agruparlas en torno a elementos comunes que llamaremos ámbitos de actuación. Entendemos que estas competencias pueden agruparse en torno a tres ámbitos de actuación:
- Ámbito de la gestión: El equipo directivo es un equipo de trabajo que tiene encomendada una serie de funciones, siendo la principal de ellas gestionar el buen funcionamiento del centro educativo.
- Ámbito del liderazgo: El liderazgo parece un concepto que tiene más que ver con cómo se hacen las cosas que con las cosas que hay que hacer, es decir, lo podemos asimilar más con un "estilo de hacer".
- Ámbito de las relaciones: En este ámbito incluimos las competencias necesarias para el desarrollo de cualquier tarea que tenga encomendada el equipo directivo y que constituyen recursos que deben ponerse en funcionamiento en situaciones cotidianas de la vida del centro.
Por supuesto, esta propuesta que hacemos no es la única válida, pero, optamos por ella porque creemos que puede resultar operativa y sencilla de cara a posibles procesos de valoración y formación de los equipos directivos de centros educativos.
Bibliografía:
Álvarez, M. y Santos, M. (1995): La dirección eficaz de los equipos docentes, Madrid: ITE de la CCE
Bazarra, L. y Casanova, O. (2013): Directivos de escuelas inteligentes. ¿Qué perfil y nuevas habilidades exige el futuro? Madrid: SM
Del Pozo, J. A. (2012): Competencias profesionales. Herramientas de evaluación: el portafolios, la rúbrica y las pruebas situacionales. Madrid: Narcea
Poblete Ruiz, M. y García Olalla, A. (2003): Desarrollo de competencias en los equipos directivos de centros educativos. Un estudio empírico. Congreso Internacional Humanismo para el siglo XXI. Bilbao
Tardif, J. (2003): « Développer un programme par compétences : de l'intention à la mise en œuvre ». Pedagogie Collégiale, 16(3), pp. 36-44