Si comtemplaramos las Escuelas de Formación Superior como un escenario teatral comprenderiamos que tras un decorado y un excelente reparto de actores hay una parte de atrás que se mueve en la oscuridad de las bambalinas realizando una importante labor desde el otro lado del telón.Cuando asumí la dirección de Les Roches Marbella quise poner a su disposición mi experiencia de más de dieciseis años en distintas instituciones de educación superior, pero sobre todo me propuse compartir y aplicar el que creo que es el mayor aprendizaje de mi carrera en el sector: La educación es pasión por influir positivamente en el estudiante, y la capacidad de influencia no tiene límites.
Al nuevo equipo intenté transmitirles además, mi confianza en el trabajo que se construye en grupo, disponiamos ya de un arraigado sentimiento de pertenencia a la comunidad que se respiraba en cada rincon del campus de Marbella, y en ese sentido solo pedí continuidad, ya que es un sentimiento que permeabiliza enseguida entre los alumnos y desde luego, un rasgo crucial para la excelencia que marca la historia de Les Roches.
Pero toda excelencia en servicio solo sobrevive de la mano del emprendimiento.
Las expectativas siempre se acaban viendo superadas por otras nuevas y para desafiarlas era muy importante que la dirección fomente el espíritu emprendedor de cada miembro de sus equipos, abriendoles la oportunidad de exponer ideas y soluciones a todos los niveles.
SI hay un sentimiento que un centro de educacion superior que aspire a la excelencia debe exigir a su director, es que tenga la capacidad de compartir y contagiar al resto de la organización una actitud de insatisfacción permanente.Tener como meta la mejora constante es uno de los elementos clave para la búsqueda y posterior mantenimiento de dicha excelencia.
Les Roches es líder en España en la formación de Alta Dirección Hotelera y una de las tres marcas más reconocidas por la industria hotelera en el mundo. Asumir ese liderzago signfica no acomodarse a los exitos y halagos. Ser una escuela realmente global implica recibir alumnos de todas partes del mundo que demandan tener la oportunidad de ejercitar su profesión en distintos puntos del planeta, durante y despues de su periodo formativo. Hacer convivir más de 65 nacionalidades en un mismo campus de forma que se enriquezcan de ese ambiente cosmopolita y al mismo tiempo ser capaces de asegurar la uniformidad en el estandar de calidad que nos distingue, no se puede conseguir en una cultura de rutina. Se necesita un ambiente emprendor, inquieto y disciplinado que hable un mismo lenguaje.
Nos dedicamos a formar directivos de hotel, directivos que deben saber convivir en la exigencia del servicio al cliente más exclusivo, directivos al fin y al cabo capaces de liderar personas en un sector como el turístico que trata de personas para personas. Nuestros alumnos no solo cuentan con el plus de formarse en inglés, disfutar de experiencias internacionales y conectarse a una red de networking mundial. Nuestro deber como formadores es inculcar en su ADN profesional cierta actitud de insatisfacción profesional en busca de la experiencia.
No hay complacencia posible, ni para los estudiantes ni para los profesores ni para el equipo de gestión, dependemos de esa permanente búsqueda de la excelencia para mantener la confianza de las mejores compañías turisticas a nivel internacional.
Y cuando el desaliento cuestiona si es necesaria tanta constancia en el esfuerzo, solo tenemos que recordar que nuestra misión es influir positivamente en el futuro del estudiante. De esos estudianes que serán los que construyan el mañana de nuestro sector.
