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Igualdad de oportunidades en el trabajo
Artículo de opinión
El principal reto de un centro especial de empleo es formar y preparar a las personas para la adecuada y exitosa inserción e integración en el mundo laboral. Esto implica que un centro especial de empleo debe ser un lugar de transición de trabajo a la inserción al mundo laboral ordinario o protegido. Para ello, se debe fomentar siempre la independencia y autonomía de los trabajadores/as con la finalidad de que estos mismos puedan desenvolverse en el mundo laboral con el menor soporte externo posible.
Otro objetivo importante de un centro especial de trabajo es la orientación laboral para encontrar el trabajo más adecuado al perfil de cada trabajador/a, teniendo en cuenta los intereses y capacidades de cada persona. A parte de la transmisión de conocimientos teóricos sobre el trabajo, una orientación eficiente incluye una formación práctica, la cual es la clave para asegurar una adecuada y exitosa inserción al mundo laboral. Dependiendo de las características de cada persona, una formación práctica puede empezar en el mismo centro especial de trabajo o directamente en una empresa externa. El trabajo, tanto dentro como fuera del centro especial, debe ser adecuado a las capacidades e intereses de cada trabajador/a. Cuando la formación práctica empieza en el centro especial de empleo, ésta debe ser enfocada a unas posibles futuras prácticas en una empresa externa. Por lo tanto, las tareas prácticas realizadas en el centro especial se deben parecer lo máximo posible al trabajo de la empresa objetivo, donde se quiere integrar a la persona.
Cuando se haya valorado que el/a trabajador/a ha recibido la formación teórica y práctica necesaria para integrarse en el mundo laboral, se buscará a la empresa que ofrezca un trabajo que busque el perfil profesional del individuo. Para asegurar una eficiente inserción a la empresa, normalmente el/a trabajador/a recibe un soporte externo. Este soporte, siempre que se pueda, debe ser temporal e ir reduciendo a medida que el/a trabajador/a avanza y se adapta eficazmente al nuevo puesto de trabajo.
En resumen, se podría concluir que el principal reto de un centro especial de trabajo es convertirse en un lugar de transición de trabajo adaptado al mundo laboral.
A parte de ser un centro de transición. Éste debería ser un centro permanente de recursos, el cual ofrezca distintos profesionales tanto para dar soporte a la inserción laboral a empresas externas como para proporcionar trabajo protegido a aquellas personas que en un momento dado en su vida necesiten de un soporte interno y estructurado. Este tipo de centro también debería servir para ayudar a los trabajadores/as que se encuentren en situación de desempleo, a no perder las habilidades sociales y laborales adquiridas.
¿Qué acciones contribuyen a mejorar la integración laboral de las personas con enfermedad mental?
La principal acción que contribuye a mejorar la integración laboral de las personas con enfermedad mental es la confianza en las capacidades de los/as futuros/as trabajadores/as en realizar un trabajo bien hecho. También es importante que el trabajo sea adecuado a las capacidades e intereses de cada uno con la finalidad de fomentar una buena motivación para aprender y trabajar de una forma productiva y eficaz. La finalidad última sería que la persona con una enfermedad mental se sienta como un trabajador más en la empresa.
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