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Profesorado de FOL y orientadores: una apuesta conjunta para la FP actual
Artículo de opinión
Las necesidades de orientación y tutoría del alumnado de un centro de formación profesional actual son muy variadas, y se corresponden con diferentes ámbitos y vertientes de la orientación. Como es lógico, buena parte de las demandas pertenecen al ámbito de la orientación profesional, la búsqueda y el acceso al empleo. Pero es indudable que en los centros de FP actuales se evidencian también claras necesidades relacionadas con el desarrollo de los procesos de enseñanza-aprendizaje; así como, las generadas por otro tipo de problemáticas de tipo personal o emocional, que en muchos casos condicionan seriamente el progreso formativo del alumnado. Los centros de Formación Profesional han de ser conscientes de ello y, en la medida de sus posibilidades, organizarse adecuadamente para no eludir esas legítimas demandas.
Por otro lado, y de puertas afuera, la orientación no ha de cerrarse y acotarse a los límites estrechos del centro. Muy al contrario ha de manifestarse accesible al alumnado de otras etapas educativas y, en general, a toda la ciudadanía, con independencia de su nivel de formación, condición profesional o social y de su ubicación geográfica. Para ello, los servicios orientación habrán de ir incorporando a su labor las herramientas y recursos que permitan complementar adecuadamente el tradicional acceso presencial a la orientación.
Aunque es obvio que la dotación de recursos para la orientación es muy diversa en función de la tipología de los centros de FP, todos disponen de profesionales de la orientación como el profesorado de FOL y, en algunos casos, también de orientadores (de la especialidad de orientación educativa), así como de otros profesionales vinculados a la información y orientación para el empleo.
Lógicamente, la concreción de los diferentes planes de orientación variará en función de las circunstancias y de la dotación específica de profesionales de cada centro. En cualquier caso, en la FP actual se hace perentoria la necesidad de organizar y definir todos los servicios y tareas de orientación, con independencia de los contenidos curriculares de FOL, lo que indefectiblemente habrá de hacerse a través de la estructura de un departamento de orientación que dotará de la coherencia precisa a todas las intervenciones del centro en la materia.
Es precisamente esta denominación de "departamento de orientación", la que considero más adecuada, en contraposición a otras como "servicio de información y orientación", ya que la primera permite una mejor integración en los patrones organizativos al uso en los centros docentes y, además, se evita el mensaje más exógeno y un tanto tautológico al que nos remite el segundo
Considero, eso sí, que en el departamento de orientación de un centro de FP actual han de participar todos los agentes que de una u otra forma estén implicados en la orientación, ya que se trata, en definitiva, de establecer los mecanismos de planificación (planes de orientación, tutoría, emprendizaje, mediación, etc.), y organizativos necesarios para una actuación coherente y coordinada en este ámbito.
Pero una cosa es la participación funcional en la elaboración de planes, estrategias, líneas de actuación; y otra, convertir el departamento de orientación en una estructura ingobernable, o cajón de sastre de cualquier iniciativa docente en el centro. Por eso, en mi opinión, esta solución organizativa no debería pasar en ningún caso por la fusión con el departamento de FOL, o que éste se subsumiera en un macrodepartamento de orientación. Lo mismo sucede con los tutores, ya sean de formación inicial, de prácticas en empresa (FCT), de FP en alternancia, o de proyectos. No tiene sentido que pertenezcan orgánicamente al departamento de orientación, ya que pertenecen a otras estructuras docentes y/o organizativas del centro, aunque sí se hace preciso, que tengan una representación en él para garantizar la correcta coordinación y coherencia en sus intervenciones.
En el caso de los centros integrados de FP, habida cuenta de la heterogeneidad funcional y de tareas que conlleva un sistema integrado de orientación, los diferentes profesionales habrán de abordar procesos específicos y diferenciados de la misma, con lo cual se hace precisa, en mayor medida si cabe, una clara distribución funcional entre todos los agentes implicados en la orientación.
El profesorado de FOL ha de ser plenamente consciente de la necesidad de participar, desde esta vertiente de la orientación profesional y para el empleo, en una estructura transversal como es la del departamento de orientación, que habrá de constituirse en la punta de lanza de todos los planes de innovación del centro relacionados con la transición a la vida activa y al emprendimiento de su alumnado
Esta participación conlleva una inevitable convivencia profesional con otros agentes de la orientación donde los hubiera, en especial en los centros integrados de Formación Profesional. Así, la figura del orientador u orientadora (de la especialidad docente de orientación educativa), aunque minoritaria aún en los centros de FP, deberá de adquirir carta de naturaleza plena, también en esta etapa educativa, si lo que se pretende es desarrollar un modelo holístico de orientación acorde a los tiempos actuales. Esta colaboración del orientador y profesorado de FOL en el ámbito de la orientación profesional y para el empleo, habrá de hacerse, y cobrará todo su sentido, a través de su concreción en programas específicos de intervención en diferentes ámbitos: toma de decisión vocacional, continuidad de estudios, acceso al empleo, fomento de la iniciativa emprendedora, etc.
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