Uno de los fenómenos sociales más significativos del siglo XX y que continuará vigente durante el siglo XXI ha sido el incremento de la esperanza de vida y el aumento de la población mayor, fruto de un envejecimiento progresivo de la sociedad. Así, sin duda, el envejecimiento es uno de los máximos retos sociales y económicos del siglo XXI para los países europeos.En este sentido, cabe señalar que Europa, en el marco de las diversas regiones mundiales, tiene la mayor proporción de personas que supera los 65 años, junto con Japón, con unas proporciones sin precedentes.
En este contexto planteado, uno de los retos básicos al que se debe dar respuesta es al incremento de la calidad de vida de las personas mayores así como al incremento de su autonomía personal, buscando retrasar, tanto como sea posible, los procesos de dependencia velando por la mejora de la autoestima de este colectivo.
El desarrollo de programas que incrementen la calidad de vida de las personas mayores en todas sus dimensiones es uno de los objetivos básicos que las administraciones públicas, las universidades, los centros de investigación y el conjunto de instituciones de la sociedad civil que han de colaborar de una forma coordinada.
En este sentido, es importante hacer referencia a la V Conferencia Internacional sobre Educación de las Personas Adultas organizada por la UNESCO (1997) donde se abordó el aprendizaje de las personas mayores con dos propuestas muy claras:
- Asegurar a las personas el acceso a la educación y a la formación.
- Organizar actividades que ilustren la educación para las personas mayores, para reforzar el papel de las personas en la construcción de las sociedades actuales.
Una experiencia en orientación y educación universitaria con mayores
Desde la Facultat Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés de la Universidad Ramon Llull hace más de 5 años que estamos llevando a cabo una experiencia interesante en cuanto a la orientación y formación de personas mayores con un Programa Universitario para Personas Mayores. Este programa fomenta el desarrollo personal, tanto en su dimensión individual como social, y tiene un componente que se traduce en una mejora de la calidad de vida de las personas participantes, a la vez que manifiesta una preocupación a través de los conocimientos y experiencias compartidas. Y como éste, son múltiples los programas universitarios para personas mayores que se imparten actualmente en diversos centros universitarios de nuestro país.
El objetivo de este programa es incorporar a las personas mayores de 55 años o más a la vida universitaria y a un contexto sociocultural para promover el desarrollo personal, promover la participación de las personas mayores en la sociedad actual y para potenciar su integración en procesos formativos a lo largo de toda la vida. También pretende incentivar el conocimiento actualizado en diversas áreas del saber y de la cultura par así favorecer la calidad de vida y potenciar el desarrollo de las relaciones intergeneracionales que facilite la transferencia de conocimientos. Finalmente, pretende posibilitar el nuevo cambio tecnológico, introduciendo medios que preparen a las personas mayores para el acceso a las nuevas tecnologías.
Los contenidos que ofrece el programa se inscriben en el área de las humanidades y la acción social y están enfocados hacia el crecimiento personal, intelectual y social. Están centrados en la funcionalidad de lo que se aprende, cómo se aprende y cómo se relaciona con la actualidad. Los contenidos se organizan en bloques de saberes, de los que forman parte varias asignaturas que son independientes entre sí y dan la posibilidad de que cada persona estudie a su ritmo.
En estos años, hemos podido observar como el perfil de los usuarios del programa ha ido cambiando de la mano de la consabida crisis que no es ajena a estos colectivos. Cada vez, los nuevos estudiantes son personas vitalmente activas que han sido prejubiladas de sus empresas. Personas con gran vitalidad y ganas de aprender y de continuar sintiéndose útiles a la sociedad.
Son personas que llegan a la Universidad, un poco desorientadas, en busca de información sobre posibles actividades a realizar, actividades que les ayuden a reorganizar su tiempo, delante de su nueva situación vital.
Para ellas, ofertas como los programas universitarios les han supuesto el hecho de poder llevar a cabo deseos anteriores, así como un incremento de su autoestima y una mejora de su red de relaciones sociales. Todo ello conlleva conseguir una mejora real de la calidad de vida y encontrar sentido a su nueva situación.
