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Ciudades Educadoras: siguiente paso

Artículo de opinión

  • 05/12/2014

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Mireia Civís i Zaragoza, Grupo de Investigación PSITIC de la FPCEE Blanquerna de la Universitat Ramon Llull (Barcelona)
En Barcelona se celebra el XIII Congreso Internacional de Ciudades Educadoras, 24 años después que se celebrase el 1º,  mientras la Asociación Internacional de Ciudades Educadoras cumple ya 20 años.
 
Qué ha pasado a lo largo de todo este recorrido? Pues que de las 70 ciudades que firman en el 1990 la Carta de Ciudades Educadoras hemos pasado a 454 ciudades de 36 países diferentes y de todos los continentes. Y más allá del potencial de los números esto significa 454 ciudades con la voluntad de ser educadoras y por lo tanto contenedor, continente y contenido educativo, como bien señalaba Trilla (1999) en su libro "Les ciutats que s'eduquen". Una ciudad con valores educativos, con espacios educativos, con recursos educativos, con agentes educativos y con contenido educativo. La hazaña no es menor.
 
Así, a lo largo de este recorrido las ciudades educadoras se han esforzado para cumplir los 20 principios de la Carta de Ciudades Educadoras: derecho a la educación, diálogo intergeneracional, preservación de la identidad de la ciudad, sostenibilidad, calidad de vida, vocación inclusora,…Y han sido capaces de impulsar nuevos proyectos o reimpulsar experiencias ya existentes bajo el paraguas de la Ciudad Educadora y sus premisas.
 
También a lo largo de estos 24 años han surgido distintas iniciativas para ayudar a armar el proyecto y proceso de devenir ciudad educadora. Si en el horizonte de la ciudad educadora hay la idea de compartir un único proyecto educativo entre todos los agentes educativos de la ciudad, las fórmulas para gobernar este proceso y proyecto van a ser necesarias. Así, Proyectos Educativos de Ciudad, Pueblo o Barrio, Redes Educativas Locales, Planes Educativos de Entorno o Zonas Educativas son algunas de las iniciativas surgidas con la voluntad de ayudar a hacer posible que la ciudad sea educadora.
 
Estos proyectos ponen el acento en la vertiente organizacional y procesual y definen programas concretos; especificando fases, acciones, metodologías y modos organizacionales para conseguir su propósito. Todos ellos tienen sus fortalezas y sus puntos mejorables pero comparten la mirada del territorio educador, de la comunidad educadora, de la ciudad educadora.
 
Sin embargo, más allá de las metodologías eficaces, de los diagnósticos precisos, de las modalidades organizacionales exitosas y de los proyectos bien diseñados hay el factor social y relacional. Lo que también entendemos como el capital social, como el lado social de la ecuación del cambio educativo (Daly, del Fresno, & Liou, 2014). Es decir, la cantidad y calidad de relaciones que se establezcan entre los distintos agentes educativos (entidades, profesionales, organismos, instituciones,…) va a ser determinante respecto al éxito o fracaso de la empresa.
 
Esto es algo que sabemos todos: si las relaciones son de confianza, de ayuda, de colaboración,… la consecución de los objetivos planteados  está más garantizada. No obstante, en la práctica nos centramos más en las estructuras formales para impulsar el cambio que en las informales. Nos preocupa más delimitar fases, estructuras de acción y aspectos técnicos que incidir en los aspectos relacionales que son también determinantes. Como bien plantean Daly y Finnigan (2014), el énfasis en el vertiente relacional es necesario y complementario al técnico, ni suplementario ni accesorio.
 
Así, quizá ha llegado el momento de que las ciudades educadoras se paren a reflexionar y analizar sus estructuras informales y relacionales y se centren en fortalecerlas. Para garantizar cambios, transformaciones, innovación y la consecución de los objetivos implícitos y explícitos en la carta de ciudades educadoras, hace falta focalizar la atención en los vínculos y las relaciones a través de las cuales se desarrollan los distintos proyectos de las ciudades educadoras. Conocer e impulsar estructuras de colaboración e innovación va a ser un elemento crítico y determinante para el éxito del modelo.
 
Referencias bibliográficas
 
Trilla, J. (1999). Les ciutats que s'eduquen. Barcelona: Diputació de Barcelona.

Daly, A. J., del Fresno, M., & Liou, Y. (2014). Comprendiendo el lado social de la mejora de la educación. In Conectados por redes sociales. Introducción al análisis de redes sociales y casos prácticos (pp. 293–309). Barcelona: Editorial UOC.

Daly, A. J., & Finnigan, K. S. (2014). Explorando al interior: Las redes sociales, la confianza y los líderes de las escuelas de distrito urbanas. REICE. Revista Iberoamericana Sobre Calidad, Eficacia Y Cambio En Educación, 12(4), 131–161.
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