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Las redes sociales 2.0 como oportunidad para la investigación y la docencia universitarias

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Carles Lamelo, Universitat Abat Oliba CEU (Barcelona)
Las redes sociales han llegado para quedarse (Lamelo 2014) y traen consigo una extraordinaria capacidad comunicativa (De Haro 2010) propia del fenómeno de masas en que se han convertido (Flores 2009). Aunque la evolución de este fenómeno es una incógnita, no podemos negar su incidencia social; por lo que el sector educativo debe ponderar su implicación en esta nueva realidad. Pese a las restricciones legales que Facebook y Twitter incorporan en sus condiciones de uso (Escalona 2013), lo cierto es que muchos estudiantes de Secundaria, e incluso de Primaria, ya se abonan a la moda de las plataformas de comunicación 2.0 aunque no cumplan con las restricciones de edad. Ante esta realidad, solo cabe preguntarse ¿cómo puede Internet y estas nuevas formas de comunicación contribuir al conocimiento? La respuesta, en este caso, no está exenta de controversia.
 
Si nos centramos en el ámbito universitario, las redes sociales en el aula se han convertido, a menudo, en un aliado de la distracción de los estudiantes que en lugar de atender a la lección magistral, se entretienen con sus dispositivos móviles y ordenadores portátiles dificultando el normal funcionamiento de la sesión lectiva. Empieza a ser una norma que muchos estudiantes tomen apuntes directamente en sus ordenadores o tabletas, en lugar de utilizar cuartillas y cuadernos; a lo que hay que añadir la presencia de Internet en los aularios como un portal de acceso al conocimiento, de manera que todo cuanto dice el profesor puede ser escrutado al instante y contrastado con diversas fuentes. Las consecuencias de este nuevo paradigma son virtuosas si enriquecen el debate intelectual pero también propician la distracción de los pupilos respecto de lo que explica el docente.
 
Analizados algunos de los riesgos, es bueno centrarse en las posibilidades que brindan las tecnologías 2.0 aplicadas a la investigación académica y a la docencia universitaria. El alumnado que está accediendo a los estudios superiores está formado en su práctica totalidad por nativos digitales, miembros de la llamada generación Y. Este nuevo grupo social, los millenials, (Howe, Neil?; Strauss 2000) necesita de la interacción  (Imbernón, F; Silva, P.; Guzmán 2011) para disfrutar de la experiencia educativa de una sociedad líquida que cada vez es más permeable a estas nuevas tecnologías. Conviene, pues, que se integren estos sistemas comunicativos en el normal desarrollo de las actividades académicas, de manera que los profesores y doctores sean conscientes de la potencialidad de desarrollo de su docta trayectoria en paralelo a la vida digital, contribuyendo al conocimiento a través de recursos abiertos a una comunidad universitaria que se ha vuelto global.
 
En plataformas como Scribd (https://www.scribd.com/), investigadores de todo el mundo comparten sus documentos de trabajo, esquemas, artículos académicos, conferencias y otros archivos conformando un repositorio de conocimiento de amplísimo valor. A través de páginas de Facebook vinculadas a los grupos de investigación o facultades pueden difundirse estos escritos para que sus alumnos y también estudiantes de otras instituciones formativas y países profundicen en sus investigaciones. El uso de transparencias y diapositivas también consigue tener mayor visibilidad si los profesores alojan en SlideShare (http://es.slideshare.net/) o Prezi (http://prezi.com/) las presentaciones de sus sesiones magistrales, seminarios y conferencias; de la misma manera que en YouTube (http://www.youtube.com) las mejores universidades del mundo hacen públicos los contenidos de congresos o las aportaciones de sus docentes en formato audiovisual. Todo ello da visibilidad a las instituciones educativas y facilita el acceso al Conocimiento a una comunidad de estudiantes potencialmente global.
 
En los últimos años se ha incrementado la oferta de cursos semipresenciales y a distancia en entornos académicos completamente en línea (Castaño Garrido 2009), algunas iniciativas son, incluso, gratuitas a través de la célebre plataforma Mooc (http://mooc.es/). Todos estos servicios redundan en beneficio del conocimiento, si bien pueden trivializar la figura del docente universitario y diluir parte del contenido académico en el esfuerzo por captar masa crítica de alumnos. En este sentido, parece lógica una apuesta clara por los diferentes niveles de lectura que acerquen a las diversas tipologías de estudiantes virtuales a la información que más convenga a sus investigaciones y carrera académica. De esta manera, y utilizando el hipertexto, pondremos en contacto a la comunidad global a través de sencillos mecanismos tecnológicos. De esta indexación 2.0 surgieron plataformas como Google Académico1, Mendeley2, EndNote3 o Refworks4 que agilizan tediosos procesos de referencia académica y fomentan el uso compartido de recursos académicos de alto interés intelectual. Algunas de estas aplicaciones permiten la creación de grupos de investigación virtuales donde confluyen las mentes más brillantes de las mejores universidades del mundo a través de un entorno de erudita cocreación y que contribuyen a lo que se viene a llamar aprendizaje cooperativo y colaborativo (Peña, Katiusca; Pérez, María; Rondón 2010) (Area 2009).
 
Emulando la funcionalidad de las plataformas 2.0, surgió en 2008 la red social ResearchGate (http://www.researchgate.net/); en esta interfaz se dan cita las mejores bibliotecas del mundo, investigadores de las universidades más reconocidas y entidades privadas que trabajan a favor del avance de la Ciencia. Con matices, los profesores universitarios pueden aprovechar la potencialidad de Academia.edu (https://www.academia.edu/) donde el usuario puede seguir a los investigadores relevantes en los que apoya sus trabajos académicos y, al mismo tiempo, suscribirse a los temas que le interesan con el objeto de actualizar sus conocimientos lo más posible. En este sentido, conviene remarcar las aportaciones de otras plataformas como Edmodo (http://www.edmodo.com) o Twidicate (http://www.twiducate.com).
 
Sea cual sea la tribuna digital que utilicemos para difundir nuestros contenidos, conviene recordar el deber de contribuir con rigor y objetividad al avance del Conocimiento, atendiendo a las necesidades académicas y ofreciendo una imagen honesta de nuestro perfil profesional como docentes e investigadores. Es importante que los profesores y doctores velen por su buena reputación digital cuidando la huella que dejan en la Red  (Serrano-Puche 2012) y que aprovechen las potencialidades social media (Espuny, Cinta; González, Juan; Lleixà, Mar; Gisbert 2011) para establecer contactos que faciliten la colaboración entre el mundo de la empresa y la Universidad o entre diferentes instituciones académicas con el fin de participar en artículos, ponencias de congresos o trabajos de campo.
 
De entre las redes sociales más populares, despunta LinkedIn (http://www.linkedin.com); una plataforma que está claramente orientada a los profesionales de diferentes ámbitos y que puede servir de espacio principal de comunicación para académicos, universidades y grupos de investigación. Si nos centramos únicamente en los docentes, LinkedIn ayuda a visibilizar la experiencia profesional y a resaltar los intereses de los profesores y doctores. Gracias a esta red social, las universidades pueden captar a nuevos talentos para su claustro, ponerse en contacto con potenciales conferenciantes o con actores estratégicos del mundo de la empresa. Pero LinkedIn también permite enlazar sus servicios con Scribd, SlideShare o plataformas blog, lo que ayuda a centralizar toda la producción académica en un solo perfil social. La fuerza del 2.0 radica en la conexión entre personas que comparten intereses y es en este punto donde LinkedIn se revela como una herramienta imprescindible para los profesionales de la Academia porque sirve para interactuar con colegas de otros países o entornos educativos, pero también ayuda a establecer vínculos que se puedan forjarse en intercambios interuniversitatios o congresos académicos.
 
Además, la red social profesional fundada en 2002 ofrece otras posibilidades útiles a la gestión universitaria. Así, sirve también de plataforma de comunicación y representación institucional de manera que personas de todo el mundo pueden seguir a los perfiles corporativos de las facultades y también de los grupos de investigación. A partir de este aplicativo, pueden abrirse debates y foros de discusión, establecerse nuevos contactos y compartir documentos de trabajo.
 
Las redes sociales tienen, pues, aplicaciones claras en el sector universitario, aunque la mayoría de estudiantes de grado no las utilizan con finalidades académicas, ni siquiera siguen, en su mayoría, a sus profesores en Twitter (Gómez-Aguilar, Marisol; Roses-Campos, Sergio; Farias-Batlle 2012). Pese a que esta foto fija de la situación de la Universidad 2.0 necesita de muchos matices, la evolución del uso de las redes sociales en el ámbito educativo superior puede cambiar su tendencia en el futuro si el profesorado se sube al carro digital con entusiasmo.
 
Notas al pie:
 
1.- [En línea]: http://scholar.google.es/
2.- [En línea]: http://www.mendeley.com/
3.-[En línea]: http://endnote.com/
4.-[En línea]: https://www.refworks.com/es/
 
Bibliografía:
 
Area, Manuel. 2009. "Las Redes Sociales En Internet Como Espacios Para La Formación Del Profesorado." Razón Y Palabra, no. 63.
 
Castaño Garrido, Carlos. 2009. "Educar Con Redes Sociales Y Web 2.0." Eduweb. Revista de Tecnología de Información Y Comunicación En Educación.
 
De Haro, José Juan. 2010. Redes Sociales En Educación. Madrid: Anaya.
 
Escalona, Núria. 2013. #DIGITALK. Del Màrqueting Directe a La Comunicació 2.0. Barcelona: UOC.
 
Espuny, Cinta; González, Juan; Lleixà, Mar; Gisbert, Mercè. 2011. "Actitudes Y Expectativas Del Uso Educativo de Las Redes Sociales En Los Alumnos Universitarios." RUSC. Revista de Universidad Y Sociedad Del Conocimiento 8 (1).
 
Flores, J.M. 2009. "Nuevos Modelos de Comunicación, Perfiles Y Tendencias En Las Redes Sociales." Comunicar, no. 33: 73–81.
 
Gómez-Aguilar, Marisol; Roses-Campos, Sergio; Farias-Batlle, Pedro. 2012. "El Uso Académico de Las Redes Sociales En Universitarios." Comunicar 19 (38).
 
Howe, Neil?; Strauss, William. 2000. Millenials Rising. The Next Great Generation. New York: Random House.
 
Imbernón, F; Silva, P.; Guzmán, C. 2011. "Competencias En Los Procesos de Enseñanza-Aprendizaje Virtual Y Semipresencial." Comunicar, no. 36: 107–14.
 
Lamelo, Carles. 2014. Follow Friday. Método Estratégico de Comunicación Y Márquetin Digital. Barcelona: UOC.
 
Peña, Katiusca; Pérez, María; Rondón, Elsiré. 2010. "Redes Sociales En Internet: Reflexiones Sobre Sus Posibilidades Para El Aprendizaje Cooperativo Y Colaborativo." Revista de Teoría Y Didáctica de Las Ciencias Sociales, no. 16: 173–205.
 
Serrano-Puche, J. 2012. "Herramientas Web Para La Medición de La Influencia Digital: Análisis de Klout Y PeetIndex." El Profesional de La Información, no. 21(3): 298–303.
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