Se le atribuye a Francis Bacon el dicho de que "Si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma irá a la montaña" para expresar que si las cosas no se dan en la forma que pensábamos, habrá que buscar otra forma de conseguirlas. Y la frase viene muy a cuento a propósito de la intención de las universidades cada curso que comienza, que no es otra que intentar captar a los mejores alumnos para cubrir su oferta de plazas.¿Pero cómo conseguir atraer la atención de los mejores estudiantes y seducirles con nuestra oferta formativa? Los alumnos que terminan bachillerato y tienen pensado estudiar un grado universitario se enfrentan a una decisión muy importante para su posterior vida profesional. Una de ellas es saber en qué universidad quieren estudiar su carrera.
Ante el aumento de centros universitarios durante los últimos años, el proyecto educativo de las universidades que quieran distinguirse del resto ha de tener una serie de requisitos que determinarán su éxito: programa educativo de calidad, buen claustro de profesores, idiomas, y, cada vez más importante, una formación práctica que les permita desarrollar las capacidades y habilidades que necesitarán para desempeñar su futuro puesto.
Además, deben disponer de una buena bolsa de trabajo y prácticas en empresas reconocidas, lo cual es fundamental para que los estudiantes se familiaricen con los métodos de trabajo y entren en el mercado laboral con una ventaja competitiva con respecto al resto de demandantes de empleo.
Sin embargo, toda esta oferta, por muy buena que sea, de poco servirá si la universidad es invisible a los ojos de los candidatos. Para ser ‘la elegida' tiene que destacar entre las demás, diferenciarse. No olvidemos que en un mercado con ofertas y precios similares la mejor imagen gana.
Ante este escenario las nuevas estrategias de marketing y comunicación son fundamentales para atraer la atención de los alumnos: páginas webs modernas y atractivas, buena presencia en redes sociales y medios de comunicación, iniciativas innovadoras, buen posicionamiento de todas las disciplinas que se impartan, etc.
Pero aún siendo importantes todos estos recursos no debemos olvidar el más decisivo: el contacto directo con los futuros universitarios para poderles explicar personalmente las ventajas y bondades del centro. ¿Y cómo se puede tener este contacto directo con los futuros universitarios? Ya que es muy difícil recorrer los más de 6.000 colegios e institutos de España, las universidades deben acudir a las ferias universitarias, en las que los alumnos de bachillerato tienen la oportunidad de conocer de primera mano su oferta académica.
Nos referimos a ferias como Unitour, Aula, FIEP, etc, en las que los responsables de las universidades y escuelas de negocios orientan a los futuros alumnos en los temas que ellos necesitan, y resuelven de forma personalizada sus dudas.
Durante este tipo de encuentros reciben información directa sobre lo que les preocupa (no tienen que perderse en un mar de información sobre otros temas que les puede desalentar en su búsqueda), valoran las opciones presentes en el salón y pueden tomar una decisión razonada basada en un conocimiento más profundo de toda la oferta. Así pues, si la montaña no viene a las universidades, que las universidades se acerquen a la montaña.
