El mar empresarial está surcado por numerosas empresas, que al igual que los barcos pueden llegar a su destino como estaba previsto, o quedarse en el intento, naufragando. A pesar de las numerosas dificultades que supone comenzar una actividad empresarial, cada año numerosas personas se enfrentan a esta aventura intentando llevar su sueño a cabo.Este punto de partida es común en el caso de aquellos jóvenes que inician sus estudios universitarios, másters, programas de prácticas o cursos de idiomas; y por otro lado, el del conjunto de centros, escuelas y academias que ofrecen dichos servicios.
En la vida se toman decisiones complicadas, con múltiples caminos a elegir, y es complicado actuar con seguridad, sabiendo que tomas la decisión adecuada. Siguiendo con el ejemplo anterior, quizás una de las primeras decisiones decisivas que una persona toma es la elección de centro educativo. Existen múltiples opciones que se autoproclaman como la mejor, pero desde la perspectiva del cliente es complicado saber si esa afirmación es cierta o no.
Obviamente para que exista tal abanico de posibilidades ha habido numerosos individuos que decidieron en su momento lanzarse al mercado ofreciendo el mismo producto que ya ofrecían otras compañías, pero que por algún motivo pensaban que había nicho en el mercado para su idea de negocio. Quizás en un mercado con poca competencia sea más sencillo acceder al público, ya que es probable que no todos elijan por satisfacción a la empresa existente, sino por necesidad. Pero cuando se pretende entrar en un mercado con elevado grado de competencia, tener unos objetivos y un segmento de mercado al que dirigirse claros es primordial. Por ello, desde un principio hay que tener bien calculadas las estrategias para el establecimiento en el mercado.
Actualmente la oferta del mercado de la formación es muy variada, es decir, una gran variedad de centros ofrecen servicios similares, naciendo cada año nuevas escuelas y centros educativos que intentan abrirse paso, compitiendo con algunas empresas que llevan años en el sector y tienen ya una determinada imagen establecida. Éstas han tenido años para forjar la imagen que desean dar, sus acciones en distintos ámbitos les han ayudo a forjar la posición que poseen actualmente. Por el contrario, al grupo de las recién llegadas les vendría bien saber bien a qué se enfrentan y qué deberían conseguir si quieren permanecer y crecer en el mercado.
A continuación resumiremos algunas de las acciones principales que deben llevar a cabo los centros con el fin de que el mercado en general y los posibles clientes en particular lleguen a la conclusión de que esa opción es la que va a lograr satisfacer su necesidad de la mejor manera posible.
Estos son algunos de los must si quieres que tu centro destaque con respecto al resto:
1. Experiencia en el Sector: Como dice el refrán "la experiencia es un grado" y sin duda en este caso es totalmente aplicable. Cuantos más años lleve un centro ofreciendo sus servicios, no sólo ha podido mejorar gracias a posibles recomendaciones de sus clientes, si no que la simple permanencia en el mercado durante tantos años ya resulta una garantía de cierta calidad o reconocimiento público.
2. Acuerdos con Centros de todo el mundo: Si algo caracteriza el mundo actual es la globalización. Ofrecer a los estudiantes todas las facilidades para que tengan experiencias en el extranjero es un punto a tener muy en cuenta a la hora de elegir un centro.
3. Red de Oficinas: Como se ha recalcado en el punto anterior, la actividad de una empresa en la actualidad debe ser acorde a los tiempos que corren, por lo tanto, a la internacionalización que se vive en estos momentos. Tener sedes en diferentes países, totalmente interconectadas entre sí para satisfacer la demanda de cada uno, es premisa de un servicio personalizado a cada tipo de cliente pero a la vez conectado con todo el mundo. Igualmente, participar de una red global de centros supone un grado diferenciador y enriquecedor para la formación de cualquier individuo.
4. Acuerdos con Empresas: Es sabido por todos que la teoría es necesaria, pero lo que realmente cuenta es cómo actuar ante ciertas situaciones, es decir, la práctica. Por ello, contar con distintos convenios y acuerdos con empresas para ofrecer a los estudiantes un lugar dónde poner en práctica todo lo aprendido es esencial.
5. Medios de comunicación: El reconocimiento social tiene su culmen en forma de menciones positivas en medios de comunicación. Ellos son en muchos casos los encargados ensalzar o desprestigiar a un centro, dependiendo en gran parte de éstos su reputación. Una buena reseña por parte de un medio de comunicación siempre funcionará como un revulsivo para el reconocimiento de un centro.
6. Diversidad: Tener una amplia oferta, es decir, poner a disponibilidad de los clientes una extensa gama de programas y sectores en los cuales poder especializarse y así destacar de los competidores, es vital.
7. Alumni: No hay publicidad más efectiva y veraz que la realizada por personal externo a la plantilla de la empresa. Es lo que conocemos como el "boca a boca". Por ello, tener unos alumnos tan satisfechos como para promocionar de manera gratuita tu escuela, creara un halo de confianza y transparencia.
8. Líderes en Educación: Al igual que los medios de comunicación y los Alumni, los galardones otorgados de manera externa o la participación asidua del centro en conferencias y congresos del sector, son garantía del correcto funcionamiento de una empresa, el resultado de una actuación impecable que da mayor credibilidad de los productos ante los potenciales consumidores.
9. Alta Empleabilidad: Una de las divisiones más conocidas de las personas es la típica de… ¿eres de ciencias o letras?, sea cual sea el campo con el que te sientas identificado, la objetividad tiene cabida. En este caso, unos porcentajes elevados de empleabilidad tras cursar un programa en cierto centro conlleva una correlación positiva entre ambos factores: estudiar en el centro "X" y encontrar empleo posteriormente.
Para finalizar, recalcar que es imprescindible la consonancia y la uniformidad de la imagen corporativa. Los valores y la cultura empresarial deben estar presentes en cada acción y servicio llevado a cabo por la empresa, creando así en el tiempo una imagen fuerte y firme, reconocida en el mercado.
