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Valores en las organizaciones. "Bajando de la nube"
Artículo de opinión
Si se piensa un poco, con calma, desde que ponemos el pie en el suelo al levantarnos, nos damos cuenta que vivimos en un mundo de organizaciones. En el despertador que nos ha levantado han intervenido varias empresas, en el suelo que pisamos, en la ducha que nos damos, en el desayuno que tomamos o en el transporte que utilizamos, se ven implicadas toda una serie de organizaciones que cubren distintos sectores de la producción. ¿Dónde adquirió sus zapatillas? ¿De qué materiales está hecho su suelo? ¿Quién le provee de agua, quién ha fabricado su grifo de baño o qué papelera está detrás de su tarjeta de metro? Así, hasta donde se quiera detallar. Vivimos en organizaciones (incluida, nuestra casa) y estamos "rodeados" de organizaciones (y todavía no hemos encendido el ordenador, tableta o móvil). Organizaciones que abarcan distintos sectores. También, el sector educativo. Pero, ¿qué es una organización? De todas las posibles definiciones que se puedan sostener nos parece la más adecuada la que entiende una organización, sobre todo en el ámbito educativo, como "una comunidad (unión en común) de personas". Y, ¿qué es lo une a las personas de una organización? ¿Sus valores? Aquí, es donde cada organización educativa debería empezar a responder.
El "abc": algunas consideraciones
Decimos el ‘abc' porque son consideraciones sencillas, elementales que todos conocemos y que, en el momento de ponerse a trabajar en la cuestión de los valores, vale no perder de vista.
Si nos centramos en el sector educativo, lo primero que hay que considerar es si el centro educativo es privado, público, concertado. También, cuál es su tamaño, si en número es una pequeña, mediana o gran escuela. Dónde está ubicada: en un pueblo, en una ciudad, en qué distrito…, su estructura, recursos… vayan poniendo lo que estimen oportuno hasta acabar de dibujar el centro educativo en el que se está pensando o del que se trate. También, si su historia –trayectoria- tiene un corto, medio o largo recorrido. Si, como centro educativo, llevan funcionado diez, treinta o cien años. Estas consideraciones se han de tener presentes cuando quiere abordar los valores de una organización, la que sea. Son variables, entre otras posibles, a tener muy en cuenta para situar bien el entorno o contexto -como se prefiera- desde dónde se lleva a cabo la labor educativa. Los valores, sí son texto pero, sobre todo, son contexto.
Más preguntas que respuestas
Si se consideran algunas de las variables anteriores, se tienen que recuperar y hacer explícitos algunos de los interrogantes que conllevan. Y las respuestas, se encuentran en cada organización educativa. Cada organización educativa tiene que hallar sus propias respuestas.
Los valores, a nuestro entender, están en el hacer de las aulas, en los patios, en los comedores… sobre todo, están ahí presentes, en el mismo centro educativo. Permítasenos la expresión y parafraseando: "dime cómo vives tu organización–cada centro educativo, sea el que sea- y te diré cuáles son tus valores". Los valores hacen referencia a la vida de la organización. ¿Quién ha de proponer las preguntas? Sobre todo, las personas con mayor responsabilidad en la organización educativa. ¿Quién ha de impulsar, velar, facilitar su concreción? Los integrantes de los equipos directivos. ¿Cómo? Llevando a cabo una primera aproximación dentro propio equipo directivo para, posteriormente, presentar al resto de la organización su propuesta de valores. Otra vez, ¿cómo? Se han de buscar espacios y tiempos para hacer partícipes al resto de la organización educativa los valores propuestos. Se ha de estar muy atento a lo que la organización dice y calla, entablando un diálogo abierto para que los valores sean aceptados por una mayoría.
¿Qué valores? Cada organización educativa ha de decir. ¿Por cuánto tiempo? Cada organización tiene que decirlo. ¿Cuántos? Nosotros diríamos que pocos. Entre tres y cinco (aunque nos inclinamos por tres). ¿Por qué? Porque se han de tener muy presentes en toda acción educativa, se han de llevar al ‘día' en la escuela y una lista de valores o una declaración de, sin duda, buenas intenciones, en el ‘día a día', con lo que se lleva entre manos, resulta complicado, ¿no les parece? ¿Valores? Pocos. Bien pensados, bien compartidos y bien revisados. ¿Valores definitivos? Valores por un tiempo, en un tiempo y para unos tiempos. Pero, quien decide es el conjunto de la organización educativa con sus responsables señalando, señalando sentido, es decir, dirección. Y si no es el conjunto de la organización quién decide, lo que sí es parece seguro que quien los vive (o no) es el conjunto de la organización educativa: todas las partes que intervienen –poco o mucho- en la acción educativa. Merece la pena ponernos en valor cada día.
Una carta a los Reyes Magos y…
No somos quién para decir a una organización educativa qué valores ha de poner en su práctica diaria. Pero si tuviéramos que hacer una carta a los Reyes Magos, pediríamos que en cualquier organización educativa –todas las personas implicadas en la misma –los "stakeholders", en términos de empresa- pero, sobre todo los niños y adolescentes, pudieran crecer y desarrollarse en una vida –educativa, también- plena y con sentido. ¡Casi nada! Lo sabemos. ¿Cómo llevarlo cada día en la actividad educativa? Requiere de respuestas tan complejas como apasionantes. Pasa por ustedes. Nosotros –apenas- sugerimos. Las respuestas son suyas.
…¿si nos llenamos la boca de palabras?…
¿Y si nos llenamos la boca -con perdón- de palabras ‘bonitas'? Si nos llenamos la boca de palabras ‘bonitas', al menos, nos salen "12 c". Seguro que hay más (también, en otras letras del abecedario como la "e": de ética, esfuerzo, empeño, eficiencia…): confianza, compromiso, credibilidad, creatividad, comunicación, coherencia, consistencia, competencia, conocimiento, compartir, calidad, comunidad… La cuestión a resolver es cómo se entiende, qué se piensa en la organización que es, por ejemplo, ‘la confianza'. Pero, sobre todo, cómo se lleva ‘la confianza' a la vida de la organización: con los escolares, con los profesionales, con las padres, administrativos, proveedores, con el barrio… El reto está en el cómo: en el hacer y en el vivir educativo. Los valores han de bajar de la nube y pisar el terreno. No hay respuestas únicas, ni uniformes. Existen múltiples respuestas como existen múltiples organizaciones educativas. Hay muchas maneras de hacer las cosas bien. Insistimos: hay que bajar al terreno de la organización educativa, pisar el aula, pisar el patio… bajar de la nube.
Los valores en las organizaciones pasan por sus propias decisiones, las que tomen entre (casi) todos y para (casi) todos bajo el impulso de unos (directivos) responsables. Los valores están en sus decisiones y, ante todo, en sus concreciones diarias. Pero, ustedes, esto ya lo saben de sobras. Solo nos hemos permitido recordárselo. Disculpen la osadía.
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