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Profesionalizar la dirección del centro educativo

Artículo de opinión

El modelo de dirección de los centros evoluciona la misma línea de las exigencias sociales y las necesidades cambiantes, incorporando nuevos roles, nuevas habilidades y nuevas competencias. En este contexto, ¿es necesaria una mayor profesionalización del perfil del director/a de centro educativo? ¿Cómo define la LOMCE este perfil? Descúbrelo en este monográfico.


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Laia Mestres i Salud, Redacción de Educaweb
El modelo de dirección de los centros evoluciona la misma línea de las exigencias sociales y las necesidades cambiantes, incorporando nuevos roles y nuevas competencias. El director/a de centro educativo, cada vez más, debe hacer frente a situaciones complejas, diversas y que requieren una respuesta concreta.
 
En este contexto, ¿es necesaria una mayor profesionalización del perfil del director/a de centro educativo? ¿Cómo define la LOMCE este perfil? En el monográfico 298 sobre Gestión y Dirección de Centros podrás encontrar artículos que responden a estas cuestiones.
 
¿Qué entendemos por profesionalizar la dirección de centros?
 
Los responsables de la gestión de un centro educativo, universitario o de formación son, a menudo, profesionales de doble vertiente. Por un lado, buenos profesores y, por otra parte, buenos gestores. Los expertos consultados coinciden en afirmar que, cada vez más, los directores o gestores deben hacer frente a una mayor variedad y cantidad de situaciones, que además, requieren formación y conocimientos específicos. En concreto, Juan Carlos Vilar, Consejero Delegado de Consultores Argos, afirma que la innovación, profesionalización, optimización, liderazgo, promoción de las capacidades, marketing educativo, son, entre otros, algunos de los conceptos que se están  convirtiendo en una especie de piedra filosofal para la supervivencia actual y futura de los centros educativos.
 
Para hacer frente a estos retos, los expertos consideran necesario profesionalizar la dirección de centros. Es decir, proporcionar herramientas para crecer profesionalmente, involucrando universidades, centros de formación continua y a la administración. Álvaro Porta, Gerente de la Universidad a Distancia de Madrid, afirma en su artículo que el director necesita de herramientas que le hagan crecer profesionalmente, desde la formación continua y permanente o desde la experiencia y contacto que le pueden facilitar otros directores. En este sentido, las administraciones y universidades deben procurar una formación adecuada a las necesidades de los directivos, pero también ser capaces de aprender de la experiencia de directores/as motivados, que permanecen en el cargo ilusionados, adaptándose a las circunstancias y avanzando.
 
Para Laura Barba, Responsable de calidad académica de Postgrado y Business School de la Universidad Francisco de Vitoria, aunque las leyes de educación que se han implantado hasta ahora no han apoyado la profesionalización de los directores de centros educativos, la oferta y la demanda de estudios en este ámbito nos revela que son muchos los que garantizan y apuestan por la idea de que un centro educativo estará bien gestionado y obtendrá resultados de calidad si está dirigido por un equipo de dirección formado en liderazgo y  gestión.
 
Las competencias clave para un buen gestor de centros
 
Las funciones de los directores y gestores de centros se han ampliado en los últimos años. Actualmente, es difícil definirlas en un decálogo, especialmente si tenemos en cuenta las cuestiones "transversales" en un centro u organización educativa: la aplicación de las nuevas tecnologías, la atención a la diversidad, la gestión administrativa y de los recursos humanos, la comunicación y el marketing educativo.
  • Capacidad de adaptación al cambio. Esta es la competencia fundamental para hacer frente al nuevo modelo de dirección y gestión. Los expertos destacan dos puntos clave: aprender de lo vivido y reinventarnos continuamente. Esta capacidad resulta útil tanto para los gestores de centros públicos como privados, universidades, institutos, centros de formación continua…
  • Eficiencia en el uso de los recursos. Relacionado con el punto anterior cobra fuerza la gestión eficaz de los recursos, tanto materiales como humanos y tanto si se han visto mermados como incrementados. Para Carles Armengol, Secretario General Adjunto de la Fundació Escola Cristiana de Catalunya, además, resulta necesario contemplar la búsqueda de nuevos recursos, por decir de algún modo, atípicos. Especialmente en la escuela concertada, esto supone buscar la forma de rentabilizar las instalaciones del centro u ofrecer otras actividades o servicios complementarios que permitan márgenes económicos para el sostenimiento general del centro.
  • Liderazgo. Los directores y directoras deben ejercer liderazgo para mejorar la calidad de la enseñanza. Por eso, es fundamental compartir con la comunidad educativa la visión hacia la que se encamina el centro, orientarse hacia unos objetivos concretos y dar sentido a las funciones y actividades de cada miembro del equipo directivo.
  • Resolución de conflictos. En el contexto educativo, resulta fundamental ser capaz de solucionar los conflictos o por lo menos, ofrecer las herramientas que facilitan su resolución. Un gestor debe ser firme en sus decisiones, justo y tener la capacidad de mediar. Junto con la resolución de conflictos, el director deberá saber gestionar el estrés, tanto el suyo propio como el de su equipo para lograr una gestión eficaz de los recursos humanos.
  • Formación de formadores. Un buen gestor debe tener la competencia para formar a las personas. Desde su punto de vista, es tarea del gestor de centro crear el entorno laboral y humano adecuado para el desarrollo de los talentos de cada uno mediante su implicación con su entorno, es decir, a través de su relación con otras personas que también necesitan el clima adecuado para su crecimiento personal y profesional. El verdadero logro del proyecto educativo se da con el de las personas, porque el crecimiento individual y el del bien común son dos caras de la misma moneda.
Por último, Laura Barba nos lanza esta reflexión: para profesionalizar la función directiva es imprescindible que su labor y entrega se vean reconocidos no solo de forma económica sino también ampliando la autonomía de los centros para que puedan implantar proyectos y medidas innovadoras en pro de la calidad de los centros que dirigen.
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