Según nuestra opinión, dirigir un centro educativo va más lejos que solamente gestionarlo. Hablamos de un director que ejerza un auténtico liderazgo escolar.
Desde hace unos años, FEDADi propone el siguiente decálogo de competencias para el ejercicio del Liderazgo Escolar.
- Comportarse en todo momento con integridad, honestidad y coherencia.
- Ser un experto desde el punto de vista técnico y profesional: a nivel normativo, pedagógico, curricular y de utilización de las TIC.
- Saber analizar los asuntos y solucionar problemas, especialmente en la gestión de conflictos y de convivencia, en general.
- Promover la innovación y saber gestionar el cambio.
- Practicar el desarrollo personal; procurar siempre la formación continua y la autoevaluación.
- Centrarse en los resultados: saber establecer objetivos consensuados y comprometerse con ellos, responsabilizarse de su desarrollo mediante actuaciones específicas, y evaluar su cumplimiento riguroso.
- Desarrollar habilidades comunicativas, tanto de forma interpersonal como públicamente, transmitiendo con convicción mensajes provechosos para el centro y significativos para las personas y los equipos, dedicando, además, un esfuerzo especial en conectar el centro con el entorno escolar.
- Inspirar y motivar a la comunidad educativa hacia la calidad, entendida como el éxito escolar que conjuga excelencia y equidad. En todo caso la calidad se concretará en la obtención de los objetivos que el centro se ha propuesto.
- Construir un sistema de relaciones que favorezca un clima escolar adecuado, que propicie el desarrollo personal y profesional de todos los componentes de la comunidad educativa, y que permita la colaboración, el trabajo en equipo y la difusión de las buenas prácticas.
- Desempeñar su tarea con una visión a largo plazo a través del Proyecto Educativo de Centro.
¿Es necesaria una mayor profesionalización del perfil del director/a de centro educativo público?
Evidentemente sí. Para que mejore el sistema educativo han de mejorar los centros y para que estos mejoren, han de mejorar sus direcciones.
Esto supone mejorar sus condiciones profesionales: ha de mejorar la formación inicial y continua de los equipos directivos y su reconocimiento profesional y salarial. Hay que intentar hacer del liderazgo escolar una profesión atractiva.
¿Qué importancia tiene la formación continua en este contexto?
Vital. Si analizamos el decálogo de competencias citadas en el primer punto, se observa que un profesor por muy bien que ejerza su profesión necesita formación inicial y continua que le permita ejercer liderazgo escolar que mejore su centro educativo. Además estamos en un entorno cambiante y los directivos hemos de estar atentos a los cambios que se producen en la sociedad para poder atender las necesidades y expectativas de las familias y alumnado de nuestros centros, cada vez más diversas.
¿Qué importancia tiene la evaluación en las tareas del director de centro?
No son las tareas del director las que se han de valuar sino la consecución de los objetivos de su proyecto de dirección. La profesionalización de la dirección debe acarrear la suficiente autonomía de gestión para llevar a cabo un proyecto definido. Pero para cerrar el círculo, esto debe contar con una rendición de cuentas. Se ha de evaluar los proyectos de las direcciones y los centros, también de una forma profesional, si queremos que éstos mejoren.
¿Evaluar la calidad de la educación contribuye a perfeccionar las políticas educativas y las metodologías didácticas? ¿De qué forma podemos mejorar los sistemas de autodiagnóstico de los centros?
Evaluar para mejorar. Esto debería de estar en el ADN de la educación. Pero para evaluar adecuadamente, hemos de fijar unos indicadores que de verdad nos den pistas de dónde y cómo mejorar nuestros procesos educativos para que mejoren los resultados. Son los centros quienes asesorados por la administración educativa fijen sus objetivos e indicadores y evalúen sus progresos. Los centros han de fijar sus resultados claves ligados a su proyecto educativo y sus procesos de trabajo que impulsen actividades para mejorar sus resultados. Pero deben contar con la suficiente autonomía para realizar los cambios necesarios. Desde mi punto de vista, para mejorar el sistema educativo hay que mejorar los resultados de los centros.
¿Cómo afecta la LOMCE a la gestión de los centros educativos públicos?
Está por ver, acaba de empezar pero yo particularmente soy muy escéptico con los cambios legales. Parece que todo se resuelve en los despachos de los ministerios o consejerías de educación, pero luego no es así. Dota de alguna competencia más a las direcciones a falta de los desarrollos legislativos en las comunidades autónomas no mejora la autonomía de los centros para poder llevar a cabo proyectos singulares. Por otra parte, es una ley que nace sin consenso y con demasiada precipitación.
Desde la fundación de FEDADi estamos solicitando un pacto social por la educación que permita que se elabore una ley educativa consensuada y duradera que dote de estabilidad y que con las evaluaciones precisas permita mejorar los resultados educativos.
¿Qué cambios son necesarios en la gestión de las organizaciones educativas para afrontar los retos de la educación actual?
Es una pregunta muy difícil que requeriría de mucho más espacio. Por resumir, como he comentado anteriormente se necesita una mayor autonomía de gestión en los centros para poder llevar a cabo proyectos atractivos. Esto pasa por una mayor confianza en las direcciones de los centros y dar importancia de verdad a dichas direcciones.
Las administraciones constantemente hablan de la importancia de los equipos directivos para la mejora de los centros pero no hacen nada para incentivar que los mejores profesionales accedan en las mejores condiciones a esos cargos. Necesitamos los mejores profesionales en las direcciones con la mejor formación posible y con el reconocimiento administrativo y retributivo acorde con sus responsabilidades.