La ONCE se muestra satisfecha con el grado de inclusión de los discapacitados visuales, quienes tienen una tasa de abandono escolar del 9,6%, por debajo de la media europea (según datos de Eurostat). Para favorecer la integración en las aulas, la organización y las Administraciones Educativas impulsan los Equipos Específicos de Atención Educativa a personas con Discapacidad Visual, cuya misión es facillitar al alumnado, profesorado, centros y familias los recursos y la planificación necesaria para favorecer el aprendizaje.
En este sentido, los expertos reconocen que para realizar una educación inclusiva se necesitan ciertos requisitos: en primer lugar, una formación para todos los profesionales que interactúan con los jóvenes; recursos materiales adecuados según la evolución madurativa del alumnado; en el caso de necesidades educativas especiales, apoyo de los profesionales y las escuelas de Educación Especial o eliminar las barreras arquitectónicas, etc.
En este contexto, el profesorado tiene un papel clave como catalizador capaz de facilitar la integración del alumnado y generador del diseño y la organización del aula y las diferentes metodologías didácticas.