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La búsqueda activa de empleo: un desafío personal
Artículo de opinión
Reflexión
Esta reflexión inicial es la que permitirá delimitar o redefinir nuestros objetivos profesionales prioritarios. De hecho, si no sabemos dónde vamos, nunca sabremos si hemos llegado dónde deseábamos. No es una tarea banal en un mundo de prisas y agitación constante, pero debemos lograr proyectarnos al futuro para trazar el horizonte de nuestras metas y retos profesionales. Además, es el momento de realizar un análisis interno que refleje nuestras fortalezas y debilidades con el fin de valorar el encaje de nuestro perfil competencial ante las demandas del mercado laboral.
Preparación
Tras la fase de análisis, llega el momento de fortalecer nuestro grado de ocupabilidad en el mercado. La preparación es clave, en una doble dimensión. Por un lado, hay que optimizar la formación en aquellos requisitos que exigen los puestos de trabajo que satisfacen nuestro objetivo profesional. En este sentido, una alta prestación en los idiomas demandados y un uso solvente de las técnicas de información y comunicación siempre conllevan una ventaja competitiva. Por otra parte, elaborar un CV con valor añadido, profundizar en el conocimiento de estrategias de marketing personal, ahondar en las técnicas de entrevistas y pruebas utilizadas en los procesos de selección actuales, es condición indispensable para multiplicar nuestras posibilidades de éxito en el mercado.
Acción
En cierto modo podemos afirmar que somos "empresarios de nosotros mismos", lo que supone asumir permanentemente una actitud proactiva y emprendedora en los procesos de búsqueda de trabajo. Ante todo, acción! La espera pasiva y reactiva nunca es efectiva y la movilización debe de ser múltiple. Hay que contar con todas las fuentes de reclutamiento que ofrece el mercado, a menudo pero, insuficientes para lograr el éxito. Más allá de las demandas "visibles" del mercado" debemos impulsar nuestra candidatura en el mercado "oculto". Para ello es fundamental el Networking, activando, fidelizando y ampliando nuestras redes de contacto profesionales lograremos mayores posibilidades de contacto directo con los empleadores.
Entusiasmo
Como es lógico, cualquier proceso de empleo o cambio profesional a priori se antoja complejo y colmado de atolladeros. En este periplo, el entusiasmo debe de ser el valor motor que guíe la toma de decisiones y permita interpretar en clave de oportunidad todo lo que podría ser percibido como una amenaza. No hay que ceder, una actitud positiva y perseverante nos mantiene firmes en la consecución de los objetivos prioritarios, a la vez que contagia buenas vibraciones a quienes deciden sobre nuestro futuro profesional.
En definitiva, si junto al entusiasmo somos capaces de conjugar la reflexión, que nos proporcionará un mayor autoconocimiento personal y del mercado, con la preparación, que nos brindará una mayor formación y capacitación, con la acción, que nos abrirá las ventanas de la oportunidad, lograremos que nuestra marca personal cotice al alza.
Un último aviso para navegantes, más allá de confiar en las recetas de los planes de empleo que se proyectan milagrosas pero amanecen perezosas, es el momento de confirmar nuestro potencial personal y profesional. "A lo tuyo tú", en la búsqueda de empleo hay que ser mucho más anfitrión que invitado. Sin duda, el mercado laboral facilita la bienvenida a quienes lo han desafiado asumiendo el timón de su propia trayectoria profesional.
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