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La adaptabilidad, una aptitud clave

Artículo de opinión


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Alejandro Tarín, Spain Marketing Assistant de CRCC Asia (Madrid)
El trabajo precario es uno de los protagonistas de la economía española. Algunos de los más damnificados son los recién licenciados que no encuentran salida al mercado laboral, y si lo hacen, los salarios son de risa comparados con sus funciones. En el lado opuesto, personas cualificadas y con una larga trayectoria profesional que tras ser despedidos por motivos ajenos a su labor se encuentran en paro y tienen un negro porvenir debido a que han quedado "obsoletos" después de dedicar su vida a labrar el porvenir de una empresa.
 
Por desgracia, la situación actual de España hace que las personas deban recuperar la mentalidad que se dejó atrás hace décadas y tengan que volver a "dar gracias" por tener un trabajo, independientemente a si su salario es digno o no. Este contexto unido a un mercado laboral cada vez más competitivo, provoca que las personas que buscan trabajo se vean implicadas en una carrera contrarreloj, en la que la meta es la supervivencia.
 
Hace unos años, las costumbres y necesidades no eran las de ahora. La forma de tomar ventaja con respecto al resto era más sencilla, tener una licenciatura o diplomatura. El motivo era que pocos podían permitirse empezar a trabajar tan tarde, o simplemente, no podían acceder a tal formación.
 
En cierta manera, corrían tiempos en los que era sencillo encontrar un trabajo: con o sin estudios, cada uno encontraba un puesto adaptado a sus conocimientos. Pero con la crisis de finales de la primera década del siglo XX, todo se complicó. Muchas empresas cerraron sus puertas, y las que menos padecieron la crisis, tuvieron que reducir plantilla. A muchas de las personas que consiguieron hace años el trabajo que pensaban que sería para toda la vida, éste les fue arrebatado.
 
Las consecuencias de la crisis no tardaron en llegar. Una de éstas fue la explosión del mercado laboral. Por un lado, todos aquellos jóvenes recién graduados que no podían emprender un futuro laboral. Por otro, un conjunto de personas por lo general de mayor edad, que fuera cual fuera su cualificación se vieron en las largas colas del INEM. Estos dos grupos eran los más comunes de los que encabezaban una complicada búsqueda de empleo. En general, el número de parados ha sido muy elevado, rondando los 5 millones.
 
Por ello, ahora más que nunca hay que diferenciarse del resto, indiferentemente a la edad que se tenga. Ya no vale con tener una carrera y saber "defenderse con el inglés", con eso, sólo se es uno más. El curriculum debe tener algo que se convierta en tu ventaja competitiva, y por los tiempos que corren, manejar otros idiomas y tener experiencia laboral a nivel internacional  pueden convertirse en los mejores aliados.
 
Esta  diferenciación puede adquirirse de diferentes maneras. Desde la más básica, la de apuntarse a la academia de al lado de casa, hasta la más arriesgada, marchar a otro país para aprender su idioma. Esta segunda posibilidad sin duda no es fácil, es una decisión que necesita meditación y mucho valor, pero que sin duda, su resultado suele ser mucho más positivo.
 
La mejor manera de aprender un idioma es interactuando con las personas, verse inverso dentro de diferentes situaciones de las cuales aprender a desenvolverse en ellas puede ser muy útil. Igualmente, trabajar en otro país no sólo ayuda a conocer su idioma, sino también a conocer su cultura y costumbres, y por tanto a en un futuro poder desarrollar de mejor manera relaciones comerciales con los miembros de este otro país.
 
La adaptabilidad al cambiante entorno laboral es, por tanto, una de las herramientas principales para encontrar trabajo a día de hoy.
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