Como ocurre en la totalidad de los sectores productivos, la aparición, expansión y consolidación de las tecnologías móviles tiene una extraordinaria relevancia para el conjunto de agentes que forman parte de la industria de hospitality. Bajo tal denominación agrupamos las actividades de turismo, hotelería y restauración (considerando la totalidad de la cadena de valor de todas y cada una de ellas).El impacto de las tecnologías móviles se advierte en un doble ámbito de acción: por una parte, el que incide sobre el conjunto de oferentes empresariales e institucionales de este sector; y, por otro lado, el referido a los clientes demandantes de esta clase de servicios.
Como punto de partida conviene subrayar que todas las previsiones apuntan a que la industria de hospitality se va a convertir en la gran locomotora del empleo en cuanto al sector privado se refiere. Ningún otro va a generarlo en tal cantidad: ni el tecnológico, ni el automovilístico, ni el logístico, ni el medioambiental, por referirme a alguno de los que cuentan con un mayor impacto social. En el informe elaborado por el World Travel & Tourism Council correspondiente a la última edición de 2013 se pone de relieve que a lo largo de esta próxima década el sector generará uno de cada diez puestos de trabajo en todo el mundo. En términos totales, el WTTC alude a más de 3.200 millones de empleos brutos, entre empleos directos, indirectos e inducidos, correspondientes tanto a tiempo completo como a tiempo parcial. Esta proyección supone un crecimiento por encima del 4 por ciento anual hasta llegar a alcanzar el 10 por ciento del Producto Interior Bruto mundial.
Estas consideraciones son aplicables al caso concreto español. El propio World Travel & Tourism Council indica que la industria de hospitality generará alrededor de 25 millones de puestos de trabajo brutos, siempre con la matización ya reiterada de que tal cantidad incluye empleos directos, indirectos e inducidos, a tiempo completo y a tiempo parcial. Expresado en otras palabras, supondrá el 14 por ciento del Producto Interior Bruto para el año 2023, fecha en que se pronostica la llegada a España de alrededor de 65 millones de visitantes procedentes del extranjero.
Puede deducirse que en un escenario de tales características son numerosas las profesiones emergentes en el corto y medio plazo en subsectores como hoteles, agencias de viajes, establecimientos horeca (HOstelería, REstauración, Cafeterías), parques temáticos, transporte, salud, balnearios, casinos... Por supuesto esta enumeración no es un listado cerrado dado que las posibilidades se multiplicarán conforme pasen los años. Las innovadoras herramientas propias de las tecnologías móviles van a permitir profundizar con mayor rapidez en este proceso de surgimiento y multiplicación de yacimientos laborales, fomentando aspectos como la globalidad en la demanda y la transnacionalidad en la oferta, la movilidad y el multilingüismo de los recursos humanos o la mejora en los niveles de productividad.
Al mismo tiempo, estas tecnologías móviles contribuirá a mejorar los niveles de formación de los profesionales del mañana dentro del hospitality, especialmente en lo que atañe a los más cualificados de todos ellos, los pertenecientes a la alta dirección hotelera, aportándoles competencias laborales adecuadas en forma de un conjunto de conocimientos teóricos y prácticos para el desarrollo de su profesión, que incluirán toda clase de herramientas de gestión, planificación y control. Pero su impacto irá bastante más allá, hasta alcanzar unos niveles difíciles de imaginar incluso hoy en día. La generalización de plataformas virtuales de aprendizaje, la sofisticación de una nueva generación de software basada en sistemas expertos de información o el fenómeno genéricamente conocido como web 2.0 marcan un escenario muy distinto y complejo de gestionar para quienes nos dedicamos a la formación de este tipo de profesionales.
En definitiva, durante las próximas décadas la industria de hospitality va a generar un formidable número de profesiones emergentes. Algunas ya las percibimos; otras ni siquiera llegamos a imaginarlas. Todas ellas tienen un nexo común: sólo podrán aprovecharlas quienes posean unos niveles de cualificación adecuada. Recibir una formación teórico-práctica de excelencia (sustentada en principios como la flexibilidad, la innovación constante, la movilidad, la calidad en el quehacer cotidiano o la responsabilidad corporativa) será la mejor vía que permitirá el acceso a dicha oferta laboral cualificada.
