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Érase una vez un centro educativo...

Artículo de opinión


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Cristina Pascual, Directora de Marketing de Bureau Veritas Centro Universitario (Madrid)
Érase una vez…en un país no muy lejano… existió  un centro educativo que invirtió miles de euros en increíbles acciones de marketing,  en diseñar  materiales de comunicación innovadores y originales, creatividad en estado puro…no hubo una tendencia por la que aquel centro no apostara…pero pesar de  todo, fue condenado a convertirse en el Centro  de Nunca Jamás. Y colorín colorado este pequeño cuento con moraleja ha empezado.

Sirva esta introducción para justificar el resto de mis reflexiones sobre el marketing educativo. Cabía esperar que un artículo sobre esta materia hiciera referencia a  campañas de emailing con buen retorno, herramientas de fidelización, de afiliación, al "story telling", a newsletters, a infografías, a  landing pages, al  SEO y al SEM, al CPC y CPM, a banners, a aplicaciones móviles….pues no, confieso cuanto antes que no hablaré de nada de esto, o al menos, no directamente.

¿Qué le pasó al Centro de "Nunca Jamás"? que se olvidó de escuchar lo que sus alumnos estaban demandando. El alumno es y debe ser el centro de todo. Si hablamos de marketing educativo hay una premisa, debe estar indiscutiblemente orientado a gestionar de forma adecuada la relación con el cliente (alumno), debe ser capaz de interpretar sus comportamientos  y sus necesidades, administrando, de forma adecuada, las experiencias de los clientes o posibles clientes.  Marketing es el envoltorio y  la llamada de atención,  siempre acompañado de una apuesta por  la excelencia a todos los niveles que debemos ser capaces de hacer llegar al alumno. Independientemente de si los presupuestos son astronómicos o más modestos, nunca debe perderse el referente del alumno. En los últimos cinco años el marketing ha cambiado más que en los 50 años anteriores. En este período se ha producido un cambio de paradigma en el que el consumidor, muy consciente de su poder, se ha convertido en un protagonista cada vez más activo. Trasladado al entorno educativo el papel del alumno ha cambiado completamente: está bien informado, sabe lo que quiere y cómo encontrarlo, es sabedor de su capacidad de influir sobre otros alumnos y sobre la imagen de la institución  y ejerce su poder de forma cada vez más consciente. De ahí que un centro educativo, hoy más que nunca, debe  entender este nuevo rol y además ser capaz de canalizarlo e interpretarlo para conseguir sus objetivos a través de una escucha activa de necesidades.

Insisto, en que una de las piezas claves para hacer un buen Marketing educativo radica en conocer cuanto antes lo que el alumno está buscando. Toda  la institución educativa y las personas que en ella trabajan han de estar  volcadas al servicio de satisfacer estas necesidades siempre con la máxima eficacia y Calidad. Son los profesionales de un centro educativo los que construyen la marca y los que le dan valor y los que han de trasladar a los alumnos cuáles son las razones por las que tienen que elegirnos frente a la competencia.

¿Cuál es a mi modo de entender la mejor campaña posible? Contar con un buen conocimiento de las áreas en las que impartimos formación, incorporar innovación constantemente,  comunicar de forma adecuada nuestros servicios y nuestras propuestas de valor, esforzarnos por dar un servicio excelente,  en todas las fases y a través de todos los departamentos  con las que el alumno entra en contacto. Mejorar constantemente la experiencia del alumno es la mejor herramienta  de fidelización de alumnos.

¿Cuáles pueden ser las  acciones de marketing de éxito tengo un listado de las mejores: Contar con una oferta formativa que responde a las expectativas y demandas de la sociedad,  revisar constantemente  los planes de estudios y actualizar los contenidos. Disponer de un equipo docente cualificado para impartir formación y conocedor  en profundidad  de la materia. Que el equipo de ventas este informado  que conozca en profundidad los detalles de cada programa,  las diferencias frente a la competencia, sea capaz de aclarar cualquier duda, y de de conectar los  valores de nuestra marca con el alumno. Deben existir procedimientos claros y agilidad en todas las gestiones administrativas. Aquí radica la clave de todo. Las mejores herramientas de marketing son la búsqueda de la excelencia, la buena comunicación, la diferenciación y la mejora constante de los procesos.

Una institución educativa debe interiorizar la idea de que todo lo que hacemos comunica positiva o negativamente. Todas las personas del equipo  hacen marketing,  el maletín que nos acompaña comunica, nuestra forma de hablar dice mucho, apariencia, nuestra Tablet, nuestros emails , la información que proporcionamos, la agilidad de respuesta, el diseño del diploma, las actividades del  grupo de antiguos alumnos. Todo esto y mucho más es Marketing y es Comunicación. Mucho  antes de planificar la campaña de captación de alumnos para el próximo curso, mucho antes del anuncio en prime time y de la valla publicitaria en Times Square hay que tener muy bien resueltas todas estas cuestiones. Con esto resuelto la publicidad fluye sola. Dicho todo esto y para que nadie me malinterprete…acabo este artículo declarando mi amor incondicional por la  publicidad el  marketing  y la comunicación que son el complemento perfecto y necesario para hacer llegar al alumno esa apuesta por la calidad y la búsqueda constante de la excelencia.

Y colorín colorado, esta vez sí, he terminado.
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