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Criterios para dubitativos

Artículo de opinión

  • 18/02/2014

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Claudi Mans Teixidó, Catedrático emérito de Ingeniería Química de la Universidad de Barcelona
Dicen los expertos que cuanto más trascendental es una decisión, de  menos información fiable se suele disponer. La decisión acerca de qué grado escoger y dónde cursarlo es probablemente la primera decisión trascendental del joven recién llegado a la mayoría de edad, si no consideramos otros aspectos íntimos.  Hay casos en los que la decisión se ve mediatizada por argumentos familiares ("Estudiarás farmacia para que cuando me jubile la farmacia de casa no se pierda", o "Serás abogado, como tu abuelo y tu padre. Se acabó"). Salvando tales excepciones, lo cierto es que se echa en falta una guía de criterios para confeccionar la lista ordenada de centros y titulaciones de la manera más racional posible.

Aquí está la guía, dirigida sólo a los que dudan. Si no dudas es que ya has tomado la decisión, y todo lo que sigue es inútil. La breve guía está estructurada en diez puntos y tres preguntas finales.

1. Hay que elegir el grado basándote en aquello que te gusta y para lo que hayas demostrado aptitudes

Los criterios de trabajo futuro (ver punto 5), o de proximidad geográfica tendrían que ser sólo complementarios y no determinantes. Las notas del bachillerato pueden ser indicadores bastante fiables de las capacidades y aptitudes personales.

2. Si dudas -solo si dudas- , elige el grado que sea más generalista. Las universidades, para diferenciarse o para captar a los mejores alumnos, ofrecen en la actualidad demasiada oferta de grados, y algunos demasiado específicos en mi opinión. Un grado generalista permite la especialización posterior si así se desea, en etapas más avanzadas del grado.

3. Si dudas -solo si dudas- , elige el grado que tenga más matemáticas. Las matemáticas son una herramienta general valiosa para muchos grados, y solo se estudiarán durante los primeros años del grado. Difícilmente un profesional se pone a estudiar matemáticas cuando está trabajando, y a lo mejor pierde entonces oportunidades. Los cimientos han de ser instalados al principio.

4. Si miras los rankings de clasificación de las universidades ten en cuenta que suelen ser muy generales y no dan información sobre lo que a ti te interesa. Suelen basarse en el rendimiento en la investigación, lo cual es un buen indicador pero no debería ser el único.  Debería interesarte más el ranking de las facultades específicas que de la universidad en general. Además, es un hecho de que las mejores facultades de los rankings tienen algunos profesores malos. Y, viceversa, las facultades menos valoradas de los rankings tienen algunos profesores buenos.

5. Las salidas laborales de hoy dan poca información acerca de las que habrá dentro de cinco años. Muchas profesiones serán nuevas, e incluso te puedes inventar una. Los grandes campos en los que harán falta profesionales en el futuro son, naturalmente, la salud, la energía, el medio ambiente, la alimentación, las comunicaciones, el ocio, el transporte... Es decir, desde casi cualquier grado se puede acceder a algún campo de futuro. Recuerda el punto 1.

6. Una misma formación inicial da acceso a diferentes profesiones. Antes un licenciado en X. trabajaba de x. Ahora hay mil profesiones a las que un graduado puede optar, y que a veces parecen alejadas de los estudios iniciales. Se suele considerar que hay algunos grados especialmente versátiles, como Economía, Psicología, o Química. Pero casi cualquier grado puede acudir a algún mercado de trabajo.

7. Una misma profesión puede ser cubierta por graduados con muy distintas formaciones iniciales. Hay excepciones, naturalmente: las de titulaciones con directrices europeas propias suelen ser muy específicas: Medicina, Veterinaria, Farmacia, Odontología, Arquitectura. Pero muchas profesiones pueden ser desenvueltas por muchos tipos de profesionales

8. Es muy conveniente cultivar algún aspecto formativo diferenciador. Por ejemplo, actuar de dirigente de grupo juvenil o de una ONG, tener habilidades comunicativas, conocer alguna aplicación informática poco común, conocer algún idioma no habitual (el chino es ya "habitual"). Cuando un seleccionador de personal debe diferenciar entre currícula parecidos, las peculiaridades personales pueden ser un factor positivo

9. Tener conocimientos suficientes de inglés ya no es un mérito sino un requisito para muchos puestos de trabajo. No haría falta insistir sobre ello, pero hay quien aun lo duda. Y ha de ser un inglés fluido, no académico ni solo gramatical. Ha de ser mejor que el mío, desde luego.

10. Si no entras en el grado o en el centro que esperabas, asume la realidad y lánzate con entusiasmo a aquello que te haya correspondido. Recuerda el punto nº 7.

La comprensible frustración inicial debe rápidamente transformarse en un estímulo positivo para sumergirse en la nueva realidad,  los nuevos colectivos y las nuevas relaciones que crearás. El individualismo absoluto del procedimiento de acceso a la universidad es aquí una ventaja, porque casi seguro que los amigos de bachillerato, probablemente compañeros de curso, no van a estudiar contigo.

Siempre cabe la posibilidad de intentar cambiar de grado o ir a otra universidad. En la práctica es una opción poco usada, porque cuando uno se involucra durante un año en una nueva situación se generan relaciones que después cuesta romper. Yo aconsejo terminar el grado allí donde se ha empezado. Un máster posterior permite matizar el currículo.

Por si no ha quedado claro, tres FAQ's.

FAQ 1. ¿Qué centro es mejor?

Respuesta  Depende de qué quiere decir "mejor" para ti. Hay tantos criterios de calidad como aspectos a considerar:
  • el mejor en los rankings
  • el que tenga una nota de corte compatible con mi currículum de bachillerato y mi previsible nota de PAU
  • el más cercano a casa
  • el más lejano de casa
  • el que tenga más estudiantes para poder elegir grupo y horario
  • el que tenga menos estudiantes para poder tener una tutoría más personalizada
  • el más antiguo y consolidado, con profesores que quizá lo saben todo
  • el más nuevo y emergente, con profesores que quizá son más entusiastas
  • el que tiene mejores instalaciones deportivas
  • el que tiene más y mejores residencias de estudiantes
  • el que tiene un plan de estudios que te guste más
  • el que tiene la web más atractiva
  • el de una universidad pública
  • el de una universidad privada
Hay que buscar información donde sea (webs, feria o salón de la enseñanza, visitas de puertas abiertas a centros, etc) y ponderar los aspectos que se deseen comparar. Con tal información, ir eliminando centros y grados, hasta quedarse con algunos, que serán los que se priorizarán.

FAQ 2: ¿Es recomendable hacer un Erasmus? ¿Cuándo, a medio grado o al terminar?

Respuesta. Desde luego es vivamente recomendable realizar una estancia Erasmus, para mejorar un idioma, para conocer nuevas culturas y estilos de enseñanza, y para aumentar la capacidad de autogestión personal. El momento depende de l as relaciones internacionales que tenga creadas el departamento o el centro, y del plan de estudios del grado. Lo mejor es preguntar en el centro en el segundo año del grado.

FAQ 3: ¿Qué es mejor: cursar una doble titulación o bien primero un grado y luego un máster?

Respuesta: Depende. Si uno no es muy buen estudiante o no tiene tiempo, no puede cursarse una doble titulación, pero sí podrá cursar un grado y luego un máster. La duración de las dos opciones es la misma, un mínimo de cinco años, pero la primera es más intensa. Mi opción preferida es cursar un grado y luego un máster, y simultáneamente desarrollar alguna actividad avanzada (idiomas -poco habituales- , especialización en TIC, curso de ampliación de informática especializada). Pero la doble titulación puede atraer a algunos estudiantes especialmente brillantes y muy motivados para el estudio.

Espero que todo lo anterior sirva para desdramatizar la toma de decisiones y reducir la incertidumbre. En estas cuestiones, la solución óptima está rodeada de otras soluciones casi óptimas, con lo que el resultado final no tiene por qué ser dramático. Suerte, dubitativo.
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