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Informe PISA: comparar sistemas educativos

Artículo de opinión

Esta semana se ha presentado el informe PISA y la principal conclusión que puede extraerse es que los alumnos han mejorado ligeramente en matemáticas, pero descienden un punto en comprensión lectora y en ciencias. En este primer monográfico de educación comparada hemos recopilado las opiniones de los expertos sobre los desafíos a los que debe hacer frente el sistema educativo y los criterios que sirven para comparar la educación de los diferentes países.


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Laia Mestres i Salud. Redacción de Educaweb
Esta semana se ha presentado el informe PISA, el estudio que realiza la OCDE cada 3 años y que analiza las competencias básicas de los jóvenes de 65 países y las compara. Precisamente, la finalidad de la educación comparada es descubrir las principales diferencias entre los sistemas educativos de los países, teniendo en cuenta aspectos como las debilidades y fortalezas.

En este primer monográfico de educación comparada hemos recopilado las opiniones de los expertos sobre los desafíos a los que debe hacer frente el sistema educativo estatal y los criterios que sirven para comparar la educación de los diferentes países.

El informe PISA

En nuestro país, la principal conclusión que puede extraerse es que los alumnos han mejorado ligeramente en matemáticas, con una puntuación media de 484 puntos, pero descienden un punto en comprensión lectora (488) y en ciencias (496) respecto a los datos de la anterior edición. Las medias de los países de la OCDE se sitúan en 494 puntos para matemáticas, 496 para comprensión lectora y 501 para ciencias.

Los resultados de España siguen situándose por debajo de la media de la OCDE, ocupando el puesto 33 de la clasificación. En los primeros puestos se encuentran Corea del Sur (con 554 puntos de media), Japón (536) y Suiza (531), y los Países Bajos aparecen como primer país de la UE (523), seguidos de Estonia (521) y Finlandia (519).

Pero, las puntuaciones no son lo más destacable de esta edición; hay dos aspectos más preocupantes: la equidad de la enseñanza y las diferencias entre comunidades autónomas.

En relación al primer punto, el informe PISA muestra un retroceso en la equidad en la enseñanza, es decir, en el Estado español aumenta la brecha entre los resultados de los estudiantes con un buen nivel socioeconómico y los más desfavorecidos.

La Secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio reconoce que desde 2003 la tendencia se ha invertido de modo que el impacto del factor socioeconómico sobre el rendimiento escolar es ahora más elevado en España que en otros países de la OCDE por primera vez desde que empezó PISA, de modo que tenemos un problema de equidad que no existía antes, y que es un factor que se ha ido deteriorando en los últimos años.

¿A qué es debido este deterioro? ¿A los recortes presupuestarios, al incremento de inmigrantes en las aulas, a las crisis…? Está claro que existen factores ajenos al sistema educativo que han influido en el resultado, pero también hay otros que tienen que ver con la calidad de la enseñanza. Precisamente, PISA muestra que sólo el 8% de los encuestados tiene un rendimiento alto o excelente en matemáticas, mientras que la media de la OCDE llega al 13%.

El otro aspecto preocupante es las diferencias entre los resultados de las comunidades autónomas. 7 de las 14 que han participado se sitúan por encima de la media de la OCDE: Navarra, Castilla y León, País Vasco, Madrid, La Rioja, Asturias y Aragón. Incluso superan en algunos casos el rendimiento de países de la Unión Europea como Bélgica y Alemania. Tres autonomías (Catalunya, Cantabria y Galicia) superan la media española y el resto (Baleares, Andalucía, Murcia y Extremadura) están por debajo. Según el informe, la diferencia de 56 puntos entre la comunidad con mejor resultado (Navarra) y la de peor (Extremadura) equivale a casi un año y medio de escolarización. De nuevo, el documento alega aspectos socioeconómicos para explicar las diferencias entre comunidades.

¿Qué podemos hacer para mejorar?

Además de las conclusiones evidentes sobre la necesidad de mejorar en competencias, surgen otras dudas: ¿cómo analizamos estos resultados? ¿Existen unas diferencias tan claras entre países? Y lo que es más importante: ¿podemos extrapolar las buenas prácticas que se llevan a cabo en otros países a nuestro contexto?

Para José Luis García Garrido, catedrático emérito y profesor de Educación Comparada en la UNED, lo primero que deberíamos hacer es tener en cuenta los diferentes entornos. En materia educativa, importa más la maceta que la planta. Es estúpido intentar copiar aquí a Finlandia, a Alemania o a cualquier otro país. La comparación de sistemas educativos es valiosísima y utilísima para hacernos ver no lo que funciona mejor en otros países, sino aquello que hace que funcione mejor.

¿Y qué es lo que hace que funcione mejor? Miguel Ángel Belmonte, Director del departamento de Humanidades y Ciencias de la Educación Universitat Abat Oliba CEU, coincide en la importancia de comparar pero teniendo en cuenta que los países no son competidores en una carrera. Lo que funciona en países como Finlandia o Corea no tiene porque funcionar en nuestro país, pero eso, es fundamental confiar en el sistema educativo. Desde su punto de vista, las repetidas reformas legislativas, los reajustes y reinterpretaciones han mermado la confianza en el sistema educativo. Por eso, es necesario un sistema educativo que permita el milagro cotidiano de que la confianza, el esfuerzo y el amor se encarnen en ejemplos de carne y hueso podrá salir victorioso en cualquier comparación.

Ana Benito, profesora y escritora, explica en su artículo que las sucesivas reformas acometidas en España han estado bastante desenfocadas con su hacer y deshacer de asignaturas e itinerarios y otros aspectos más políticos que pedagógicos. De nuevo, surge como aspecto clave la confianza y en este caso se le añade la motivación: parece que sería mucho más útil un plan serio y sostenido para motivar a nuestros alumnos, para mejorar la habilidad lectora, mejorar la formación del profesorado —contratado en su mayoría antes de la implantación del Máster de Educación— o identificar y actuar sobre los problemas que producen las desigualdades en las diferentes comunidades autónomas.

¿Cuál es el reto? Los expertos coinciden en que es necesario modificar el sistema educativo teniendo en cuenta la formación por competencias, los objetivos y los aspectos que funcionan a largo plazo. Ni presupuestos, ni recursos, ni horarios influirán en los resultados si antes no se modifican otros aspectos de base.

Pero, hemos destacado el incremento de las desigualdades en función del nivel socioeconómico… ¿una reforma del sistema educativo reducirá esta brecha? ¿Es necesaria más inversión? Para Pablo Zoido, analista principal de PISA, todavía es demasiado pronto para relacionar el impacto de la crisis o de los recortes con los resultados del informe. Aún así, existe una correlación evidente entre la equidad y el rendimiento, ya que países con mejores resultados tienen menos desigualdades, como Turquía, Alemana e Italia.

Parece claro que no existe una fórmula mágica pero, no podemos olvidar que, aunque el profesorado tiene un papel fundamental, la prevención del fracaso escolar es responsabilidad de todos los agentes implicados en la educación. Para lograr mejorar en la adquisición de competencias son necesarias acciones a todos los niveles educativos.
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