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Sociedad y éxito educativo

Artículo de opinión


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Ana Benito Martín, profesora y escritora
Cada vez que se publican los resultados del informe PISA se reaviva el discurso de que la educación española ha empeorado hasta el desastre. La mediocre posición de España desata en los medios un sinfín de críticas al sistema educativo. De toda la información que proporciona PISA el ranking es quizá la menos fiable y menos útil.Dejando al margen las críticas sobre su elaboración, un puesto en una lista y un número son dos datos muy pobres para describir un sistema educativo.

La OCDE y muchos de los países implicados, continúan publicando análisis y conclusiones durante los años que siguen a la divulgación de la lista. Estas conclusiones sí proporcionan información valiosa acerca de otras experiencias educativas. Es posible identificar algo del espíritu de la OCDE en las reformas españolas. Por ejemplo al reconocer la educación como motor económico y de progreso. Sin embargo, se echa de menos un análisis profundo en la toma de decisiones de las políticas educativas españolas.En ocasiones parecen incluso ir en direcciones contrarias a lo que apuntan los estudios internacionales.El análisis por países, además, pone de manifiesto la importancia del contexto socio económico del país y de sus estudiantes en los resultados. Las historias de los diferentes países participantes en PISA nos permiten extraer una moraleja: el éxito o fracaso de una reforma depende mucho del entorno social.

En Finlandia, principal referente en la lucha contra el fracaso escolar, la escuela comprensiva, igualitaria, en la que las necesidades educativas especiales se tratan en el aula y sin exámenes estandarizados les ha llevado a los puestos más altos de PISA. Curiosamente un sistema igual mantiene a España en cifras de fracaso escolar de alrededor del 25%.Las reflexiones sobre las razones del éxito finlandés (The finnish succcess in PISA-and some reasons behindit) pueden darnos pistas de qué no ha funcionado en nuestro sistema educativo. Por ejemplo, la sociedad finlandesa es muy homogénea, con alto grado de equidad, los profesores tienen gran prestigio social y están seleccionados entre los estudiantes con mejores resultados; son además expertos en pedagogía cuya formación y práctica se basa en la investigación pedagógica. Además, Finlandia invierte mucho en educación, en especial en educación primaria. Respecto a los alumnos, según el propio informe PISA,son buenos y ávidos lectores, están motivados, interesados y confían en sus propias capacidades.

La verdad es que la media de España en PISA 2009 es un eje geográfico latitudinal perfecto que divide al país en Norte y Sur. Cuando los resultados de España se analizan por comunidades autónomas se encuentran diferencias de hasta cien puntos entre las comunidades a la cabeza como Castilla León, que las colocaría en puestos distinguidos en la clasificación de la OCDE, y las comunidades a la cola como Melilla,Canarias o Baleares, que estarían muy por debajo de la media europea y española. Todas las comunidades situadas al Norte a banda de Extremadura, Castilla la Mancha y Valencia —comunidades que no participaron en la evaluación por autonomías— están por encima de la media de España. Todas las comunidades al sur de esta banda se encuentran por debajo de la media.

Hasta aquí los datos sugieren que las sucesivas reformas acometidas en España han estado bastante desenfocadas con su hacer y deshacer de asignaturas e itinerarios y otros aspectos más políticos que pedagógicos. Parece que sería mucho más útil un plan serio y sostenido para motivar a nuestros alumnos, para mejorar la habilidad lectora, mejorar la formación del profesorado —contratado en su mayoría antes de la implantación del Máster de Educación— o identificar y actuar sobre los problemas que producen las desigualdades en las diferentes comunidades autónomas. Sorprende que la última reforma, como las anteriores, falla en abordar lo que no funciona, y además deshace lo que parece que sí funciona.

PISA declara que los sistemas más equitativos, que no separan a los alumnos en itinerarios producen mejores resultados y no es muy partidaria de los exámenes estandarizados. La nueva reforma separa por itinerarios a los alumnos e introduce reválidas. Además, uniforma más la educación en todo el territorio con una mayor centralización del currículo, incluso cuando las diferencias de resultados entre unas comunidades y otras parecen apuntar la necesidad de acciones más ajustadas a cada situación.
Los resultados de las investigaciones internacionales desaconsejan el uso excesivo de la memoria y de exámenes estandarizados como fórmula de aprendizaje. Aun así hay que reconocer que este sistema le ha proporcionado una aparición estelar a China (Shangai) en su debut en PISA 2009: primera en la clasificación en Ciencias, primera en Matemáticas. De nuevo encontramos que el  sistema chino es muy equitativo y los estudiantes chinos tienen una gran motivación —aunque esta es extrínseca al contrario que en Finlandia — ya que los alumnos chinos creen que estudiar les permitirá la movilidad social. El sistema chino recibe críticas dentro y fuera de sus fronteras Jiang Xueqin director de Peking University High School critica que este sistema no prepara a los estudiantes para la economía global. Como trabajadores, los estudiantes chinos resultan poco creativos y poco independientes.

Pero incluso si nos conformáramos con los buenos resultados en PISA, no es esperable que un modelo en el que el éxito educativo se mide por los resultados y que insta a los alumnos a esforzarse más, proporcione grandes alegrías a España. Un modelo que parece responsabilizar de los malos resultados a un alumnado perezoso que fracasa porque no se esfuerza lo suficiente. Esta visión rechaza la existencia de problemas de aprendizaje y con ello la necesidad de apoyos, además descarga la responsabilidad de cualquier otro elemento del sistema. Y una vez más, la reforma ignora los aspectos sociales. La motivación hacia el estudio y el futuro de los estudiantes españoles y las características del entorno social y político no apuntan a que este modelo más tradicional y severo produzca grandes resultados.

Es posible que para predecir resultados pudiéramos usar a Estados Unidos como modelo más cercano a nuestra realidad. Allí la clasificación es mejor que la de los niños españoles pero no deslumbrante. El programa No child left behind (que ningún niño se quede atrás) incrementó los test estandarizados en 2000, y los resultados no han mejorado en los sucesivos informes PISA para los norteamericanos.Sin embargo, cuando los datos de Estados Unidos se analizan por regiones se observa que, como en España, existen diferencias grandes entre ellas. Los resultados del noroeste y medio oeste son mejores que los del oeste y sur. Jim Taylor, catedrático de la Universidad de San Francisco, resume un análisis algo más creativo. Se separó a los alumnos estadounidenses de cuarto curso en el examen de ciencias de TIMSS (Trends in International Mathematics and Science Study) en tres grupos, alumnos de colegios que contaban respectivamente con 10%,25% y con 50 % o más de alumnos desfavorecidos que se beneficiaban de comedor escolar con pago reducido o gratuito. En conjunto Estados Unidos se situaron en la posición once. El primer grupo se colocó en la primera posición. El segundo en quinta posición y el grupo en que la mitad o más de los niños recibían ayudas de comedor se colocó a la cola de la clasificación. Los resultados de Estados Unidos son más un problema de desigualdad social que de sistema educativo.En el informe "Lecciones de PISA para los Estados Unidos" (Lessons from PISA for the USA) indica que asegurar una distribución equitativa de los recursos es uno de sus grandes desafíos. De nuevo aparece la noción del contexto social mucho más allá de lo meramente educativo.

Si las experiencias de otros países se usan para iluminar las políticas educativas es necesario fijarse no solo en sus modelos educativos, también en cómo ese modelo se integra en el entorno social. PISA encuentra que los sistemas más equitativos tienen mejores resultados y según PISA, "en equidad, España es uno de los ejemplos más sobresalientes de la OCDE": así entorno socio económico influye pero no determina. Sin embargo, la crisis y las medidas de austeridad han empobrecido a los españoles y aumentado la desigualdad. Si PISA en general y el ejemplo de Estados Unidos contienen alguna enseñanza que inspiren a nuestro sistema educativo, es posible que la mayor amenaza para la educación en España esté en ese desplazamiento hacia una sociedad más desigual. La pérdida de equidad puede socavar cualquier reforma educativa que se ponga en práctica.
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