La polémica surgió cuando los bachilleratos de Humanidades y Ciencias Sociales se unificaron con una enmienda del PP presentada en el Congreso, lo que supuso que el latín quedaba como obligatorio y las matemáticas como opcionales.
Esta decisión puso en alerta a la comunidad científica, quienes argumentaron que la LOMCE podría suponer que estudiantes del grado en Economía no cursasen matemáticas desde cuarto de la ESO. También algunos políticos mostraron su estupor por esta decisión, como la consellera d'Ensenyament de la Generalitat de Catalunya durante el acto de entrega de los Premios Educaweb, quien destacó que no tenía sentido que "se elimine la formación matemática en el bachillerato humanístico y social, cuando la mayoría de futuros maestros llegan a la universidad a través de esta rama".
Con la modificación, latín y matemáticas pasan a formar parte del bloque de troncales formado por Filosofia, Lengua Castellana y Literatura y primera Lengua Extranjera y Literatura en primero de bachillerato; e Historia de España, Lengua Castellana y Literatura y Primera Lengua Extranjera en segundo.