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Competencias transversales en la industria de "hospitality"

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María Teresa Gozalo, CEO de Les Roches Marbella
Desde el punto de vista teórico-doctrinal la ya celebérrima noción de Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) se sustenta en un conjunto de Declaraciones establecidas a caballo entre el siglo XX y el siglo XXI. Entre ellas se encuentran las referidas a Bolonia (19 de junio de 1999), Praga (19 de mayo de 2001), Berlín (19 de septiembre de 2003) y Bergen (19 y 20 de mayo de 2005).

En dichas Declaraciones se abogaba por la creación, a la conclusión de la primera década del nuevo siglo, de un espacio europeo de enseñanza superior coherente, competitivo y que promoviera y facilitara la compatibilidad entre los distintos sistemas educativos nacionales. Sin ánimo de resultar exhaustiva, entre otras líneas de actuación se apostaba por la adopción de un sistema de titulaciones fácilmente reconocibles y comparables basado en dos ciclos esenciales (grado y posgrado), el establecimiento de un sistema de créditos (el famoso crédito ECTS), así como la promoción de la movilidad y la cooperación en el control de calidad.

A partir de esta base conceptual un grupo de universidades europeas elabora en verano de 2000 un proyecto piloto (conocido como Proyecto o Informe Tuning), en el que se concretan las anteriores directrices. En esta iniciativa se define la noción de competencia, entendida como el conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y aptitudes necesarias para realizar actividades diversas con un cierto nivel de calidad y eficacia, un aspecto que se considera esencial en un mercado laboral cada vez más exigente y competitivo.

Al mismo tiempo, Tuning explicita una clasificación dual de dichas competencias: por una parte se encuentran las técnicas o profesionales, es decir, las relacionadas con el perfil profesional para el que prepara una titulación; y en segundo término se distinguen las transversales, también denominadas genéricas.

Por competencias transversales se entienden las que facilitan manejarse de manera eficiente, participativa, comprensiva e inteligente en un mundo cambiante, en el que la comunicación, la información y las posibilidades de intercambio son ilimitadas. Esta consideración implica, desde un punto de vista formativo, el paso del saber al saber hacer.

En el caso concreto de la industria de "hospitality" (entendida como aquélla que engloba las actividades de turismo, hotelería y restauración, considerando la totalidad de la cadena de valor de todas y cada una de ellas) los efectos del EEES son incluso más considerables que en otros sectores, debido fundamentalmente a dos motivos: por una parte, por su notable complejidad, dado que incluye una tipología de servicios de la más variada índole que son ofrecidos a un consumidor cada vez más exigente que, además, en muchas ocasiones actúa con criterios claramente transnacionales; y, por otro lado, porque se trata del sector privado con una mayor capacidad para generar empleo a escala internacional en el corto y medio plazo, tal y como ponen de relieve diferentes estudios de prestigiosas instituciones, incluyendo el World Travel & Tourism Council o la Organización Mundial del Turismo.

Si hubiera que distinguir unas competencias transversales críticas para nuestra industria aludiría, en línea con lo expuesto en su momento por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), a las siguientes:
  • Instrumentales, cuya principal funcionalidad es la de servir de herramienta de actuación en el desempeño de la actividad dentro del "hospitality". Entre ellas destacaría de manera fundamental la del conocimiento de, al menos, una lengua extranjera, teniendo bien presente que el inglés ha quedado establecido como el idioma dominante de un sector tan globalizado como es el nuestro, por lo que su desconocimiento implica la imposibilidad de acceder a un puesto de trabajo. Además, también incluiría competencias como: capacidad de análisis y síntesis; capacidad de organización y planificación; comunicación oral y escrita en la lengua nativa; conocimientos de informática relativos al ámbito de estudio; capacidad de gestión de la información; resolución de problemas; y toma de decisiones.
  • Personales, dado que tienden a favorecer los procesos de interacción social y comunicación. De especial relieve en este ámbito resulta el hecho del trabajo en un contexto internacional, máxime dado el carácter internacional de la industria de "hospitality" al que ya he aludido en más de una ocasión. Tal circunstancia, que implica la necesidad de ejercer prácticas en establecimientos hoteleros de reconocido prestigio, se ve completada con otros aspectos como: trabajo en equipo genéricamente considerado; trabajo en un equipo de carácter interdisciplinar; habilidades en las relaciones interpersonales; reconocimiento a la diversidad y la multiculturalidad; razonamiento crítico; y compromiso ético, asumiendo los principios deontológicos inherentes al sector.
  • Sistémicas, que combinan comprensión, sensibilidad y conocimiento para permitir al futuro profesional ver de qué manera las partes de un todo se agrupan y relacionan. De todas ellas es preciso subrayar, debido a su creciente peso específico, la iniciativa y espíritu emprendedor, que quedaría enmarcada en lo que podríamos calificar como una auténtica cultura del emprendimiento. De forma paralela discurrirían otras competencias como: aprendizaje autónomo; adaptación a nuevas situaciones; creatividad; liderazgo; conocimiento de otras culturas y costumbres; motivación por la calidad; y sensibilidad hacia temas medioambientales, un aspecto esencial dentro de nuestra industria.
En definitiva, la formulación de este modelo de competencias conlleva un conjunto de cambios educativos al que quienes nos dedicamos a la docencia en cualquier sector (y, por supuesto, también en "hospitality") no podemos permanecer ajenos. Dichas transformaciones se sintetizan en: una reflexión profunda sobre enseñanza y contenidos, con nuevos títulos y materias que, por señalar un ejemplo concreto, aparecen en la formación de ejecutivos en alta dirección hotelera; un cambio de perspectiva en la educación, dado que pasa a ser prioritario el conocido como modelo de enseñanza-aprendizaje; una modificación de métodos y sistemas de evaluación; la transparencia de sistemas y títulos y su homologación a escala comunitaria; la competitividad en formación e investigación; un incremento en la movilidad de los estudiantes; y la acreditación de la calidad y la excelencia.
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