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Competencias profesionales transversales

Artículo de opinión

Según Sofia Isus, Directora del Grup de recerca en Competències, Educació, Tecnologia i Societat (COMPETECS), las competencias específicas de una profesión son las que sirven de tarjeta de presentación para entrar en el mundo laboral. El valor añadido de una candidato/a son sus competencias transversales. ¿En qué consisten las competencias transversales? ¿Realmente sirven para poner el "toque diferente" al currículum? Descúbrelo en este monográfico.


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Laia Mestres i Salud. Redacción de Educaweb
Ser competente en el campo profesional consiste en saber resolver problemas y situaciones del trabajo de forma autónoma. No basta con los conocimientos técnicos aprendidos en las etapas de formación (universidad, FP, PCPI…), es necesario contar con habilidades, conocimientos y actitudes que permitan desempeñar las tareas propias de una profesión.

Según Sofia Isus, Directora del Grup de recerca en Competències, Educació, Tecnologia i Societat (COMPETECS), las competencias específicas de una profesión son las que sirven de tarjeta de presentación para entrar en el mundo laboral. El valor añadido de una candidato/a son sus competencias transversales. ¿En qué consisten las competencias transversales? ¿Realmente sirven para poner el toque diferente al currículum? Descúbrelo con el monográfico de competencias profesionales transversales.

¿Qué son las competencias transversales?

Durante un proceso de selección de personal, las empresas detectan las competencias más adecuadas para cubrir sus necesidades, pero, existen una serie de habilidades y conocimientos que son imprescindibles en una mayoría de los entornos: flexibilidad y movilidad, liderazgo y capacidad de trabajar en equipo, responsabilidad y compromiso, manejo de las TIC, dotes comunicativas… Por eso, podemos decir que las competencias transversales tienen que ver con la gestión de los recursos (tiempo, dinero, materiales); las relaciones interpersonales (trabajo en equipo, liderazgo); gestión de la información; comprensión sistémica y el dominio de las nuevas tecnologías.

Nadie duda de la importancia de los conocimientos técnicos para desempeñar un trabajo, pero si además se añaden las competencias transversales al currículum se logra mejorar de una forma general. Es decir, comunicar mejor, ser más proactivo y resolutivo, tener capacidad de liderazgo, permite al candidato crecer hacia otros sectores y reinventarse en caso que fuese necesario.

En su artículo, Olga Lasaga, Co-directora del Observatorio Laboral de la Universitat Abat Oliba-CEU y según el estudio "Competencias e inserción Laboral" (Barraycoa, J. y Lasaga, O., 2009), afirma que aunque las competencias instrumentales eran el requisito previo para segmentar el proceso de selección, este se decidía en función de las competencias personales y sociales (competencias transversales o softskills).

¿Cuáles son las competencias transversales más buscadas?

Charo Armenteros, profesora del Máster Executive de la Organización de Recursos y Dirección de Personas en el Instituto de Directivos Empresa (IDE CESEM) clasifica las competencias transversales en tres áreas: Empresariales, interpersonales y de eficacia personal.

En el primer ámbito intervendrían las competencias que influyen en la comunicación, como el networking, que no sólo puede aplicarse en los negocios sino también como talento diferencial para conectar ideas y producir sinergias. En cuanto a las competencias interpersonales, la clave es el trabajo en equipo.

En este punto coincide también José Sánchez, profesor del departamento de Organización de Empresas de la Universidad de Cádiz, quien reconoce que no existe consenso en la definición de "trabajo en equipo" y afirma que la vía natural de explotación de las competencias reside en las organizaciones; y se pueden canalizar a través de tres unidades básicas de actuación: el individuo, el grupo y el equipo.

Por último, Charo Armenteros, destaca dentro de la "eficacia personal", la resiliencia como capacidad para afrontar la adversidad. En este sentido, David Ortuño, del Área Recursos Humanos en FBS (Fundesem Business School), considera que la resiliencia es una competencia que aporta un elevadísimo valor añadido, entendiéndose por la misma la capacidad para poder afrontar situaciones adversas con entereza, manteniendo un equilibrio emocional y anímico, soportando la presión y no dejándose embaucar  por el estrés a fin de conseguir los objetivos perseguidos.

Además de todas estas competencias citadas, el informe de CareerBuilder sobre las ocupaciones a partir del perfil de los empleos creados desde el 2010 muestra que algunas de las habilidades más solicitadas por los departamentos de recursos humanos para este 2013, y que a menudo no quedan reflejadas en el currículum, son el pensamiento crítico, la capacidad de resolver problemas complejos, la toma de decisiones, la escucha activa…

¿Cómo potenciamos la competencias transversales?

Los expertos son unánimes: a través de la formación y con la práctica. En concreto, combinando ambas opciones: la formación debe tener en cuenta las competencias transversales e introducirlas de forma práctica. No se trata de incluir asignaturas teóricas sobre "comunicación" o "trabajo en equipo", que también pueden resultar interesantes, sino de practicar estos conceptos en el aula, comunicando, negociando y favoreciendo la proactividad.

Teniendo en cuenta qué pide el mercado y qué valoran las empresas, es necesario que los centros formativos adapten su oferta a la evolución del mercado laboral y que los profesionales y estudiantes sean conscientes de la necesidad de adquirir estas competencias. Especialmente la escuela o el instituto, son los entornos clave para iniciarse en el desarrollo de estas competencias que luego se transferirán.

Es importante destacar que la adecuación de las competencias demandadas no debe limitarse solamente a aquellos profesionales que se incorporan en el mercado laboral. El reciclaje es fundamental para las personas que ya cuentan con experiencia laboral.

Por eso, la formación, especialmente la formación para el empleo, debe mejorar la calidad y eficiencia en el desempeño del puesto de trabajo, favoreciendo que los empleados conozcan mejor su papel en la organización y sean capaces de ser resolutivos en su actividad diaria. Formar a través de competencias implica sobrepasar la mera definición de tareas y tener en cuenta las funciones y los roles.

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