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El reto de los equipos directivos
Artículo de opinión
Antúnez (1990, p.2) señala que los resultados de muchos estudios sobre centros escolares que hoy consideramos plausibles han contribuido a proporcionar aún más peso a esta evidencia: "Sea cual fuere el enfoque organizativo predominante en un centro educativo, las personas que desarrollan tareas directivas en él y la forma de ejercerla tienen una importancia decisiva para el desarrollo de la institución"
Incluso la OCDE (2009) ya resaltaba que el liderazgo era una prioridad en la política educativa mundial, y añadía que un liderazgo escolar eficaz es esencial para mejorar la equidad y la eficacia de la educación.
Actualmente existe un debate en torno a la figura y funciones de los equipos directivos en los centros educativos, y especialmente respecto a la figura del director o directora. La mayor parte del debate se centra en el ejercicio de la función directiva, no se cuestiona la legitimidad de los equipos directivos, pero sí el proceso de selección, la formación, la estructuración de la función directiva en el centro y la evaluación que garanticen la calidad de la enseñanza.
La dinámica de los centros está condicionada por presiones administrativas y políticas, cambios legislativos, resultados de las evaluaciones y comparativas internacionales, las familias, los claustros de profesores, etc. Estos aspectos influyen en el clima del centro facilitando o entorpeciendo, en algunos casos, su funcionamiento.
Durante muchos años el estilo de los equipos directivos fue un estilo autoritario debido, entre otros muchos factores, a factores políticos e ideológicos, factores normativos y factores sociales, fundamentalmente. En la actualidad se espera un equipo directivo con un estilo más participativo y democrático en el que la responsabilidad y, por tanto, la autoridad no reside en una persona sino en un equipo de trabajo, el equipo directivo.
Desde hace años, los que formamos parte de los equipos directivos, venimos teniendo la sensación de que cada curso necesitamos más dedicación y el dominio de unos contenidos y competencias más específicas. Este hecho ha generado propuestas, que parten de las teorías e investigaciones educativas actuales, de las políticas educativas de los diferentes países y también de los propios profesionales de la educación, sobre los requisitos fundamentales que debería reunir un "buen equipo directivo". Podemos resumir estas propuestas, en las siguientes teniendo en cuenta las aportaciones realizadas por el profesor Bernal (2000):
1. El equipo directivo debe contar con un proyecto coherente, compartido y adecuado al contexto. Este proyecto necesita contar con las aportaciones de todos los miembros que componen dicho equipo, y no solamente de la figura del director, facilitando, de esta manera, la implicación e identificación de todos.
2. El equipo directivo, es un equipo de trabajo con objetivos comunes, tomando en consideración los intereses y sensibilidades de todos sus componentes, desde la comunicación y la negociación. Durante el desarrollo de sus funciones debe existir una conciencia de interdependencia y complementariedad de todos sus miembros.
3. La formación del equipo directivo tiene que girar en torno a dos conjuntos de competencias, que podrían quedar agrupadas teniendo en cuenta la siguiente clasificación; competencias técnico-profesionales y competencias socio-personales (Figura 1). Cabe destacar, que estas competencias socio-personales hacen referencia, fundamentalmente, a la competencia emocional.
Figura 1. Competencias de los equipos directivos.
4. El equipo directivo debe fomentar la participación democrática de toda la comunidad educativa especialmente a través de los órganos colegiados, de los órganos de coordinación docente y de las asociaciones de estudiantes y de familias del centro.
5. El equipo directivo debe propiciar que los documentos institucionales del centro sean documentos realmente válidos y operativos. Además estos documentos programáticos tienen que ser documentos "vivos y útiles" en continua revisión y enriquecimiento desde todos los sectores de la comunidad educativa y que sean funcionales para dar respuesta a las necesidades y problemas que vayan surgiendo en la vida del centro.
6. El equipo educativo también tiene que promover e impulsar actuaciones para mejorar la relación con el entorno. Este aspecto responde a la necesidad de una mayor coordinación entre los diversos agentes implicados, además de nuevas regulaciones, procedimientos y estructuras, que posibiliten un mayor grado de coordinación entre ambos contextos Muñoz, Rodríguez-Gómez y Barrera-Corominas (2013, p.97) exponen que "mejorar la vinculación de las organizaciones educativas con el entorno supone un aspecto sumamente importante para el desarrollo socioeducativo de las comunidades en las que éstas se insertan".
7. El equipo directivo debe impulsar actuaciones educativas innovadoras especialmente en el fomento de nuevas metodologías pedagógicas, como el trabajo por proyectos o el desarrollo de las inteligencias múltiples.
En conclusión podemos afirmar que el trabajo de los equipos directivos presenta una gran complejidad técnica y sociopersonal, por lo que debemos asumir que la satisfacción en el cargo va a venir esencialmente porque se consiga implicar a la comunidad escolar en el proyecto del centro y, por lo tanto, no debe hacernos olvidar dos frases, la primera de Ball (1989, p.160) en la que afirma que "Podría decirse que como directivo, usted puede satisfacer a parte de las personas todo el tiempo o puede satisfacer a todas las personas parte del tiempo, pero nunca puede satisfacer a todas las personas durante todo el tiempo", y la segunda de Don Quijote de la Mancha "Ladran Sancho, señal que cabalgamos".
Referencias bibliográficas:
Muñoz Moreno, J.L., Rodríguez-Gómez, D., y Barrera-Coromina, A. (2013). Herramientas para la mejora de las organizaciones educativas y su relación con el entorno. Perspectiva Educacional, 52(1), 97-123
Bernal, J.L. (2000). Liderar el cambio: El liderazgo transformacional. Anuario de Pedagogía, 2, 197-230
Bernal, J.L. (2001) Dirigir un centro público: Un reto, un equipo, cuatro años. Anuario de Pedagogía, 3, 95-114
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