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TIC y Educación: el profesorado competente

Artículo de opinión

La progresiva introducción de las TIC en el contexto educativo supone una redefinición de las funciones docentes y del proceso de enseñanza aprendizaje. Utilizar las TIC en el aula implica adaptar el sistema educativo a una sociedad cambiante y a unas necesidades específicas. Pero, ¿cuál es la mejor forma para hacerlo? En el monográfico nos preguntamos si las TIC deben adaptarse a la metodología y actividades programadas o por el contrario es necesario reconducir la clase e innovar.


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Laia Mestres i Salud. Redacción de Educaweb
La introducción de las TIC en el contexto educativo supone una redefinición de las funciones docentes y del proceso de enseñanza aprendizaje. Y no sólo eso, también afecta a la organización del centro y sus recursos, la dinámica del aula, la comunicación con la comunidad educativa y la relación con las familias, el rol del alumnado en clase, la innovación en las metodologías didácticas, etc.

Utilizar las TIC en el aula implica alinear el sistema educativo con una sociedad cambiante y a unas necesidades específicas. Pero, ¿cuál es la mejor forma para hacerlo? En el monográfico de 2013 sobre TIC y Educación nos preguntamos si las TIC deben adaptarse a la metodología y actividades programadas o por el contrario es necesario reconducir la clase e innovar.

¿Nuevas metodologías didácticas?

Hoy en día, casi nadie duda que innovar con las TIC implica un cambio de paradigma en el proceso de enseñanza aprendizaje. Los expertos coinciden en que las TIC deben propiciar metodologías didácticas que favorezcan el aprendizaje colaborativo y una forma de enseñar centrada en el alumno, aunque difieren en la importancia que debe ocupar la tecnología en el proceso.

Patricia Remiro, Manager de Edutech Cluster, considera que es necesario cambiar el modelo de aprendizaje para integrar las nuevas tecnologías en los programas educativos para crear nuevas competencias. Desde su punto de vista, la clave para llevar a cabo este proceso es el profesorado y la inversión en formación contínua, que permita que los propios docentes adquieran las competencias digitales que posteriormente deberán transmitir al alumnado.

En cambio, Daniel José Angulo Chover, Coordinador TIC de la Escuela Profesional Javeriana, considera que "tenemos que adaptar la enseñanza a las nuevas realidades" y esa "nueva realidad" pasa inexcusablemente por tener unas destrezas digitales y estar familiarizados, no tanto con la tecnología actual, como con la capacidad de desaprender continuamente lo aprendido, tanto a nivel tecnológico como de procesos.

El valor de la tecnología se entiende a partir del uso que le da el alumnado, por eso, ellos deben centrar toda la atención a la hora de planificar la estrategia y la metodología educativa y elegir los recursos tecnológicos. Daniel José Angulo Chover, cree que, sin lugar a duda, las clases se tienen que reconducir en función de las TIC disponibles, pero, sin perder de vista, que las Nuevas Tecnologías van a jugar un papel de actor secundario porque son una mera herramienta, imprescindible, pero una herramienta. No tenemos que cegarnos por lo espectacular de algunas de las aplicaciones que nos ofrece el mercado, y ver cuáles son realmente útiles para nuestro cometido.

Cada instrumento o recurso TIC proporciona al profesorado un abanico de posibles actividades, pero es necesario tener claros los objetivos educativos que se pretenden conseguir en cada caso, para determinar  qué metodología (con TIC o sin TIC) resulta más idónea en cada circunstancia.

Así pues, podríamos decir que una prioridad es resolver de qué forma se aplican las nuevas tecnologías en el aula (planificación), cómo se dirige la formación del profesorado para que resulte eficaz y cómo se produce el cambio en la metodología didáctica, teniendo en cuenta que las TIC son una herramienta y el centro del proceso es el alumno.

La formación del profesorado

La introducción de las TIC en el contexto educativo supone una redefinición de las funciones docentes y del proceso de enseñanza aprendizaje. Y no sólo eso, también afecta a la organización del centro y sus recursos, la dinámica del aula, la comunicación con la comunidad educativa y la relación con las familias, el rol del alumnado en clase, etc.

En este contexto, el profesorado ha de ser capaz de manejar de forma adecuada y pedagógica las TIC y combinar las metodologías tradicionales con formas innovadoras de enseñanza. Esta exigencia puede ser un problema para algunas personas, ya sea por los déficits en el manejo instrumental de la tecnología como por las reticencias a un cambio de metodología didáctica. Entonces, ¿los docentes están preparados para "aprender nuevas formas de enseñar"? Sí y no… depende, por supuesto, de la persona y su motivación, y de los recursos y su utilización.

Los expertos reconocen que la formación del profesorado cobra una importancia fundamental. Actualmente, es prioritario dotar a los docentes de las habilidades y competencias que les permitirán aprovechar al máximo las posibilidades de la tecnología en el contexto educativo. Según un estudio realizado por Ruth Palomo, María Luna y Ruth Villalón del Departamento de Psicología y Educación de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), los docentes encuestados tienen una buena disposición para mejorar su competencia digital docente. No obstante, el punto de partida es un escaso conocimiento de herramientas novedosas y con un interesante potencial para introducir mejoras en la enseñanza, así como una tímida incorporación de la tecnología a su docencia.

Así pues, tal y como reconoce Fernando Vargas, Director del Área de RRHH de IDE-CESEM, en su artículo, el profesorado tiene por delante el "reto de aprender nuevas formas de aprender, para convencerse de que necesita desarrollar nuevas formas de enseñar". Lo contrario sería una incongruencia imperdonable de un colectivo que se supone tiene el compromiso de preparar a los demás para el futuro.
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