Después de un largo periodo en la docencia, cada curso académico que finaliza no hace más que constatar que las metodologías docentes basadas en clases magistrales provocan la pasividad del alumno en lugar de fomentar su pro-actividad. Esto conlleva que el intento de asimilación de los contenidos tenga como único objetivo la superación del examen final. Consecuentemente, en la mayoría de los casos esta retención decontenidos es temporal y no supone un verdadero aprendizaje.Así pues, parece inevitable la incorporación de nuevas metodologías docentes en el entorno educativo con el objetivo de garantizar la eficacia del aprendizaje.Una de las metodologías docentes con muchos casos de éxito es el aprendizaje basado en proyectos colaborativos (ABPC). Pero el ABPC es una metodología didáctica compleja para el docente. Esta exige el diseño de gran cantidad de materiales educativos nuevos y una gran dedicación para su implantación (Badia y García, 2006). Por si esto no fuera suficiente, existen en la actualidad multitud de herramientas TIC que se presentan como soporte para el ABPC (Gülbahary H. Tinmaz, 2006) (Moursund, 2003).Si se desean implantar de manera efectiva nuevas metodologías docentes será necesaria la adecuada formación del profesorado.
El papel de las Tecnologías de la Información y la Comunicación(TIC) para poder implantar y desarrollar el aprendizaje activo (Active Learning) con eficacia y eficiencia es determinante. La tecnología es imprescindible tanto para poder aplicar con efectividad el aprendizaje basado en proyectos colaborativos como para la gestión académica.
Es por ello que debemos seleccionar las herramientas TIC más adecuadas para que se ajusten a las nuevas metodologías docentes a implantar. Pero, en este momento, resulta fácil caer en el error de supeditar la estrategia docente diseñada en función de las TIC de que disponemos. Lo que marcará la mejora del nivel de aprendizaje son las metodologías docentes y no la tecnología. Las TIC son una herramienta al servicio del profesor para poder motivar, agilizar o facilitar la implantación de estrategias docentes y no al revés.
Las nuevas generaciones que entran en el sistema educativo son nativas digitales. En esta nueva realidad no existe una disociación entre el mundo educativo y el entorno social. En todo caso existe una inclusión del entorno de aprendizaje en el contexto social con un alto componente tecnológico. Esto exigirá de todos los estamentos del mundo educativo un conocimiento de los nuevos modelos de sociales, educativos y familiares para poder adecuar los procesos educativos y hacer eficaz el aprendizaje desde la educación infantil a los estudios universitarios.
En este nuevo contexto, el sector educativo debe comprender el papel central que juegan las TIC en nuestras vidas y aprovechar suspotencialidadesa la hora de incorporar nuevas metodologías docentes y que éstas sean consideradascomo un activo que nos ayude a aprobar el examen de la educación en nuestro país. Porque la tecnología debe ser parte de la solución y no un problema añadido que nos aleje de nuestro objetivo: educar a las personas.
Referencias bibliográficas:
Badía, A. & García, C. (2006). Incorporación de las TIC en la enseñanza y aprendizaje basados en la elaboración colaborativa de proyectos, en Enseñanza y aprendizaje con TIC en la educación superior [monográfico en línea], Revista de Universidad y Sociedad del Conocimiento (RUSC) , vol. 3, nº 2, UOC, 2006. [Fecha de consulta: 01/06/2012]. http://www.uoc.edu/rusc/3/2/dt/esp/badia_garcia.pdf
Gülbahar, Y. & Tinmaz, H. (2006). Implementing Project-Based Learning and E-Portfolio Assessment in an Undergraduate Course, Journal of Research on Technology in Education, vol. 3, núm 38, pp. 309-327, 2006.
Moursund, D. (2003). Project-Based Learning Using Information Technology, Eugene, Or.: International Society for Technology in Education, 2nd Edition.
