Tanto para la Universidad como para el alumno que estudia en ella, el buen posicionamiento en un ranking da referencia de prestigio, nada más. La realidad es que lo que importa es lo que sucede dentro de las aulas y de los laboratorios de investigación. Ahí está el valor real que, muchas veces no está recogido en los rankings y que hace que estudiantes que vayan a una misma universidad tengan distintos resultados en el desempeño de sus profesiones y el desarrollo de sus proyectos personales.Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, un ranking es una "clasificación de mayor a menor, útil para establecer criterios de valoración".
En efecto, el propósito de los rankings es comparar los distintos aspectos que se consideran relevantes en una universidad y establecer una clasificación en función de los resultados.
Los diversos rankings internacionales que se publican, se centran en aspectos que son medibles con cifras y, por tanto, comparables. Variables como el mayor o menor número de premios Nobel en el profesorado, el número de alumnos por aula o el número de ex-alumnos que trabajan al poco de acabar sus estudios son datos que, si son correctamente extraídos, permiten una comparación. Ante esto surge "la insoportable levedad de no estar" en palabras de Domingo Docampo, profesor de la Universidad de Vigo.
Los rankings han llegado para quedarse y todas las universidades tenemos que llegar a unos mínimos aceptables que al menos no nos sitúen entre los peores. La ventaja mayor de estar bien situado en un ranking es la buena imagen y la capacidad de atracción que se deriva de ello. El gran fallo es que se centran principalmente en una de las tres misiones de la universidad, en la investigación pero olvidan la calidad docente y la repercusión en la transformación social.
En la Universidad Francisco de Vitoria intentamos llegar a un equilibrio. Nuestro punto fuerte es la docencia y la atención personalizada al alumno. Dado que nuestro tamaño es pequeño, la investigación ha de concentrarse en unos pocos focos de interés buscando campos de investigación en los que se pueda llegar a resultados de investigación transferibles a la sociedad.
La buena posición que pueda tener una universidad en un ranking no tiene por qué ser una ventaja para los alumnos si el conjunto de las universidades tienen un nivel suficiente. En España todas las universidades son buenas, aunque haya unas mejores que otras. La verdadera ventaja comparativa del alumno de la Universidad Francisco de Vitoria, en nuestro caso, es la atención personal al alumno. Y en este caso, ha sido reconocida como una de las mejores de España por el informe del Consejo Económico y Social. En nuestra universidad el alumno no tiene sólo herramientas técnicas para hacer algo sino que al final sabe para qué lo hace.
