El aprendizaje de una lengua extranjera estimula el crecimiento y mejora las conexiones neuronales en la infancia. Un estudio elaborado por el Instituto Neurológico de Montreal, el Hospital – La Neuro en la Universidad McGill (Canadá) y la Universidad de Oxford (Inglaterra) y recogido por el periódico La Nación de Costa Rica, muestra que la corteza frontal inferior izquierda del cerebro se hace más gruesa y la corteza frontal inferior derecha, más delgada, en niños que han aprendido un segundo idioma.Según los científicos, la edad en la que los niños aprenden un segundo idioma es determinante. Así, aunque el desarrollo del cerebro es similar si se aprende uno o dos idiomas desde el nacimiento, cuando el aprendizaje de un segundo idioma se produce cuando ya se tiene la competencia en la lengua materna, la estructura cerebral se ve modificada de forma muy similar a cuando se adquieren habilidades motoras complejas, como la habilidad para realizar malabares.
Estos datos son similares a un estudio publicado por la Universidad de Lund (Suecia) en 2012, en el que se destacaba que el cerebro aumenta de tamaño cuando se aprende un nuevo idioma.
Los científicos trabajaron durante 13 meses con los sujetos de estudio, que aprendieron un nuevo idioma estudiando todos los días de la semana, mañana y tarde. Posteriormente se comparó su morfología cerebral con la de grupo de control integrado por estudiantes de medicina. La conclusión que puede extraerse es que los estudiantes de idiomas tuvieron cierto crecimiento cerebral en el hipocampo, área que se relaciona con el aprendizaje de información nueva, y otras tres áreas de la corteza cerebral. Estos datos son positivos porque muestran que el aprendizaje de una lengua extranjera puede contribuir a mejorar la situación de las personas con Alzheimer
