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Altas capacidades: detección e integración académica

Artículo de opinión

Una de las principales preocupaciones del sector educativo es la dificultad para detectar el alumnado con altas capacidades. Según la Asociación Valenciana de Ayuda al Superdotado (Avast), solo el 10% del alumnado con altas capacidades es detectado por los equipos docentes. Aunque existen herramientas que facilitan este proceso, todavía existe mucho desconocimiento al respecto. En este monográfico hemos recopilado un buen número de artículos que permiten conocer los pasos a seguir.


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Laia Mestres i Salud. Redacción de Educaweb
Una de las principales preocupaciones del sector educativo hace referencia a las dificultades para la correcta detección del alumnado con altas capacidades en el ámbito académico. Según la Asociación Valenciana de Ayuda al Superdotado (Avast), solo el 10% del alumnado con altas capacidades es detectado por los equipos docentes, hecho que supone que un elevado porcentaje de superdotados no recibirán los estímulos adecuados para su intelecto en la escuela.

Aunque existen herramientas que facilitan la detección, es necesaria más formación específica dirigida a los docentes. Un profesorado poco preparado no tendrá posibilidades de descubrir la diversidad de su alumnado, sobre todo si entre sus alumnos se encuentran algunos superdotados y con talento. Por eso, en este monográfico de altas capacidades hemos recopilado un buen número de artículos que permiten conocer los pasos a seguir en la detección de la mano de los expertos.

Superdotación y altas capacidades. ¿Cómo detectarlas?

Antes de profundizar en las herramientas para la detección de los niños superdotados, se debe tener en cuenta que la definición de superdotado varía según los países y según la cultura. Para Taíssa Queizán, profesora de la Universidad Francisco de Vitoria, cuando un maestro en el aula cree que uno de sus alumnos posee una superdotación, lo primero que debe preguntarse es si es un niño superdotado o un niño talentoso. En este sentido, los expertos coinciden en diferenciar entre tres tipos de talento:

- Alumnado con altas capacidades: estos niños tienen una inteligencia superior a la media y constituyen entre el 15 y el 20% de la población. Son personas muy creativas y motivadas por aprender cosas nuevas.

- Alumnado talentoso: se pueden considerar dentro de este grupo entre un 5 y un 10% de la población. Se trata de personas que muestran aptitudes y habilidades especiales hacia un ámbito concreto (artístico, verbal, matemático…)

- Superdotados: el niño superdotado es aquel que obtiene una puntuación en los tests de cociente intelectual superior a 130. Representan entre un 1 y un 2% del grupo de alumnado de altas capacidades y se caracterizan por destacar intelectualmente en varios ámbitos.

Aunque esta clasificación puede servir de pauta, es importante tener en cuenta que la superdotación no presenta rasgos homogéneos. Taíssa Queizán puntualiza que cada niño es un caso particular en el que hay que estudiar sus características personales como el sexo, el nivel de precocidad y de creatividad y el medio en el que viven. Son muchos los factores que ayudarán o perjudicarán a un niño de estas características, por lo que su educación debe siempre plantearse desde su unicidad y la individualidad.

Para detectar un niño con altas capacidades, familias, profesorado y centros educativos deben estar alerta a sus características y habilidades. Aunque los padres no suelen ser objetivos respecto a la inteligencia de sus hijos, si se tiene la sospecha de que el niño o niña es superdotado existen una serie de indicadores que generalmente los caracterizan: dominio del lenguaje a edades tempranas, facilidad para memorizar y aprender rápidamente, interés por conocer cosas nuevas, creatividad e imaginación, alta sensibilidad e incluso desajustes emocionales.

Para el profesorado, a menudo resulta difícil detectar un niño superdotado o con altas capacidades. No hay que olvidar que estos niños pueden llegar a "esconder" sus habilidades para encajar mejor en el grupo clase o presentar comportamientos que pueden confundirse con algún trastorno, como por ejemplo la hiperactividad. Por eso, aunque presente un rendimiento escolar pobre, un superdotado puede mostrar indicios como originalidad, destreza y habilidad para resolver problemas, alta fluidez verbal, excelente memoria, curiosidad, etc. Además de aspectos como las disincronías. En este sentido, Amparo Acereda, psicóloga y directora de Investigación de la Universitat Abat Oliba CEU recomienda a los docentes que, antes de analizar las características de un niño con altas capacidades es necesario tener en cuenta que el niño superdotado es, ante todo, un niño, en el que debemos contemplar dos aspectos esenciales: a nivel emocional posee una edad cronológica igual a sus compañeros, aunque a nivel intelectual posee un funcionamiento mental superior y más rápido.

Eva María Romero Martín y  Ricardo Jambrina Hernández, responsables de Innovación del CIFP Majada Marcial de Las Palmas de Gran Canaria, consideran que la clave es iniciar la detección de forma temprana, para evitar que el talento pierda potencial debido a la falta de estimulación y prevenir el fracaso escolar. En Canarias, por ejemplo, se  realiza una detección inicial al alumnado de primer curso de Educación Primaria de todos los centros públicos y privados, con el apoyo y asesoramiento de un orientador. El profesorado y las familias cumplimentan unas escalas que les permiten encontrar indicios de altas capacidades y posteriormente, se realizan unas pruebas formales para corroborar la presencia de la precocidad.

En otras comunidades autónomas se llevan a cabo iniciativas similares con un nexo común: la identificación definitiva de las capacidades debe hacerla un profesional a través de tests de inteligencia e informes psicológicos. Si no se confirman los diagnósticos, difícilmente se les podrá ofrecer una educación adaptada a sus necesidades.

Los superdotados en el sistema educativo

Los superdotados son considerados como alumnado con necesidades educativas especiales porque tienen derecho a una respuesta educativa adecuada a sus particularidades. La legislación así lo contempla pero, ¿qué ocurre en los centros educativos? ¿De qué forma pueden dar respuesta a estas necesidades? ¿De qué recursos disponen el centro y el profesorado a la hora de enfrentarse a esta situación?

Generalmente, la solución cuando se detecta un niño superdotado en el aula y se quiere potenciar su inteligencia es adelantarlo de curso, ofrecerle alternativas que complementen las clases regladas o bien matricularlo en un colegio específico para niños con altas capacidades. Sin embargo, no existe unanimidad entre los expertos en altas capacidades sobre qué se debe hacer a nivel escolar para lograr un correcto desarrollo intelectual, la integración con el resto de compañeros y un equilibrio emocional adecuado.

Para Robert Vilella, profesor de educación secundaria del Colegio Claret (Barcelona), la referencia final siempre debe ser la atención al alumnado. Pautar y realizar el seguimiento de las medidas y las acciones ideales para cada caso es el compromiso que debe adquirir la escuela. Desde su punto de vista, las medidas a seguir deben ser realistas, teniendo en cuenta la situación, los recursos, las características y valores del alumno, la familia, los docentes y el centro educativo.

Independientemente de las medidas que se lleven a cabo, los expertos coinciden en señalar que la falta de respuesta a estas necesidades educativas puede conducir al fracaso escolar. Paradójicamente, un niño con unas altas capacidades intelectuales, con una gran creatividad y con un potencial extraordinario no encaja en la escuela y en muchos casos, acaba abandonando los estudios por falta de motivación hacia el estudio.

Por eso, es necesario tener en cuenta que no se trata de dar una educación especial a los superdotados, sino específica. Se trata de fomentar la educación favoreciendo las inquietudes de este tipo de alumnado y complementando su paso por la escuela con otras actividades de su interés. En el caso de las altas capacidades, es importante respetar su iniciativa, apoyarles, estimularles y potenciarles académicamente si ellos lo requieren, sin olvidar que sus características personales les hacen independientes y autodidactas.
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