Internacionalizarse si, Internacionalizarse no… No, no dejes que tu futuro lo decida una margarita… Además de mis alumnos, tengo dos hijos en la Universidad y muchos amigos de ellos que me preguntan a menudo: "¿Tengo que irme al extranjero?", "¿qué ventajas supone eso?", "¿qué riesgos tendré?".A estas tres preguntas podría contestar con tres palabras: Sí, muchas, pocos; pero entiendo que esto sería demasiado escueto y tendría que explicar mi razonamiento. Así que allá vamos:
¿Tengo que irme al extranjero? Indudablemente sí. El mundo cada vez está más globalizando y esto no quiere decir únicamente que podamos comprar productos chinos en España o jamón español en Rusia. El futuro será un mundo en el que las gentes se mezclarán entre ellas, los servicios serán globalizados, las empresas perderán la perspectiva de la escala nacional y serán solamente internacionales. Pero, ¿esto se aplica en todas las profesiones? Sí, el dentista tendrá que atender pacientes indianos, el diseñador tendrá que diseñar para el mercado ruso, y el abogado tendrá que abordar casos de relevancia internacional. Solución a todo esto: hacer parte del plan de formación en un país extranjero.
¿Qué ventajas supone eso? Sin duda la ventaja de aprender un nuevo idioma. Pero aquí quiero matizar algo. No se puede ir al extranjero a aprender un idioma, sino a perfeccionar el conocimiento del mismo. Hay que salir con un buen bagaje de idiomas que se perfeccionarán allí. Pero, hay una ventaja mucho más importante: la interculturalidad. De vez en cuando me desplazo al continente asiático como profesor visitante de una Universidad de Bangkok. Siempre me sorprende encontrarme con alumnos alemanes que realizan una estancia allí solamente para aprender una nueva cultura. Y, de paso, si pueden, se matriculan en algún curso en la Universidad. Pero no es ese el objetivo, el objetivo es simplemente inter-culturalizarse. Y si lo hace la locomotora de Europa, ¿por qué nosotros no?
¿Qué riesgos tendré? Aparte de estar lejos de casa sin tus padres cuidándote y preparándote la comida, veo muy pocos riesgos. ¡Hombre! Es verdad que siempre cuesta asumir el cambio, pero es esta también una forma de aprender. Aprender a comer algo diferente, aprender a compartir un piso, aprender a vivir adaptándose a las condiciones del lugar, etc…pero, en general, aparte de unas áreas del mundo muy bien conocidas por sus riesgos generales, irse al extranjero no supone unos riesgos importantes.
Espero haber sido útil. Y confieso que estos son los mismos consejos que les he dado a mis hijos.
