El Consejo de Ministros ha aprobado hoy la propuesta de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), la séptima reforma legislativa de la educación en democracia. En la rueda de prensa posterior, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría ha destacado que «necesitamos una remodelación urgente de todo el sistema educativo» con el objetivo de reducir la tasa de abandono escolar prematuro y el paro juvenil.El paso siguiente es que la ley sea debatida en las Cortes. Se prevé la aplicación del texto para el curso 2014-2015.
Durante su comparecencia en el Consejo de Ministros, José Ignacio Wert, ministro de Educación, Cultura y Deporte ha hablado de uno de los puntos más polémicos del anteproyecto, el trato hacia las lenguas cooficiales. La LOMCE cambia el modelo de enseñanzas mínimas y el Estado será quien definirá los contenidos y los criterios de evaluación de las asignaturas troncales y los criterios de evaluación de las específicas. Wert ha afirmado que la reforma busca garantizar el derecho del castellano como lengua vehicular de la enseñanza, junto con las otras lenguas cooficiales. En este sentido, ha recalcado que «estamos haciendo lo que nos ha dicho el Tribunal Constitucional en dos sentencias: tenemos que garantizar que aquellos padres que deseen que la educación de sus hijos sea también en castellano como lengua vehicular esté puedan tenerlo», en referencia al sistema de inmersión lingüística catalán.
Para hacer frente a esta situación, el Estado adelantará el coste de escolarizar en castellano en colegios privados a los alumnos que hayan elegido esta lengua como vehicular, siempre y cuando la comunidad autónoma no la oferte en el sistema público o el concertado. Luego recuperará esta inversión detrayéndola de la financiación autonómica.
La LOMCE nace sin consenso y con muchas críticas desde el propio sector educativo, por eso, el ministro ha afirmado que «nosotros vamos a intentar todo lo que esté en nuestra mano para conseguir el consenso más amplio, no solo político, también social y de la comunidad educativa. No vamos a claudicar de la voluntad de mejorar una situación que está necesitada de mejoras». Precisamente, el pasado 9 de mayo los sindicatos de profesorado, alumnado y familias llamaron al sector educativo a la huelga en contra de la LOMCE y los recortes.
Otro aspecto polémico de la reforma es la eliminación de la selectividad y la introducción de las reválidas al final de cada ciclo. Para Wert «la introducción de evaluaciones al final de cada etapa es un estímulo al esfuerzo y rendimiento de alumnos y profesores».
Además, la nueva ley establece que tanto la asignatura de Religión como su alternativa, "Valores Culturales y Sociales en Primaria y Valores Éticos en Secundaria", que substituye a "Educación para la Ciudadanía" serán evaluables y la nota contará para la media del curso como el resto de las asignaturas.
Ambas materias, que tienen un régimen especial porque es obligado ofertarlas en línea con los acuerdos con la Santa Sede , se podrán cursar como optativas desde la Primaria, facilitando así que quien lo desee pueda estudiar las dos y no sólo una, como contemplaba inicialmente el anteproyecto de la norma, en la que Religión y Valores eran excluyentes.
