La capacidad emprendedora de una persona se mide por la capacidad de iniciar proyectos y tener la energía suficiente, el tesón y la persistencia para seguir en el camino del emprendimiento, de la innovación y de la creatividad. Las equivocaciones o los errores son parte del proceso y del aprendizaje en el camino del éxito. Crear un proyecto y hacerlo crecer es lo que caracteriza el espíritu emprendedor. Para ello es necesario creer apasionadamente en el proyecto y saberlo defender a capa y espada, que quiere decir saber venderlo a los inversores, a los clientes y a los proveedores.
Crear una empresa, un negocio o hacer realidad un proyecto es como parir una criatura y este es el máximo exponencial de la emprendeduria porque requiere energía, amor, tesón y paciencia a largo plazo. En este sentido las mujeres creadoras de vida y de cuidados están especialmente dotadas de las competencias innatas para crear, amar y resistir a largo plazo. Kike Sarasola, empresario de éxito (Más ideas y menos Másters) nos da la razón y habla de creer en "tu criatura", si tu no crees nadie lo va a hacer.
La persona mejor emprendedora no es la que tiene más títulos, más planes empresariales excelentes, sino aquella que cree en su proyecto y cree en su empresa, la trabaja, la mima y no cesa hasta que no encuentra el camino adecuado para hacerla florecer. En este sentido el talento emprendedor femenino es innato por su capacidad de crear y su especial inteligencia emocional caracterizada por la intuición, la empatía y la especial habilidad por conocer las necesidades de la gente, ya que son las que deciden el 80% de las compras a nivel mundial.
Más allá de los Planes Empresariales
Para crear una empresa que funcione es importante comenzar por reflexionar, pensar, y conocerse como persona: qué competencias tienes, qué gustos, en qué eres excelente y sobre todo qué te gusta hacer. Antes que pensar en la idea Matriz, elaborarla y hornearla como si de un pastel de tratara, es necesario un proceso de autorreflexión sobre tu visión de la vida y que misión quieres cumplir en ella. Es importante que el negocio que se emprende esté de acuerdo con los propios pensamientos, los sentimientos y la visión de la vida. Una vez concretado este tema que es el más importante, se puede ir meditando sobre que misión se quiere cumplir a través del proyecto y este debe estar acorde con la visión del mundo, de la vida y del momento de vida.
Las mujeres tenemos más dificultades por nuestro rol impuesto milenariamente de engendrar, cuidar y criar, aunque engendrar vida sea una de las experiencias mas maravillosas del mundo y desarrolle en nosotras, sentidos, experiencia y unas especiales habilidades, tristemente poco valoradas, debemos tener cuidado con nuestros momentos de vida o ciclos de vida . Por ello es importante que el negocio que se cree se acople al momento de vida existencial. Por ejemplo, puede ser difícil criar un hijo y al mismo tiempo iniciar un negocio, por lo que es importante siempre buscar un negocio que sea fácil de manejar según las circunstancias de cada persona.
La pasión por emprender y el amor por lo emprendido, junto con la inteligencia emocional y una buena empatia son los ingredientes fundamentales para un buen éxito empresarial. |