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Crear un perfil social y no morir en el intento

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Jaume Ferrer. Responsable de Comunicación de Fundació EMI- Manresa
Hoy en día casi todo el mundo tiene uno o más perfiles colgados en distintas redes sociales, y utiliza herramientas diversas para compartir imágenes opiniones, enlaces, ubicaciones,… esta práctica se ha extendido de tal forma que los departamentos de recursos humanos de muchas empresas encuentran en Google, una herramienta ideal para contrastar los currículum y completar los perfiles formales que los candidatos mandan, con los perfiles virtuales, que en muchas ocasiones los delatan.

Esta nueva realidad nos obliga a plantearnos la gestión de nuestra reputación des de la perspectiva online. Así, de la misma manera que no iríamos por la calle pegando por las paredes (o muros) fotografías de nuestra última salida nocturna con unas copas de más, deberíamos pensar mucho que tipo de materiales colgamos en la red. Las palabras, a diferencia de lo que pasa en el bar, si se escriben (y en este caso se digitalizan) jamás se las "lleva el viento" y es que esta nueva cultura digital nos plantea un nuevo dilema: antes costaba recordar, ahora casi es imposible olvidar, cualquier aparición pública, comentario, foto etiquetada, multa de trafico, mención… quedará registrada e indexada en el todo poderoso Google…

Podéis hacer la prueba practicando un poco de "egosurfing", buscad vuestro nombre entrecomillado en Google y seguramente os sorprenderán algunos de los datos que aparecen, quizá fotos y vídeos que desconocíais…

Pero no todo son malas noticias, estas herramientas, bien utilizadas, pueden jugar a nuestro favor y mostrar nuestras aptitudes y habilidades en materia social. Un uso ordenado y coherente de las distintas redes nos otorgará un estatus de candidato 2.0.

El entorno de trabajo de estas comunidades virtuales puede engañarnos por su aparente simplicidad y muy a menudo el uso intuitivo y azaroso de sus características puede acarrear más de un disgusto. Es por eso que la formación en el uso de las redes sociales se vuelve imprescindible si queremos tener un control exhaustivo sobre la imagen que proyectamos, ya que el sistema de prueba y error es muy peligroso en un entorno en el que un comentario desafortunado puede ser retwitteado a todo el planeta en cuestión de minutos, llegando a convertirse en Trending Topic (palabra clave más comentada) de la semana. Sirva de ejemplo la desafortunada frase de David Bisbal en su cuenta de Twitter :"Nunca he visto las pirámides tan poco transitadas, ojalá que pronto se acabe la revuelta". Este comentario fue motivo de burla y sarcasmo en la red durante días y se creó el hashtags #turismobisbal que llegó a las primeras posiciones de comentarios registrados en un día.

Son muchas las opciones y características de cada red social, y muchos aspectos a considerar como el argot y las peculiaridades en la forma y códigos a utilizar, las herramientas avanzadas, el control de la privacidad, así como complementos para optimizar el uso de las mismas: Hootsuite, TweetDeck,… Un usuario avanzado, trabajando 8 horas diarias en este campo, tendría dificultades para mantenerse actualizado, de manera que si pretendemos aprender y hacer un buen uso de esta "arma" de doble filo, no tendremos más remedio que dejarnos guiar y seguir una formación especifica y de forma continuada para mantenernos al día de las novedades y dar a nuestro perfil las características deseadas, transmitiendo la imagen adecuada de nuestra personalidad y aptitudes.

La formación más que nunca se convierte una aliada imprescindible en esta carrera enloquecida en la que todo va muy deprisa y en la que parece no se puede cometer ningún error. Debemos dejarnos aconsejar y reflexionar de vez en cuando sobre la imagen que proyectamos, pensar el porqué de nuestras acciones y el objetivo que queremos conseguir: encontrar trabajo, clientes, amigos, … en cada caso debemos trazar un plan y planificar mínimamente las acciones a realizar, las redes a utilizar, el tono de nuestros comentarios... Una actitud errática tendrá consecuencias impredecibles, mientras que un comportamiento ordenado y metodológico será recompensado y valorado.

Una vez tengamos las nociones básicas sobre los conceptos globales podremos completar nuestra formación y conocimientos mediante suscripciones a Newsletters especializadas, siguiendo cuentas que están siempre al corriente de las últimas tendencias del sector y como no, comentando e interactuando con otros usuarios. No hay mejor forma de aprender que preguntando de forma humilde y reconociendo nuestras limitaciones.

La comunidad virtual es muy variada y pude llegar a ser muy cruel en sus críticas y comentarios, pero también es muy altruista y colaborativa si se utilizan las formas adecuadas y se respetan unas mínimas normas de comportamiento.

Así que ya sabéis, formación, sentido común y humildad, una combinación perfecta para empezar a crear una reputación online y no morir en el intento…
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