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"Desarrollando las competencias transversales, la persona puede estar «vacunada» para poder afrontar sus proyectos profesionales"

Entrevista


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Olga Valls. Psicóloga, orientadora de Educaweb
4. ¿Qué importancia tienen las competencias laborales en el contexto actual? ¿Es necesario potenciarlas desde la orientación académica y profesional?

La principal característica del contexto socioeconómico futuro es la incertidumbre; los mercados globales, en los que las personas desarrollarán una carrera profesional variada y flexible, trabajando en diferentes empresas y realizando varios trabajos a lo largo de su carrera, asumiendo que algunos de estos trabajos no existen todavía, y se irán creando…

¿Cómo deben prepararse las personas para afrontar esta realidad? Las competencias nos pueden ayudar a dar respuesta a esta cuestión.

¿Cómo? En primer lugar, es necesario familiarizarnos con el concepto.

¿Qué son las competencias? Si hablamos de competencias en un puesto de trabajo podríamos definirlas como la integración de unos conocimientos (saber), unas habilidades (saber hacer) y unos comportamientos (saber ser y saber estar) que ponemos en juego y nos permiten desempeñar con éxito el trabajo, en un contexto determinado.

Podemos agrupar las competencias en técnicas y profesionales, que hacen referencia al desarrollo exitoso de los aspectos técnicos de la profesión, y en transversales, que son aquellas que se aprenden y se utilizan en muchos contextos de la vida, altamente transferibles, y que tienen un gran valor adaptativo.

Así pues, para ser una buena cocinera, la persona deberá aprender los contenidos propios de la profesión (métodos de conservación de los productos, principios básicos de dietética y nutrición para preparar comidas saludables...). También tendrá que desarrollar unas habilidades vinculadas con todo lo que ha aprendido (conservar bien los productos en el restaurante donde trabaja y conseguir un índice de rechazo de alimentos muy bajo...). Y deberá tener un comportamiento adecuado para cumplir con éxito las atribuciones de su puesto de trabajo (resolución de problemas, organización de su trabajo y del equipo, responsabilidad, capacidad para trabajar en equipo, capacidad de autonomía, de relación interpersonal, de iniciativa).

Si el futuro de las profesiones es tan incierto respecto a su contenido técnico y profesional, altamente cambiante y adaptado a las circunstancias y contextos socioeconómicos vigentes, se intuye que las competencias transversales son menos permeables a este contexto y pueden convertirse en una de las variables de la función que aislamos para poder resolver el problema.

Por lo tanto, desarrollando las competencias transversales una persona puede estar «vacunada», en parte, para afrontar con más garantías de éxito uno o varios proyectos profesionales y las diversas transiciones académicas y laborales que experimentará durante su carrera profesional.

Es clave, pues, el hecho de que los orientadores y orientadoras que nos dedicamos a acompañar a las personas en sus transiciones a lo largo de la vida compartamos esta visión con el actor del proceso de orientación; debe saber el valor que tienen sus competencias transversales, identificar cuál es su «pull» competencial, potenciar aquellas competencias que ya tienen, con el objetivo de mejorar su empleabilidad, y desarrollar las que necesitan y no tienen.
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