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A favor de un uso racional
Artículo de opinión
Estos dispositivos se van abriendo camino en el ámbito educativo. El pasado curso, por ejemplo, la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía diseñó una aplicación que permite comunicar a docentes y padres a través de los smartphones y de las tabletas, de la misma manera que se podía hacer desde los ordenadores. Así, maestros y profesores pueden realizar anotaciones sobre el alumnado en el aula y notificar a las familias las ausencias en clase; y los padres, por su parte, acceder a una amplia información sobre sus hijos (calificaciones, incidencias, asistencia...) e intervenir en las tutorías electrónicas, lo que fomenta su participación en el sistema educativo.
Bienvenidas sean todas las facilidades que se concedan al docente para que aplique en su profesión las metodologías más innovadoras, así como al padre y la madre para desarrollar el adecuado seguimiento académico de sus hijos. Como en otros casos, las nuevas tecnologías pueden convertirse en un aliado o en un enemigo. Hemos de hacer un uso racional de ellas, y del tiempo que les dedicamos, y procurar que los smartphones y las tabletas instruyan y entretengan a los alumnos, sin distraerles en su proceso formativo.
Una de las ventajas de los móviles inteligentes y las tabletas es que resultan idóneos para tener una copia de los documentos en un servidor, el cual, además de ser más seguro que un disco duro de ordenador, es accesible desde cualquier lugar y mediante cualquier dispositivo con conexión a Internet. Con ello se facilita la movilidad y el trabajo en equipo, características que, en principio, no se dan en los ordenadores. No obstante, para las tareas más complejas, como son la mayoría de las que implican producción de textos y archivos multimedia y su posterior edición, continúa siendo necesaria la concurrencia de un ordenador.
Además, las tabletas están pensadas de manera que su entorno gráfico facilite que el aprendizaje informático sea mucho más rápido que en un ordenador. De hecho, se recomienda el uso de las tabletas tanto en el sector de la enseñanza como en la iniciación de las personas mayores en las nuevas tecnologías. Considero que debemos aprovecharnos de sus ventajas para la imprescindible mejora de nuestro nivel educativo, y para un mejor uso y aprovechamiento de nuestro tiempo, que siempre es limitado e irrecuperable.
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