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Dispositivos móviles en las aulas
Artículo de opinión
Por las distintas experiencias de trabajo que ya conocemos con diferentes dispositivos (en nuestro centro sólo lo hacemos con ultraportátiles) queda claro que representan opciones que se complementan y que no son excluyentes entre sí. Las tabletas son más manejables, ergonómicas y prácticas, mejores para leer información y navegar por la red, las fotos se ven mucho mejor y la duración de la batería es muy superior. Los notebooks ofrecen mayor y mejor control cuando se usa el ratón y el teclado y son mejores para crear documentos o presentaciones. Lo más lógico es siempre diseñar proyectos de uso de las TIC en los centros donde se combinen distintos aparatos y dispositivos en función de las tareas que con ellos queremos realizar y de los objetivos a conseguir.
Desde luego, la tendencia actual de nuestra sociedad occidental, muestra un crecimiento y una generalización brutal en el uso de dispositivos móviles, sobre todo smartphones con conexión a internet y ésto, es una realidad que debemos aceptar, asumir y aprovechar para el aprendizaje. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) el 87´3% de la población de 15 años tiene móvil y la edad media a la que las/os menores acceden a smartphones es de 13 años. Sabemos que es muy normal, es nuestro centro ocurre, que los teléfonos móviles estén prohibidos en escuelas e institutos, quedando muy clara su prohibición de uso en los documentos del centro como el Reglamento de Régimen Interno. Una vez más, la escuela se distancia de la realidad. Antes de entrar en el centro, el alumnado vive inmerso en un mundo tecnológico que lo inunda todo pero cuando entran en las aulas, en los centros, se cierra la puerta de la realidad social y tecnológica en la que se mueven fuera con absoluta naturalidad y normalidad. Algunos pensamos que lo que puede y debe ser motivo de sanción y/o prohibición son determinadas acciones o usos que se hagan de la tecnología pero nunca la propia tecnología que, desde luego, no es mala de por sí. De nuevo nos encontramos con la formación. Se debería formar a la comunidad educativa -alumnado, profesorado y familias- en el correcto uso de la tecnología móvil e internet y sus aspectos ético-legales. También debemos tener un Plan TIC de centro en donde demos importancia a las potencialidades de los dispositivos móviles para la realización de múltiples tareas de enseñanza y aprendizaje, ya que no estamos hablando de problemas tecnológicos sino de problemas de conducta relacionados con el mal uso de esta tecnología.
Claro que los dispositivos móviles enseñan, la mayor parte de nuestro alumnado usa el correo electrónico, alguna de las redes sociales y diferentes navegadores, lectores de ebooks, de archivos PDF e incluso de códigos QR. La mayoría utiliza editores de imágenes en sus teléfonos y ordenadores y, por supuesto, herramientas simples de dibujo y pintura. Y, qué decir de las aplicaciones de audio, música y vídeo. No creo que quede ninguna/o que no haya utilizado las diferentes enciclopedias y diccionarios o alguno de los traductores online. ¿Acaso no es esto aprender?
En una encuesta realizada en el curso 2010/11 a los 400 alumnas/os de nuestro centro rural, un 96% afirmó tener ordenador en casa y un 90% conectarse a internet habitualmente, sobre todo para hacer uso de las redes sociales. Un 70% dice no tener unas normas claras para el uso de internet en casa y un 80% suben material, sobre todo fotos y vídeos, a estas redes sociales. El 90% del alumnado afirmó que no está con adultos cuando accede a la red y un 75% afirma conocer alumnado "enganchado" al uso del teléfono móvil o de internet.
Así pues, como proponen cada vez más autores, podemos realizar múltiples tareas de aprendizaje con nuestro alumnado con las tabletas, smartphones u otros dispositivos móviles, entre otras: lectura y comentario de libros eléctrónicos o ebooks, realización de fichas prácticas en formato PDF, realización de esquemas o mapas conceptuales, gráficos estadísticos, grabaciones de audio como locuciones, lecturas, dramatizaciones, entrevistas, presentaciones de contenidos para el grupo clase, elaboración de diagramas con las ideas importantes de un texto, creación de vídeos con la grabación de las noticias de actualidad usando las cámaras de los dispositivos móviles, edición y retoque fotográfico de las imágenes obtenidas, cálculos matemáticos, buscar y leer noticias de periódicos online, explorar comarcas, zonas geográficas o países trazando recorridos, buscar imágenes o fotos de diversas características y crear álbumes online. Grabar cuñas de radio y/o podcast educativos, elaborar Blogs de clase, Wikis colectivas por grupos y páginas web, etc. Es decir, parece que el sentido común nos induce a pensar que lo más lógico para llevar a cabo estas tareas, sería empezar a utilizar los dispositivos móviles para tareas sin conexión a internet (offline), como por ejemplo la lectura de ebooks y, paulatinamente, ir pasando a tareas online con mayor complejidad como pequeñas investigaciones colectivas, creación de Wikis o grabaciones y ediciones de vídeo.
Aún así, no puedo dejar de decir que soy de los que piensan que los ultraportátiles o notebooks se están quedando obsoletos, están perdiendo la batalla y pienso que el futuro está en las tabletas y smartphones. No voy a entrar en las múltiples razones que me llevan a este pensamiento pero sí quiero señalar una que para mí es fundamental: las administraciones, que no suelen estar en la vanguardia, todavía siguen repartiendo, en el marco de sus distintos programas, ultraportátiles por muchos de sus centros. Esto es, cuando muchas de nuestras escuelas e institutos estén llenos de notebooks, estos dispositivos ya no existirán en el mundo real por obsoletos, como antes ha ocurrido ya en tantas ocasiones. Otra vez más la escuela distanciada de la realidad social circundante.
Los dispositivos móviles posibilitan también grandes oportunidades de aprendizaje porque su uso en las aulas favorece mucho el desarrollo de las ocho competencias básicas que se nos exige trabajar con nuestro alumnado y que debemos hacer constar en nuestras programaciones y planes. La educación ya no se enfoca únicamente a la adquisición de conocimientos sino también al desarrollo de destrezas y habilidades para la vida. Parece evidente también, que estos u otros dispositivos que utilizamos no van a determinar la calidad educativa de nuestros centros, pero sí que el uso de las TIC en la tarea docente es una estrategia demasiado poderosa, dinámica y atrayente para el alumnado como para no tenerla en cuenta. Eso sí, la tenemos en nuestras manos pero si no la utilizamos adecuadamente y con los conocimientos adecuados, será lo mismo, en definitiva, que utilizar mal una pizarra tradicional. Tenemos que estar al día con la nuevas formas en la que aprende nuestro alumnado para poder ser más efectivos en nuestro trabajo y obtener mejores resultados.
Para finalizar, y respondiendo a vuestra pregunta de si las tabletas o smartphones enseñan o distraen, matizar que algunas personas pensamos que lo bueno es aprender distraído, que al alumnado le cueste poco esfuerzo aprender y que aprenda con el menor aburrimiento posible.
Referencias documentales:
INE (2011): Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares.
MORALES, M (2010): Dispositivos móviles al servicio de la educación. Disponible en: http://www.e-learningsocial.com/article.php?article id=411.
LOW, L. "Ten reasons why mobile learning matters", disponible en
http://mlearning.edublogs.org/2007/01/16/10-reasons-why-mobile-learning-matters/
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