Los expertos destacan que estos dispositivos facilitan la implicación del alumnado en el aprendizaje, a través de la interacción directa. Una buena prueba de ello son las más de 10 experiencias de éxito recopiladas para el monográfico sobre Innovación en el sector educativo, que muestran actividades realizadas en clase con el uso de dispositivos móviles y analizan su utilidad pedagógica. Pero, ¿todo son ventajas? ¿Los dispositivos móviles distraen o enseñan?
El auge de los dispositivos móviles
Hace unos meses, la Fundación Telefónica presentó el Informe de "La Sociedad de la Información en España – SIE 2012", un estudio que mostraba el uso de Internet y los dispositivos móviles por parte de los usuarios. Una de las principales conclusiones es que la banda ancha móvil ha sido la tecnología que más ha crecido durante 2012. De hecho, un 63,2% de los usuarios de teléfono móvil tiene un smartphone, hecho que sitúa a España como uno de los países con el parque de telefonía móvil más avanzado del mundo, superando la media europea para todos los tipos de terminales e incluso doblándola en el caso de los tablets (un 14% frente al 7% de la media europea).
Si nos fijamos en los datos existentes sobre el uso de los móviles en niños y adolescentes, nos encontramos que el 97,9% de los adolescentes de entre 12 y 17 años tiene teléfono móvil y el 12,5% llega a tener un segundo aparato, según un estudio de la Universidad Camilo José Cela que se está llevando a cabo en centros educativos privados, concertados y públicos de la Comunidad de Madrid.
¿Y para qué usan los móviles los jóvenes? Otro estudio de la misma universidad, el informe "Generación 2.0, 2011", demuestra que la utilización de las redes sociales está muy extendida en la población de adolescentes españoles: un 78% de la muestra analizada reconocen utilizarlas. Además, las chicas las usan en mayor medida (81,6%) que el grupo de chicos (74,4%).
Así pues, parece innegable que los dispositivos móviles son una herramienta que utilizan frecuentemente y que genera una gran expectación e interés. Entonces, ¿podemos aprovechar todo este potencial desde el sector educativo? ¿Cómo?
Utilizar los dispositivos móviles con fines educativos
A través de los dispositivos móviles actuales podemos buscar información en Internet, acceder a nuestra información almacenada en sistemas de "cloud computing", interactuar en las redes sociales y publicar textos, imágenes, etc. Además, cada día surgen nuevas aplicaciones y utilidades lanzadas por las empresas de contenidos digitales.
Nadie cuestiona el sinfín de posibilidades, pero los expertos señalan que para que puedan convertirse en un elemento didáctico es necesario tener un plan. Tíscar Lara, vicedecana de Cultura Digital y directora de Comunicación de la Escuela de Organización Industrial (EOI), reconoce que para que sean realmente eficaces en el aprendizaje, es fundamental que estén integrados dentro de la estrategia formativa diseñada por el profesor y no como un mero accesorio de entretenimiento del alumno. Esto es lo que marca la diferencia entre su rol como elemento de enseñanza o su posible interferencia como objeto de distracción.
La clave para su impacto en la educación está en el uso que se haga de los dispositivos, pues la calidad de la educación no la determinan las TIC, sino cómo utilizamos los dispositivos. Por supuesto, si no se aplican de forma adecuada puede ser una distracción, de la misma manera que puede serlo cualquier elemento en el aula. Para obtener el máximo rendimiento, los expertos reconocen que es fundamental diseñar un proyecto motivador en el que tengan cabida, adaptando las metodologías didácticas a las necesidades del aula y a los contenidos que se quieren transmitir.
¿Qué características debe tener un proyecto pedagógico utilizando los dispositivos móviles para que tenga éxito?
- Integración en el currículum: Salvador Gutiérrez Gutiérrez, director de la Unidad de TICs de Florida Universitària afirma que las iniciativas del uso de los dispositivos móviles en el aula deben ser fomentadas e integradas en el currículo de las asignaturas y la actividad docente diaria, al igual que su uso habitual es imparable y está ya integrado en la vida cotidiana de muchos estudiantes.
- Educar en el uso racional de los dispositivos: utilizar las tabletas y móviles inteligentes en clase, especialmente en las etapas de educación infantil, primaria y secundaria permite trabajar aspectos como la privacidad en las redes sociales, la prevención del ciberacoso y fomentar el uso racional de los dispositivos. Para los docentes, es una buena oportunidad para introducir estos temas de forma cercana y práctica para el alumnado.
- Aprender de forma lúdica: especialmente en las etapas obligatorias de la enseñanza, las tabletas y los smartphones tienen un componente lúdico que puede explotarse para favorecer el dinamismo en el aula. Según José Luis Martín López, maestro de Audición y Lenguaje en el Colegio Rural Agrupado "El Valle" (Ávila), a partir de su propia experiencia, ha observado que las tabletas permiten un acceso a los contenidos de forma tan natural que el proceso de enseñanza-aprendizaje se convierte en un proceso lúdico para el alumnado, lo que nos lleva a un entorno de aprendizaje atractivo, motivador y enriquecido por esta herramienta.
- Implicación del profesorado: Muchos docentes todavía son reticentes al uso de estas tecnologías en el aula, especialmente por la complejidad y por las dificultades añadidas que suponen en cuanto a innovación didáctica. Por eso, para poder realizar experiencias con éxito es necesaria la total implicación del profesorado, pues debe ser capaz de organizar la clase y prever los posibles problemas, ofreciendo al alumnado una iniciativa motivadora sin olvidar las finalidades pedagógicas.