Entre las medidas clave que contempla el anteproyecto de ley (LOMCE), se encuentran las siguientes:
- Mayores vínculos entre la empresa y el aula: Formación dual que tienda lazos entre el sistema educativo y las empresas.
- Itinerarios flexibles y adaptables al talento de los alumnos: Concretamente 4º de E.S.O. pasa a convertirse en un curso de iniciación con vistas a dos itinerarios diferenciados; estos dos itinerarios son "profesional" y "académico". Es decir, hay dos vías cerradas: FP y Bachillerato.
- Potenciación de las asignaturas instrumentales: Se concede mayor importancia a asignaturas de mayor aplicabilidad como Matemáticas, Lengua e idiomas, y las optativas se reducen.
- Evaluaciones nacionales a final de cada ciclo educativo: Mayor importancia del papel de la administración pública en el control de la evaluación (evaluaciones estandarizadas, para medir el rendimiento académico del alumnado, evaluando según criterios unificados).
- Transferencia de competencias educativas: El Estado fijará el 75% de los contenidos educativos (el 65% si hay lengua cooficial).
- Mayor autonomía de los equipos directivos: se profesionaliza la función directiva para fomentar su eficacia y cumplir los objetivos de calidad que se planteen desde el gobierno, lo cual estará sujeto a incentivo.
- Mayor importancia a las TICs en el sistema educativo.
Además incluye medidas que tratan de acercarnos al nivel educativo medio en la comunidad europea, garantizando controles en momentos determinados del itinerario educativo y una ampliación de "cruces" en los que los alumnos pueden elegir el camino más adecuado.
Esto supone, además de una mejora en la igualdad de oportunidades con respecto a las diferentes evaluaciones aplicadas en las distintas comunidades autónomas, una mayor especialización y acercamiento de las oportunidades que el sistema educativo ofrece a los estudiantes, facilitando una variedad limitada pero más adaptada a los diferentes perfiles e intereses de los alumnos.
Por supuesto, poco sentido tendría dotar de estas posibilidades al sistema, sin poner a su disposición un servicio de orientación acorde a las necesidades, que sea capaz de acercarle al mundo laboral desde edades tempranas, detectado sus habilidades y puntos fuertes y ayudando a potencias sus áreas de mejora.
En este sentido, las evaluaciones y los momentos en los que se realicen, también serán fundamentales para realizar una buena elección…
En todo caso, cuanto más posibilidades de elección (bien orientada), más adaptación a los talentos y más probabilidades de éxito en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Con respecto a la financiación, en las últimas semanas las informaciones apuntan a una considerable desviación que se traduce en el aumento de la partida presupuestaria prevista por el Ministerio de Educación, con lo que afortunadamente, la inversión en el futuro de nuestras nuevas generaciones no parece ser objeto de recortes tan drásticos como los planteados inicialmente.
En este punto, no debemos olvidar, que evaluar por resultados y no en base a ratios como alumnos por aula, es un cambio de mentalidad que incluye importantes variables asociadas a la eficiencia, pero estos ratios no pueden ser obviados, puesto que su utilidad radica en la eficacia del proceso de enseñanza y aprendizaje.
Por otro lado, la reducción de becas y el concierto de centros que segregan en razón de sexo a las alumnas y los alumnos y la desaparición de 4º de E.S.O. tal como lo conocemos implica poner más obstáculos a ciertos alumnos.
Otro de los asuntos a los que se concede mayor importancia, es el fomento del aprendizaje de idiomas y de la utilización de las TICs.
La apuesta por las nuevas tecnologías resulta muy positiva, pero no podemos olvidar que, además de la inversión que supone, la programación de la formación no debe venir condicionada por ningún tipo de tecnología, ya que son los objetivos de aprendizaje los que deben guiar la selección de las estrategias e instrumentos más adecuados para potenciar los conocimientos, las capacidades y las actitudes de los alumnos.
Por ello, no resulta útil incluir las TIC como una acción paralela al proceso de enseñanza habitual: Si no existen metodologías claras de utilización (políticas de mínimos) y no se dota a los centros de herramientas para su utilización (formación en nuevas estrategias de aprendizaje asociadas a las TICs, dotación de recursos para proyectos innovadores, etc.) la implantación no se generalizará y, por tanto, será un elemento más diversas de oportunidades en función de los recursos de cada centro educativo.
En este sentido, siempre es mejor dar pequeños pasos, pero bien guiados y con buenos zapatos, que salir corriendo descalzo.