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Orientación dirigida a adultos: lo esencial es tener un objetivo al que dirigir su carrera profesional

Artículo de opinión


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Patricia Cabrera. Responsable de la Agencia de Colocación de SANROMÁN Consultoría y Formación (Madrid)
En estos tiempos de incertidumbre y de escasez de oferta en el mercado laboral es cuando más difícil resulta mantener las aspiraciones profesionales fijas en el punto de mira, y justamente es el momento en el que es más necesario hacerlo.

Muchas personas que buscan orientación laboral recurren a este servicio con la esperanza de que les busquemos un empleo, cualquier empleo. El primer paso en orientación, desde mi punto de vista, consiste en hacer responsable al orientado de su propia búsqueda, aclarando que el rol del orientador consiste en prestar apoyo puntual en la misma.

Bien es cierto que hace unos años, cuando la oferta era abundante, muchas personas cambiaban de trabajo por razones económicas, de proximidad o de desarrollo profesional. Hoy en día esto se ha visto relegado a un segundo plano y la mayoría busca un trabajo de supervivencia, que pague las facturas cada mes. Esto es debido a las condiciones de los empleos actuales. En la generación de nuestros padres, cuando encontraban un puesto en el que estaban a gusto, lo mantenían y desarrollaban en el seno de la organización demostrando sus aptitudes o lo que llamamos: "buen hacer". Los cambios eran normalmente debidos a una mejora en las condiciones o un giro profesional planificado. Sin embargo, si observamos el currículum de un menor de 30 años es raro encontrar una experiencia laboral única, o un desarrollo profesional lineal. La tendencia más común es enlazar proyectos de corta duración -los más afortunados- o alternarlos con períodos de inactividad o reciclaje. Ante esta situación, la motivación por un desarrollo profesional o por mostrar un desempeño excelente en el puesto se ven relegadas por la urgencia de trabajar. Ante esta tesitura, las cuotas de opositores de años recientes han sido astronómicas, desvelando una ansiada estabilidad aun a costa de un empleo menos cualificado o sin relación con la preparación y aspiraciones personales.

Desde mi punto de vista, precisamente en este contexto resulta imprescindible tener un objetivo profesional en el horizonte al que dirigir nuestra carrera profesional, tanto si estamos trabajando como si estamos buscando activamente una oportunidad de hacerlo. En mi opinión, la mejor forma de encontrar un puesto adecuado a nuestro perfil en el que nos sintamos valorados y aportemos es buscar un puesto a medida, ni infracualificado ni sobrecualificado. Trabajar la autoestima antes de lanzarse a la búsqueda es primordial para no desfallecer en el empeño.

Hoy en día, el perfil solicitante de orientación laboral está muy diversificado. Antaño, solía tratarse de una persona de baja cualificación en busca de un itinerario formativo o profesional para insertarse en el mercado laboral. Hoy encontramos un amplio abanico de situaciones, desde desempleados hasta empleados a tiempo completo que buscan una mejora en sus condiciones actuales, pasando por todas las formas de flexibilidad intermedias: autoempleo, empleo parcial, prácticas no remuneradas, contratos de formación, etc. La experiencia y cualificaciones también son bastante variadas: desde profesionales de baja cualificación hasta otros muy cualificados, con escasa o abundante experiencia laboral. Tanto unos como otros suelen hacer la búsqueda de una forma poco planificada y el factor común en todos suele ser el desánimo ante su situación y las bajas expectativas de que ésta mejore a corto plazo.

¿Qué podemos aportar cuando nos llega el caso de una persona desmotivada para continuar la búsqueda, con las ideas poco claras o sin recursos sistemáticos de búsqueda?

Mediante el análisis DAFO (Dificultades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades), creado en los años 60 para analizar la situación de las organizaciones, ayudamos al usuario a poner sobre la mesa las Dificultades que percibe en su camino (suele ser lo primero que se cuenta en tutoría), dándoles la oportunidad de defenderlas y ayudándoles a generar alternativas realistas a esas barreras; así mismo, la detección y el análisis de las Fortalezas (a veces no tan obvias para muchos), ayuda a mejorar su autoestima y a fijar puntos de apoyo que podrán destacar para defender su candidatura y alcanzar el objetivo final, que es el empleo deseado. Además de las características internas al sujeto conviene analizar las Oportunidades y Amenazas que le ofrecen su entorno particular y el mercado laboral en general.

Además de este análisis y antes de centrarnos en cómo realiza la búsqueda de empleo, les propongo analizar el objetivo profesional hacia el que se dirigen, así como las ocupaciones que les acercan a ese objetivo o en las que, de momento, podrían trabajar. En este punto el orientador ofrece apoyos en la generación de alternativas para que el sujeto valore su viabilidad. En ocasiones es conveniente servirnos de cuestionarios de interés vocacional, cuando la persona no tiene muy claro qué tipos de trabajos puede realizar.

A partir de este momento, analizamos las herramientas y canales de búsqueda de empleo que utiliza el sujeto, dotándole de otras que consideremos útiles que añada para mejorar su búsqueda.

La falta de motivación, autoeficacia y autoestima son factores transversales pero primordiales a trabajar en tutoría. Sin ellos, las herramientas y canales de búsqueda de empleo no serían de utilidad. Conviene trabajarlos desde una actitud optimista pero a la vez realista, valorando los logros del sujeto y preparándolo para asumir los retos de la búsqueda de trabajo, su trabajo actual.
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