Es un hecho indiscutible que en los últimos años los dispositivos y recursos docentes TIC usados en el aula han aumentado y mejorado considerablemente. Hemos pasado del ordenador de sobremesa en el aula de informática de la escuela, a tenerlos en casi todas las aulas con un proyector, y de aquí al portátil para los alumnos y la pizarra digital; por último se han introducido las tabletas como dispositivo más portable, más flexible y con más opciones de participación grupal que el portátil, usadas ya en algunos centros: http://www.lavanguardia.com/tecnologia/20120712/54324807677/ipad-escuela.htmlEn el ámbito escolar empiezan a controlarse y usarse de forma estructurada todas estas herramientas de e-learning, en muchas ocasiones como complemento educativo y con la supervisión y la guía del maestro. Pero ¿qué pasa en casa?
Cuando los alumnos llegan a su casa y empiezan a trabajar en los deberes del día o a estudiar el tema de la semana, surgen dudas, problemas y conceptos que se comprendieron a medias. En España, donde el 91,2% de los niños de entre 10 y 15 años (según estudio del INE http://www.ine.es) es usuario de Internet, la respuesta es que casi siempre buscan en la red la respuesta a sus preguntas y las aclaraciones a sus dudas. Así, la escuela debe estar preparada para ello y añadir cuantos recursos haga falta (como la iniciativa XTEC hizo en su momento).
La actual generación de alumnos ha nacido con interne, lo domina a la perfección y lo usa a diario y para casi todo, desde edades muy tempranas. Para esta generación cualquier respuesta está en Internet, lo complicado en cualquier caso es encontrarla y más aun entenderla.
Este hecho justifica por si solo el esfuerzo por hacer de las herramientas de e-learning, un conjunto eficiente no solo en el centro docente, si no sobretodo en casa, cuando no hay profesor que guíe y dirija su uso.
Los recursos de e-learning vía Internet, si se usan correctamente, pueden ser una excelente herramienta para complementar el aprendizaje del aula. Puesto que al ser un recurso depositado en forma permanente permite su uso en el momento que mejor convenga y tantas veces como sea necesario, la información debe ser viva. Internet ofrece conocimientos ilimitados que si están ordenados y bien transmitidos pueden responder a multitud de dudas y preguntas, más allá de los materiales estáticos. Es decir, Internet permite aprender lo que a cada uno le interesa y cuando le interesa: sólo falta que concuerde con lo que es necesario aprender.
Y este último punto es la segunda justificación al esfuerzo por crear y controlar recursos de e-learning para aprender fuera de clase. La información que los alumnos obtienen de Internet debe estar acorde a su nivel, al currículum, a la unidad didáctica que están trabajando y a la necesidad real del estudiante.
Si un estudiante escribe "electrón" en Google, le van a aparecer alrededor de 170 Millones de resultados: ¿Cual es el que se ajusta a lo que está buscando? Puede acertar a la primera o puede que antes de encontrar lo que busca acceda a un artículo de nivel universitario, una editorial que se llama "electronpress" o las raíces griegas de la palabra.
Es por tanto básico, elaborar una estructura clara, basada en el currículum de cada curso, a la hora de abordar la creación de este material complementario. Y partiendo de esta estructura, sería muy interesante generar una lista de conceptos, susceptibles de generar dudas para cada unidad y responder a estas de manera simple, clara y rápida.
De esta forma, al crear material de aprendizaje complementario, se deberían tener en cuenta dos factores:
- Ordenar los conceptos que se quieren transmitir, según el currículum; por niveles, materias y unidades didácticas.
- Responder a preguntas concretas que generan duda, de forma sencilla y didáctica.
En este sentido entre el 45% y el 50% de los alumnos de secundaria usan Internet para visualizar vídeos y una cifra similar hace uso de juegos (según estudio del INE http://www.ine.es). Aprovechar estas herramientas, facilitará la transmisión de la información y que los estudiantes se sientan más cómodos con su uso, optimicen el tiempo de trabajo, no se frustren buscando y seleccionando información, etc. Por supuesto, todos los recursos deben ser de acceso público y de creación abierta, ya que el carácter de Internet es de colaboración y compartición, así lo entienden nuestros alumnos y así lo esperaran. Nunca fue una buena idea poner límites al monte.
El e-learning fuera del aula es una realidad fundamental en la vida de los estudiantes, pero debemos regularla y sobretodo ordenarla. Debemos analizar bien las herramientas a usar para transmitir cada mensaje, que por cierto, cambiará cada poco tiempo. Y sobretodo debemos dar la opción a que los alumnos dispongan de la información precisa que necesitan, cuando la necesiten, donde la puedan encontrar sin dificultad y de la forma más adecuada para ayudarles a resolver sus dudas eficazmente.
Existen multitud de portales que aglutinan recursos, en algunos casos sin orden y en otros perfectamente ordenados, pero acostumbran a ser muy grandes y poco usados para resolver dudas. Falta adaptarnos a cada nueva herramienta, a la misma velocidad que lo hacen los alumnos y sobretodo responder a sus dudas.
