No hay ninguna duda que la evolución tecnológica ha sido (y está siendo) espectacular. Pero al fin y al cabo el dispositivo es una herramienta, un medio, pero no debe convertirse en un fin en sí mismo.
El dinamismo del proceso dependerá, aunque usemos la última tecnología, del diseño que haga el docente o equipo docente responsable del mismo. En muchos casos todavía estamos anclados en un modelo tradicional que está intentando trasladarse al formato online, por lo que muchas veces el proceso no funciona porque estamos en medios distintos. La formación online (y la presencial también) necesita un cambio radical de la concepción del proceso de enseñanza-aprendizaje, un cambio que hace ya tiempo que se explica y que poco a poco se va materializando:
- Cambio de rol del profesorado, que deja de ser la fuente de información y conocimiento, y se convierte en un facilitador de aprendizaje. Lo que sabe y explica sigue siendo importante, pero también la manera cómo hace llegar los conocimientos a los estudiantes.
- Cambio de rol del estudiantado, que deja de ser un mero receptor de información para pasar a ser un constructor de conocimiento, siendo parte activa del proceso.
- La interacción y la comunicación entre las personas que forman parte del proceso formativo pasa a tener una gran importancia en el mismo. Compartir la información, contrastarla, debatirla, discriminar colaborativamente información válida de otra menos valida,… (aquí es dónde los dispositivos y las redes pueden facilitar mucho estos procesos).
- Las TIC dejan de usarse como una herramienta únicamente de enseñanza para convertirse en un medio para que el alumno construya su propio aprendizaje.
Trabajando de este modo, dejando que el alumno cree su conocimiento (con la supervisión del formador), podemos potenciar mucho mas el trabajo colaborativo, porque esta creación puede ser conjunta, y, como hemos dicho, los estudiantes pueden compartir los materiales, discutirlos, adaptarlos, comentarlos…
Además, a la vez que facilitamos la participación y la colaboración, el proceso formativo se personaliza, cada alumno puede aprender a su ritmo, puede profundizar en aquello que no entiende, puede preguntar sin tapujos al profesor o a los compañeros. Finalmente, la clase se convierte en una comunidad de aprendizaje, todos remamos en la misma dirección y creamos sinergias para conseguir los objetivos propuestos.
Considero que esta línea de trabajo todavía se está desarrollando, pero creo que es el futuro de la formación, online y presencial. Del mismo modo, el desarrollo continuo de Internet y de los dispositivos móviles actuará como catalizador del proceso que se avecina.
Probablemente la pregunta que viene a continuación, después de leer la parte teórica, es: ¿Cómo?
El profesor Pere Marqués, de la Universidad Autónoma de Barcelona, describe en su blog cómo debe ser la nueva cultura en educación, describiendo cómo debería desarrollarse lo que él denomina Currículum Bimodal. Puede encontrarse más información en este enlace: http://peremarques.blogspot.com.es/2011/09/que-es-el-curriculum-bimodal-i.html.
Personalmente, estoy desarrollando este modelo en una asignatura presencial de 6 créditos ECTS del Máster de Psicopedagogía de la Universidad de Lleida (http://www.masterpsicopedagogia.udl.cat/). Durante el proceso de planificación de la asignatura, se seleccionaron aquellos conceptos claves que se consideró imprescindibles y que los alumnos deberían conocer. Posteriormente, estos conceptos se secuenciaron y ordenaron cronológicamente por cada una de las semanas que dura el curso. Además de la parte teórica, se planificaron también las actividades prácticas que los estudiantes deberían realizar.
Una vez en clase, los estudiantes trabajan por parejas, y las sesiones teóricas se hacen en el aula de informática. La sesión empieza con una breve introducción realizada por el profesor, y posteriormente son ellos los que deben empezar a buscar información sobre el o los conceptos que toquen en aquella sesión. Las herramientas a utilizar son las que ellos consideren para su trabajo colaborativo:
- El campus virtual de la UdL.
- Redessociales: Twitter, Facebook, Google +...
- Herramientas para la colaboración: Dropbox, google Drive...
- Contenidos multimedia: Slideshare, YouTube, Wikipedia, webs especializadas, Scribd, Flickr...
- Bookmarking: Diigo, Delicious...
- Espacios públicos para compartir: Blogger, Wordpress, webs de Google...
Durante las sesiones, el estudiantado colabora, comparte, discute, clarifica. Mientras, el profesor les guía, les pregunta cómo van, responde preguntas, aclara conceptos. La clase se transforma en una actividad colaborativa, participativa y dinámica. Incluso fuera de ella, de manera online, se observa que siguen trabajando y compartiendo materiales que encuentran relacionados con el tema.
Finalmente, diseñan su propio entorno personal de aprendizaje, formado por el dosier de apuntes que van elaborando y por aquellas herramientas que utilizan y que es donde guardan toda la información. En todo momento el trabajo de los alumnos está controlado por el profesor, comprobando regularmente que adquieren los conocimientos mínimos requeridos. Además, se evalúan los conocimientos adquiridos con pruebas teóricas y prácticas.
Como se ve en la experiencia, las ideas expuestas al principio del artículo pueden materializarse en un trabajo concreto. El tiempo dirá si éste será o no el futuro de la formación. Lo que debemos tener claro es que el modelo presencial tradicional está en decadencia, y que vamos hacia algún otro lugar. De momento estamos recorriendo el camino, que es lo importante.