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Primeros pasos para buscar trabajo en el extranjero

Artículo de opinión


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Raül Molina Pérez de los Cobos. Consultor Senior, Linx RH y Ex-Coordinador de Relaciones Internacionales, La Salle - Universitat Ramon Llull (Barcelona)
Desde hace algunos años, la inquietud de los profesionales en general, y de los recién licenciados en particular, por desarrollar su carrera profesional en el extranjero ha ido incrementando notablemente. Esta tendencia se ha acrecentado exponencialmente en el contexto de crisis que vivimos actualmente.

Realmente es una muy buena opción para perfiles cualificados, que en otros países son muy bien valorados y en consecuencia bien remunerados (o cuanto menos, mejor que aquí). A la hora de plantearse marchar al extranjero, lo primero que deben plantearse dichos profesionales sería contestar estas tres preguntas:

¿Para qué? ¿A hacer qué? ¿Dónde?

Una meditada respuesta a estas consultas facilitará un correcto enfoque en la búsqueda de oportunidades, la elección de la metodología y canales más adecuados y qué retorno esperamos de dicha experiencia.

La primera pregunta es a priori a la que más difícil es dar respuesta, pero es crucial a la hora de decidir cómo enfocar el proceso. La cuestión es simple; ¿para qué quiero buscar un empleo en el extranjero? La respuesta, no tanto.

Quiero aprender o mejorar mi nivel de idiomas, quiero desarrollar mi carrera profesional internacionalmente ya que de manera local no existen posibilidades de crecimiento, únicamente busco una salida temporal a la situación actual pero volveré al estabilizarse el mercado nacional... Todas ellas son respuestas que se podrían dar a la pregunta.

¿Por qué es importante plantearse esto en primer lugar? Porque puede condicionarnos el resto de las decisiones. NO es lo mismo buscar un trabajo con perspectivas de futuro, de crecimiento profesional, que otro para "aguantar y salir del paso", o uno que me permita aprender o mejorar el idioma.

Una vez claros los objetivos de esta experiencia internacional, deberemos plantearnos a qué hacer. La respuesta va muy ligada a la primera pregunta. Dependiendo de los objetivos que motiven esta intención de salir al extranjero, la tipología de empleo a buscar será diferente.

Un empleo de cara al público si lo que se quiere únicamente es mejorar el idioma, entrar de "chico de los recados" en una gran compañía si nuestra intención es hacer carrera a largo plazo en el país o porqué no, romper totalmente con nuestro pasado profesional y reorientar nuestra carrera en otro ámbito.

Las posibilidades son amplias, pero tenemos que respondernos sinceramente y teniendo en cuenta las consecuencias de cada elección. Una vez contestadas estas dos preguntas, deberíamos tener un poco más claro que vamos a buscar, tipo de puesto, perfil de empresa, etc...

Sólo nos queda una pieza para completar el rompecabezas y es a la que, a primera vista, más importancia le damos. ¡¡¿Dónde?!!

Gracias al haber respondido antes a las otras dos preguntas, podemos acotar el dónde, más allá del irracional deseo o atracción que podamos sentir por un país o una ciudad.

Por poner unos ejemplos, si respondiendo a la primera pregunta hemos determinado que queremos mejorar nuestro nivel de inglés a la vez que hemos decidido que sería una buena oportunidad para enfocar nuestra carrera hacia el marketing orientado a empresas tecnológicas, deberíamos buscar destinos donde combinasen estos dos parámetros, como por ejemplo sería Irlanda (donde su idioma oficial es el inglés – además del gaélico- y donde encontramos las centrales europeas de grandes compañías como Google o Apple). O si tenemos claro que nuestra intención es desarrollar nuestra carrera en el mundo farmacéutico, es probable que para cumplir nuestros objetivos debamos concentrarnos en ciertas zonas de Alemania con grandes industrias farmacéuticas ubicadas allí.

Una vez tenemos las tres preguntas respuestas, ya tenemos los ingredientes básicos para empezar a buscar excepto uno: el Currículum.

A la hora de buscar en el extranjero, es importante que seamos conscientes del estilo que tienen normalmente los CV en el país en cuestión. Una buena opción es utilizar el modelo Europass, que es ampliamente reconocido y utilizado en Europa. También es muy interesante traducirlo al idioma del país en cuestión (si disponemos del nivel adecuado) o como mínimo al inglés.

Complementar el currículum con una no muy extensa carta de presentación, explicando brevemente nuestra trayectoria, expectativas y cualidades puede sernos útil a la hora de presentar auto candidaturas.

Al llegar a este punto ya estamos preparados para empezar la búsqueda propiamente dicha. Obviamente, huelga decir que la mejor opción es siempre estar presencialmente en los lugares en los que queremos buscar trabajo, pues el consabido "desde allí es más fácil " no es banal. Sin embargo, gracias a Internet, podremos fácilmente enterarnos de vacantes y ofertas en cualquier lugar.

De portales de empleo hay muchos, la mayoría de ellos gratuitos para los candidatos, y algunos de ellos bastante especializados.

Como recomendación personal, os animo a visitar el portal indeed (con sus múltiples variantes .com, .ie, .de, .co.uk,...) donde podréis encontrar y aplicar a multitud de ofertas. Sólo debéis seleccionar el país donde queréis buscar y las palabras clave que describan lo que estáis buscando. Es muy completo y hay muchas ofertas de todos los ámbitos que se pueden consultar sin necesidad de siquiera darse de alta.

Otro portal que no debemos olvidar es monster (similar a nuestro infojobs), donde podremos inscribirnos a multitud de ofertas colgadas directamente en él.

Como estos portales y webs de empleo podríamos comentar algunos más, pero la verdadera búsqueda, la debemos hacer nosotros mismos de forma proactiva. Es la más costosa, la más cansada y dura, pero a la postre la que reporta más satisfacción y con un poco de suerte, mejores resultados.

Para eso, nada mejor que ponernos nuestro casco de minero y... empezar a "googlear".

Sabemos ya donde, a qué queremos enfocarnos, etc, pues nuestra primera labor será encontrar empresas que se dediquen a aquellas áreas que nos interesan en las zonas que deseamos.

A medida que las vayamos encontrando, pasaremos a la fase II del proceso de búsqueda, los datos de contacto de recursos humanos o del área funcional que nos interese. Siempre, en la medida de lo posible, es mejor enviar nuestro CV a una persona en concreto (con nombre y apellidos) que a un correo genérico de departamento, pues por inercia, la gente suele prestar más atención a un correo que viene específicamente dirigido a ti.

Una vez tengamos las direcciones, enviaremos nuestra auto-candidatura, adjuntando al CV la carta de presentación, Aunque en ese momento no tengan vacantes, si nuestro perfil les encaja y les es interesante, es probable que nos tengan en cuenta para futuras vacantes o que incluso contacten igualmente con nosotros para conocernos.

Es muy importante y conveniente llevar un control detallado de las acciones de búsqueda que realizamos (a quién le hemos enviado una candidatura, cuando, qué nos han respondido, ...) para poder hacer un buen seguimiento del proceso de búsqueda, "refrescando la memoria" a nuestros interlocutores de vez en cuando, pero sin llegar a ser excesivamente pesado.

Este proceso puede ser largo, pesado y desmoralizante, pero con un poco de paciencia, suerte y tesón, poco a poco podréis ir desgranando el fruto hasta llegar a encontrar una oportunidad que satisfaga vuestras necesidades y expectativas.
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