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Fábulas y moralejas

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José Joaquín Bennasar Solsona. Orientador Escolar. psicólogo de la Unidad de Prevención de la Violencia Escolar (Castellón)
Llamamos fábulas a los relatos ficticios, en prosa o verso, con intención didáctica frecuentemente manifestada en una moraleja final. Vamos a exponer algunas reflexiones que pueden ser completadas con las referencias a unas fábulas de Tomás Iriarte que pueden consultarse en Internet.

Las noticias que describen la realidad que le toca vivir a nuestra sociedad, aunque pueden serlo en algunas ocasiones, no tienen por qué ser didácticas. Sin embargo, otorgamos, consciente o inconscientemente, presunción de veracidad a quien da la noticia por el hecho de informar, y a la noticia misma. Esta visión de la información hace pensar al oyente, al lector o al internauta, que esa noticia es cierta, e incluso, buena. El derecho fundamental a la libre expresión que permite ser respetado al opinar sobre cualquier cosa, necesita cada vez más de una formación por parte de todos para, de una parte, tratar de expresarse ajustándose a la veracidad y bondad y, de otra, ser capaces de comprender y establecer un criterio respecto a lo que se ha conocido. (Fábula: "La urraca y la mona").

¿Qué opción política, empresarial, social,… es la que manda mensajes o, mejor aún, actúa en función de mejorar la vida de los ciudadanos? Debemos ser mayoría los que coincidamos en destacar que lo pretenden todas las opciones. Pero, ¿se puede mejorar actuando cada uno de forma independiente desde su legítima opción? Esta cuestión ya es más compleja. Si se destacan las diferencias encerrándose cada uno en ellas, por legítimas que sean no facilitarán la convivencia y será difícil avanzar; pero si se potencia lo que hay de común, con humildad, reconociendo el fallo propio antes de ensañarse con los fallos de los demás, se conseguirá. La acción sinérgica permite una mayor efectividad para resolver las dificultades que plantea la vida. (Fábulas: "Los dos conejos" y "El asno y su amo").

Cuando se trata del futuro de los jóvenes, observamos cómo aparecen muchos asesores, expertos,…que con desenvoltura se lanzan a marcar las pautas que deben seguir los jóvenes para triunfar… ¿en qué?, ¿en su vida? Si es en su vida hay muchos aspectos que se olvidan cuando solamente se habla de emplearse en un trabajo, y no porque esto no sea importante, sino porque una vida mal orientada, aún con trabajo puede llevar a la infelicidad. Los consejos reducidos al ámbito económico-financiero quedan muy limitados especialmente si provienen de quienes han estado o están al frente de entidades que han sido un auténtico fiasco. También se hace difícil el asesoramiento que parte de personas instaladas profesionalmente sin tener los méritos necesarios para ello o, simplemente de los que con la introducción de un "me parece", "creo", "pienso",… ya avalan el consejo que puedan dar. Pensemos en dos términos que en la actualidad y de forma reincidente repiten los que tratan sobre las posibilidades que pueden tener los jóvenes en el próximo futuro: más formación y salir al exterior (idiomas). De la primera tenemos que destacar que ya desde los años 80 del pasado siglo no ha habido foro de ámbito económico-laboral que no haya mencionado la formación permanente a lo largo de la vida, y de la segunda, la historia de la humanidad nos muestra los movimientos migratorios motivados por la supervivencia. ¿Estamos descubriendo algo nuevo o es que lo habíamos olvidado? (Fábulas: "La ardilla y el caballo" y "La araña y el gusano de seda").

Los jóvenes que, sin ellos desearlo, tienen dificultades por integrarse en la vida adulta porque se les alarga su experiencia juvenil, pueden sentirse acompañados si quienes les guían, asesoran, orientan,…o simplemente, les acompañan,  tienen respuestas a las cuestiones que ellos se pueden plantear, como pueden ser:

¿Qué consecuencias tiene la irresponsabilidad con que actúan ciertas personas si a mí, desde pequeño, todos a mi alrededor me han insistido en que sea responsable?

¿Tienen algo que ver los programas de televisión que hacen referencia idílica de compatriotas en otros países con ir a trabajar a otros países?, ¿Por qué se tiene que ir los mejor preparados?

¿Cuántos puestos de trabajo se han destruido en los últimos meses?, ¿cuántos se han creado?, ¿es raro que yo tenga dificultades en encontrar empleo?

¿Por qué siguiendo los consejos de familia, colegios, universidad,… teniendo una titulación y preparación profesional determinados me ofertan (¿obligan?) puestos de trabajo de nivel inferior?

Si un joven tiene éxito en una actividad profesional y se destaca que lo ha conseguido al margen de los planes de estudios oficiales, ¿quiere decir que éstos pueden limitar mi éxito profesional futuro?

¿Pueden haber medidas de apoyo que necesiten que yo acredite que busco empleo?, ¿lo dudan?, ¿qué consideración tienen de mí? (Fábulas: "El médico, el enfermo y la enfermedad" y "La discordia de los relojes").

En los últimos meses y, especialmente, este verano, los comentarios que se oyen en los distintos ambientes son mayormente negativos y van ligados a una queja permanente, ¿qué se puede pedir a los jóvenes? Que luchen por alcanzar sus objetivos. Podemos saber, no saber o tener alguna noción,… sobre lo que creemos que es beneficioso para ellos, pero debemos hacer lo posible para no permitir que persistan en un pesimismo que les limite sus esfuerzos por alcanzar sus objetivos. (Fábula: "pollo y los dos gallos").

Si realmente apreciamos a nuestros jóvenes, basta con ser sinceros y respetuosos con ellos.
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