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La importancia de una buena hidratación en la infancia y adolescencia

Artículo de opinión

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Marilyn Mesa Pérez. Responsable del departamento de Control de la obesidad y especialista en dietas proteicas y reeducación alimentaría. Stetikal Nutrición y Dietética Especializada (Oviedo)
El mecanismo de la sed, con frecuencia el 37% de los seres humanos lo confunden con hambre. Aún en una deshidratación imperceptible retardará el metabolismo tanto como un 3%. En mi experiencia realizando dietas de control de peso, la ingesta de agua calma el hambre en un 100% de los casos. Siendo este un gran coadyuvante en las dietas de control de peso, ayudando a calmar el apetito.

Durante el crecimiento y la adolescencia el cuerpo sufre grandes cambios, al verse sometido a un constante requerimiento de energía.

Son dos los factores principales que requieren un mayor aporte energético, uno el propio desarrollo músculo-esquelético y el requerimiento cognitivo que en está etapa de la vida se requiere para el aprendizaje, la memoria y la atención.

Estos son los pilares sobre los que se desarrolla todo ser humano, por todo ello estos deben ser fuertes. Las articulaciones, los músculos, el sistema digestivo, renal, hepático, coronario, excretor, así cómo los órganos sensoriales, necesitan lubricante para poder desarrollar a la perfección sus funciones y este lubricante no es otro que el agua.

Agua embotellada o de manantial, libres de sustancias químicas son la solución para no padecer ningún desequilibrio físico-cognitivo. La falta de agua afecta a la memoria, la capacidad de atención, la deshidratación, eventualmente, ocasiona una inflamación en la parte posterior del ojo lo cual conlleva una pérdida y/o disminución de la visión.

El sistema nervioso, también se ve afectado, una falta de agua hace que el sistema nervioso tenga una sensación de alerta permanente, lo que ocasiona irritabilidad y cambios de humor.

En las articulaciones provoca dolores y calambres, en el sistema excretor provoca un exceso de sedimento lo cuál afecta a todos los órganos internos provocando acidificación del equilibrio ácido-base, un organismo con desequilibrios ácidos puede provocar un desarrollo celular anormal prematuro, o lo que es lo mismo cáncer.

Las patologías más frecuentes en la edad escolar son el asma y la diabetes.

El asma es una enfermedad, que afecta a 12.000.000 de niños y mata a varios miles de ellos cada año, es una consecuencia de la deshidratación del cuerpo. Es causada por un fallo en el programa de administración de la hidratación del cuerpo. El paso libre de aire se obstruye e impide la eliminación de agua en forma de vapor del cuerpo, el vaho, el aporte suficiente de agua evita los ataques de asma. Al no reconocer el agua como un indicador de déficit de hidratación en la etapa de desarrollo de los niños, no sólo sentenciara de muerte a varios miles de ellos cada año, sino que provocará en los niños asmáticos que sobrevivan, un daño genético irreversible.

La diabetes infantil, afecta a varios miles de niños, que les obliga a mantener una dieta equilibrada, hipocalórica de por vida.

La diabetes es una enfermedad que resulta de la interrupción de la capacidad del organismo para producir o utilizar la insulina. La diabetes tipo I, son individuos insulinodependientes, se diagnostica en la infancia, los síntomas son la pérdida de peso, poliuria, polidipsia y pérdida de peso. El niño diabético, debe tener un aporte mayor de agua, si tenemos en cuenta, que su organismo tiene unos requerimientos diferentes a los de cualquier otro individuo en la misma edad. Una hiperglúcemia, puede provocar edema cerebral, es la complicación más grave, tiene una gran letalidad. Su fisiopatología se explica, como resultado de la reducción de volumen vascular, vasoconstricción cerebral e hipoxia, señalándose una estrecha asociación con niveles elevados de urea e hipocapnia. Estas lesiones pueden provocar daños irreparables y muerte neuronal llegando a causar lesiones cognitivas irreversibles, he incluso la muerte.

El 90% del volumen de nuestro cerebro está compuesto por agua y es el principal vehículo de los neurotransmisores. Una correcta aportación de agua a nuestro organismo, puede evitar muchas alteraciones. Entre 1,5 y 2.0/ L de agua al día es la dosis adecuada en la práctica deportiva se debe incrementar está cantidad, antes, durante y después de la misma.
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