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"La ingesta inadecuada de líquidos, aparte de favorecer la deshidratación, puede tener relación con un menor rendimiento físico y mental"
Entrevista
El agua es un recurso indispensable para la vida y esencial en nuestra alimentación cotidiana. La ingesta inadecuada de líquidos, aparte de favorecer la deshidratación, puede tener relación con un menor rendimiento físico y mental. Cuando se prolonga en el tiempo puede producir, además, litiasis renal, infecciones del tracto urinario, cáncer colorrectal, cáncer de vejiga, enfermedad dental, estreñimiento, alteraciones del metabolismo proteico y lipídico, y patología geriátrica y cognitiva.
Además de la cantidad de líquidos necesarios para asegurar un balance hídrico adecuado en cada situación fisiológica, es importante tener en cuenta el perfil nutricional de las distintas bebidas y su obligado equilibrio en el conjunto de la dieta.
Desde su punto de vista, ¿cree que la población es consciente de sus necesidades hídricas diarias?
El reconocimiento de la importancia de una correcta hidratación se ha incrementado en los últimos años, y es a partir de este siglo cuando este área de la nutrición adquiere justificado protagonismo. No obstante, en la actualidad la información de que se dispone es insuficiente y a veces tergiversada; y por ello existe un desconocimiento por parte de la población acerca de la importancia real de la hidratación y de sus necesidades hídricas diarias.
Además de bebiendo agua, ¿cómo podemos hidratarnos en nuestro día a día?
La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y revisiones científicas sobre el tema resaltan el hecho de que entre un 20% y un 30% del agua que necesitamos puede ser aportada por los alimentos, ya que algunos de ellos como las frutas, las verduras, las sopas, etc. tienen un importante contenido de agua. El resto de agua necesaria lo obtendríamos a partir del agua que bebemos y de las bebidas que, según la propia agencia europea citada, incluirían la leche, los refrescos, los zumos, las bebidas deportivas, etc. Eso sí, en caso de que contengan azúcares es importante que sea con moderación.
Es bien sabido que la hidratación juega un papel clave en la salud, pero lo que quizás es menos conocido es el efecto que la hidratación tiene sobre el rendimiento físico y cognitivo. Ambos son, sin duda, de gran importancia en el entorno educativo. Comencemos por el rendimiento físico, ¿podría darnos una breve idea del papel que juega la hidratación?
Una hidratación adecuada juega un papel clave en el rendimiento físico, ya que éste disminuye de forma importante conforme aumenta la deshidratación. Durante la práctica de ejercicio físico se pierde agua corporal principalmente a través del sudor. Los efectos de la deshidratación sobre el rendimiento físico ya son patentes cuando la pérdida de agua excede un 1-2% del peso corporal. Una pérdida del 1% produce un aumento de la temperatura corporal; cuando la pérdida es superior puede afectar al rendimiento tanto físico como mental, que afectan a la realización del ejercicio físico. Sin embargo, hay que decir que estos efectos no aparecen siempre igual: depende de las condiciones ambientales (temperatura y humedad relativa) y de las características fisiológicas de cada persona como el peso corporal y el sudor (si suda mucho o poco y si pierde muchas sales a través del sudor).
Por tanto, a la hora de realizar ejercicio físico es importante comenzar en un buen estado de hidratación y beber regularmente durante la práctica de éste. La ingesta de agua ha de adaptarse a la intensidad y duración del ejercicio físico y a las características fisiológicas de la persona comentadas.
¿Y en el rendimiento cognitivo?
Como acabo de comentar, una pérdida de agua superior al 1% afecta ya al rendimiento mental o cognitivo, y también afecta a la capacidad de toma de decisiones. Se ha visto que a una pérdida de agua del 2% del peso corporal o superior se ven afectadas la memoria a corto plazo, la atención y la eficiencia aritmética, y también que la persona puede estar menos alerta, sentir un cansancio superior, y que el esfuerzo que ha de realizar para lograr algo, o la concentración que ha de dedicarle, son superiores. Estos efectos son, sin duda, de gran importancia a la hora de desarrollar un trabajo que requiera un esfuerzo mental.
En general, ¿considera que niños y jóvenes están debidamente hidratados?
No. Las encuestas nutricionales realizadas en población infantil y adolescentes muestran que no beben lo suficiente. Según datos del estudio ENKID la ingesta de líquidos en la población de 2-24 años oscilaba entre 850 ml los pequeños a 1.200 ml los mayores (incluyendo agua, zumos, refrescos y leche entre otros) siendo la ingesta media de agua de medio litro.
En este sentido, ¿qué consejos sobre hidratación le daría a un joven que está estudiando?
Comenzar la jornada bien hidratado, empezando por una ingesta adecuada de agua en el desayuno y manteniéndola a lo largo del día, ya que no sirve sólo con hidratarse a primera hora del día, se debe hacer cada pequeños periodos de tiempo. Un estudio reciente en escolares de entre 9 y 11 años hecho en Francia ha demostrado que la mayoría comenzaba la jornada escolar con un déficit hídrico resultado de no haber tomado suficiente agua durante el desayuno. Y como comenté antes, al hablar de agua me refiero a todas las fuentes de agua: alimentos y bebidas.
¿Cree que los beneficios de la hidratación son conocidos y suficientemente tenidos en cuenta por la población general? ¿Y por los profesionales de la educación, en los centros educativos?
Una encuesta reciente del European Hydration Institute (EHI) reveló que una elevada proporción de los profesionales sanitarios reconocen la importancia de la hidratación si bien no coinciden en precisar las necesidades hídricas diarias, que son aproximadamente de 2,5 litros en varones y 2 en mujeres. En la población general la situación es bien distinta y el desconocimiento es importante, si bien se han producido mejoras sustanciales en los últimos 10 años. De ahí la necesidad de no sólo educar a la población sino también de formar y educar a los profesionales sanitarios y educativos.
Entonces, no existe una buena información en lo que respecta a las necesidades hídricas diarias y sobre cómo satisfacerlas. ¿Cómo podemos contribuir o hacer para mejorarla?
Es imprescindible la labor de Instituciones especializadas como el European Hydration Institute (EHI).
¿Cómo podríamos contribuir, desde los centros educativos, a inculcar a docentes, alumnado y familias unos buenos hábitos de hidratación?
Es importante que los profesores eduquen a los alumnos acerca de la importancia del agua en nuestro organismo y del beneficio que una correcta hidratación tiene sobre la salud, a la vez que resaltar los efectos perniciosos sobre la salud resultantes de no mantener un estado hídrico adecuado. Los profesores han de promover también prácticas que estimulen la ingesta de agua durante la jornada escolar. Se ha visto que facilitar el acceso al servicio puede favorecer la ingesta de agua, sobre todo en las mujeres. Es también importante enseñar a los estudiantes cómo valorar su estado de hidratación. Una forma fácil y accesible de hacerlo, si no se tiene ninguna patología importante o no se está tomando ningún medicamento, es mirando el color de la orina: si ésta es transparente y de color claro, el estado de hídrico será adecuado. Mientras más oscura se vuelva, peor será el estado hídrico y habrá que beber más agua.
Como en muchas ocasiones, serán los propios chicos y chicas los que luego promuevan estos hábitos saludables entre sus padres.
¿Existen buenas herramientas educativas para llevar a cabo estas acciones?
Son necesarias más y mejores herramientas adaptadas a los distintos contextos geográficos y culturales.
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