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La falta de opciones académicas atractivas, una de las causas de fracaso escolar en Catalunya
Noticia
Según datos del Anuario sobre el Estado de la Educación en Catalunya, publicado por la Fundación Jaume Bofill, en 2011, la cifra seguía siendo del 26%, lejos del objetivo del 10% establecido por la Unión Europea en su Estrategia para 2020.
A pesar de estos datos negativos, el informe destaca que el abandono prematuro de los estudios se ha reducido en un 7% en los últimos tres años. Para Miquel Martínez, codirector del estudio y catedrático de Teoría de la Educación en la Universitat de Barcelona (UB), esta situación se explicaría por los efectos de la crisis, que provocan que muchos jóvenes retomen los estudios a falta de una alternativa profesional.
Por otro lado, Ismael Palacín, director de la Fundación Jaume Bofill, considera que el elevado abandono escolar prematuro y las bajas cifras de graduación en secundaria (21,8%) no se deben a una mala adquisición de competencias básicas, sino a problemas de vinculación con el sistema educativo y de trayectoria escolar. En este sentido, considera que la mejora del porcentaje de abandono "no es consecuencia de la calidad del sistema educativo, que todavía no es capaz de retener a muchos jóvenes". Así pues, el sistema educativo no es capaz de ofrecer opciones académicas suficientemente atractivas para los jóvenes.
Otro dato relevante que recoge el estudio es la polarización del nivel de estudios de los ciudadanos. Por un lado, el 30,8% de la población tiene estudios superiores, mientras que el 47,4% sólo tiene un nivel de formación básico o inferior. A esta situación también provoca un desequilibrio entre el mercado laboral y el nivel educativo de la población; mientras que el 67% de los puestos de trabajo requieren una cualificación baja o media, el 41% de los catalanes tiene estudios superiores a los demandados.
Para hacer frente a esta situación, Miquel Martínez considera necesario "potenciar el peso de la formación profesional (FP) y generar expectativas sobre la importancia de la formación y el aprendizaje a lo largo de la vida". De hecho, el estudio revela que Catalunya, en comparación con los países europeos, es la región con menos oferta de programas de bachillerato y de formación profesional.
En cuanto a la formación continua, ésta se ha estancado en un 9,9% desde 2010 y presenta desigualdades en el acceso en función del perfil social e instructivo. Así, mientras que los catalanes con estudios superiores que se matriculan en cursos de formación a lo largo de la vida representan el 14,5%, los que tienen estudios medios son el 6% y los que tienen estudios primarios el 3,5%.
Por último, el Anuari de la Fundació Jaume Bofill también muestra un aumento del porcentaje de jóvenes que ni estudian ni trabajan. Desde 2007, la cifra ha aumentado un 8%, llegando a casi 140.000 jóvenes de entre 16 y 24 años en esta situación. Actualmente, los ni-nis representan un 21,9%, por encima de la media española (19%) y europea (16%).
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