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Las comunidades autónomas autorizan el uso de fiambreras en los comedores escolares

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  • 27/08/2012

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A partir del próximo curso 2012-2013, los alumnos de los colegios públicos de diversas comunidades autónomas podrán llevar la comida hecha en casa en una tartera y comerla en el ámbito escolar. Hasta ahora, solo podían hacerlo los alumnos de centros concertados y privados que así lo establecían en sus normas.

Catalunya y la Comunidad de Madrid están trabajando en la redacción de la orden que regula los comedores colectivos y que permitirá al alumnado utilizar las instalaciones.

Por el momento, la Generalitat de Catalunya ha elaborado una serie de recomendaciones dirigidas a los centros públicos para que los estudiantes puedan llevar la comida. Entre ellas destaca el hecho de disponer de neveras para garantizar la buena conservación de los alimentos, microondas para calentarlos y el requerimiento de una autorización de las familias. Además, se incluyen medidas sanitarias y de manipulación de alimentos para que el servicio se ofrezca con todas las garantías.

Para poder costear las neveras, servicios de limpieza y facturas de energía, el Departament d’Ensenyament ha establecido que el alumnado que decida comer con este sistema deberá pagar aproximadamente 3 euros por día, la mitad del coste de un menú escolar. La cantidad todavía no está predeterminada y variará según el centro.

En esta misma línea se ha manifestado la Comunidad Valenciana, que está estudiando cobrar al alumnado para que lleven su propia comida al colegio. Para la consellera de Educación, Formación y Empleo, María José Català, se trataría de una cantidad "simbólica" y no llegará a los 3 euros.

Por último, en la Comunidad de Madrid ha decidido cancelar la prohibición de llevar tarteras al centro escolar con la finalidad de ayudar a las familias a hacer frente a la crisis y darles más opciones donde elegir. Aún así, el cambio normativo no implica que de forma automática todos los niños puedan llevar su propia comida a partir de septiembre, ya que, según ha precisado el mismo portavoz de Educación, será el consejo escolar de cada centro, formado por maestros y padres, el que, "dentro de su autonomía", determine si en su comedor entra o no el tupper y cómo regular su uso.

En cuanto al importe del servicio, el departamento de Educación declina fijar una horquilla de precios, asegurando que deja en manos de los consejos escolares de cada centro la decisión.
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